Flavio Coddou y Marcio Cotrim - Los dos sois titulados en la ETSAB, pero venís de fuera de Barcelona. ¿El hecho de ser "extranjero" os ha ayudado a tener una mirada más amplia sobre el universo arquitectónico barcelonés? ¿Cómo entendéis la escuela de Barcelona en su dimensión generacional y en qué medida esas relaciones se mantienen en este momento?
Jaime Coll y Judith Leclerc - Lo que se llamó Escuela de Barcelona fue la herencia de la arquitectura Realista derivada del Grupo R, en especial de Oriol Bohigas. Al mismo tiempo había una Escuela más conceptual como contrapunto, derivada de Albert Viaplana y Helio Piñón, con Miralles como referente de nuestra generación. Nosotros siempre lo hemos comparado con la discusión entre Ernesto N. Rogers en Italia y R. Banham en Inglaterra, entre lo latino y lo anglosajón, etc. Es una discusión muy de los 60s que aquí llegó en los 70 y 80. Ahora esta discusión está diluida, la Escuela de Barcelona ya no existe a nivel académico y poco a nivel profesional. Los “nietos” nos interesamos por rescatar las figuras olvidadas de aquella discusión: Echagüe, Fargas-Tous, Barba Corsini, Lopez-Giraldez-Subias… Lo mismo sucedió en Canada, en Montréal, con la arquitectura infraestructural de los 60 que ahora se rescata.
FC y MC - Titularse en el período de los Juegos Olímpicos os ha permitido ser testigos de cambios sustanciales en la estructura urbana e institucional de la ciudad. ¿En aquellos años habían más oportunidades para los estudios que empezaban la práctica profesional como consecuencia del nuevo status que supuso las renovaciones olimpicas para los arquitectos de Barcelona?
JC y JL - Benefició a los arquitectos que estan en los 50 y pico. Yo acabé en 1989 y nos llegó tarde. En cambio, pillamos de pleno la crisis entre 1993 y 1996, lo cual sirvió para escribir la tesis doctoral, y ganar una plaza de profesor Titular. Nuestra actividad comienza en 1996.