Centro de Cómputo Tlalpan
Migdal Arquitectos / Jaime Varon, Abraham Metta y Alex Metta

Bancrecer es una institución bancaria que requería de un centro de cómputo para realizar el control de sus operaciones a nivel nacional. El proyecto fue resultado de un concurso que ganamos al proponer la reutilización de una construcción existente en el predio adquirido por el banco; este se ubica al sur de la ciudad de México sobre la Calzada de Tlalpan próximo a División del Norte y tiene una superficie de 26,700 metros.

Realizamos el programa arquitectónico conforme a las necesidades de nuestros clientes para lo cual tuvimos un intenso intercambio de ideas con ellos. Propusimos la modificación y ampliación de dos estructuras de concreto armado existentes que funcionaban como oficinas y almacén de una compañía de productos fotográficos. Éstas fueron reforzadas con muros para absorber el sismo y les adosamos interior y exteriormente una serie de volúmenes de cristal azul y panelería de aluminio para generar nuevos espacios y tener una imagen que refleja el espíritu tecnológico con el cual conceptualizamos el proyecto.

En la planta baja se localiza el “site” de cómputo, las áreas de oficinas de producción de sistemas, áreas de servicios, impresión, cuarto de máquinas y bodegas, mientras que en la planta alta se encuentran las oficinas de desarrollo control y servicios. Un estacionamiento descubierto para quinientos automóviles y áreas exteriores completan el conjunto. Por medio de un conector de ciento noventa y cinco metros de longitud y cuatro de ancho, que tiene como polos los dos vestíbulos de acceso, los espacios se ordenan y ramifican; esta espina conecta las dos estructuras preexistentes y es el eje de circulación del conjunto además de fungir como atrio de acceso en la planta baja.

En la realización de este proyecto cuestionamos la tipología de bunker característica de los centros de cómputo y planteamos una nueva solución en la que éste se relaciona con su entorno interior y se convierte en una zona de visitas para propios y extraños la cual puede recorrerse como si fuera un acuario tecnológico; esta interacción entre el hombre y la máquina refleja el cambio de la era industrial a la tecnológica.

Las oficinas, que alojan a más de quinientos empleados son abiertas; el mobiliario modular ofrece versatilidad para movimientos continuos y existen muy pocas oficinas cerradas. La modulación dada por una trama tridimensional, es parte esencial de los componentes del edificio. Esta facilitó los tiempos de ejecución que fueron de once meses para la obra; en el caso del proyecto ejecutivo se realizó en seis semanas.

La tecnología forma parte fundamental del edificio el cual está totalmente automatizado y tiene sistemas que monitorean y controlan cada una de sus partes. Todas las instalaciones se diseñaron conforme a estándares internacionales con los últimos avances tecnológicos.

El Centro de Cómputo Tlalpan, es un ejemplo de arquitectura, especializada y flexible porque reúne en un espacio todo lo necesario para ejecutar una función de banca sistematizada multinacional; su solución arquitectónica propone conceptos innovadores en instalaciones y espacios que ofrecen la posibilidad de modificar la distribución física tanto de áreas como de funciones sin perder la calidad de los servicios disponibles.