Santiago de Cuba es una ciudad que impresiona por su forma, en constante diálogo entre la arquitectura y el paisaje, así como por la calidez de su gente, protagonistas de una rica historia de luchas, de acervo cultural y de mestizaje, una ciudad que tiene un patrimonio arquitectónico significativo, y que tiene la necesidad de que se le preserve y conserve.
La modesta arquitectura colonial que caracteriza al centro histórico interactúa con exponentes de periodos posteriores, los que han sobrevivido a innumerables catástrofes y acciones degradantes del hombre, gracias a los materiales y técnicas constructivas con las cuales se edificaron. Muchos de estos edificios en la actualidad presentan un alto grado de deterioro de carácter progresivo lo que puede conducir a que se pierdan valiosos ejemplares de la arquitectura local.
Es la vivienda el tema más recurrente dentro de la trama del centro histórico, y la más afectada por el uso continuo y las transformaciones reiteradas de sus propietarios, con el objetivo de satisfacer las necesidades crecientes de la familia, y la no existencia de materiales adecuados para enfrentar la conservación o intervenciones de cualquier índole que se efectúan por los mismos.
En el presente artículo se exponen algunos aspectos de interés sobre los materiales y técnicas constructivas en la etapa colonial y criterios que se manejan por las entidades que actúan sobre el fondo habitacional del centro histórico y que posibilitan una aproximación a la problemática de la vivienda en esta área, que ostenta la categoría de Monumento Nacional.
Materiales y técnicas utilizadas en el período colonial
Los materiales y las técnicas constructivas que se aplicaron en toda la etapa colonial, en su concepción, partieron de la adecuación de las soluciones aborígenes en interrelación directa con la experiencia constructiva de los colonizadores y la adaptación a las nuevas condiciones existentes y a los gustos estéticos predominantes de cada época, siendo algunas técnicas usadas con mayor frecuencia que otras. Los materiales utilizados generalmente fueron extraídos en su forma natural de los alrededores de la villa santiaguera, aunque en construcciones de mayor importancia podían emplearse algunos elementos componentes importados por las clases de mayores recursos.
Las técnicas fueron las mismas en construcciones modestas o de más realce, estas demostraron el dominio que sobre los materiales y su uso tenían los antiguos constructores. Es válido aclarar que las construcciones se basaban en la experiencia de los hábiles artesanos porque no es hasta 1843, según las Crónicas de Bacardí que se nombra a un teniente de ingenieros retirado como primer arquitecto municipal.
Cada parte componente de la construcción, según su forma de trabajo, requería materiales específicos así como un modo de utilización, esto generó toda una gama de expresiones formales y constructivas características del período; muchos se utilizaron solos, pero la mayoría eran combinados aprovechando las propiedades de cada uno de estos, para lograr una mayor calidad y terminación del objeto que se fuera a construir y una mejor adaptación a las condiciones sísmicas, topográficas y climáticas de la ciudad.
Las construcciones debían de tener una estructura capaz de soportar los movimientos tectónicos que podían ocurrir; esto obligó a la creación de un sistema columnar arquitrabado, lo suficientemente flexible, basado en un conjunto de pórticos encargados de transmitir las cargas portantes de la armadura de la cubierta al suelo. Esta podía ser de diferentes formas según los planos inclinados que permitían la adaptación a las plantas existentes: O, U, C y L, y se cubrían con tejas criollas para garantizar su impermeabilidad.
Para transmitir todo este sistema de cargas generado por el peso propio de los materiales, se construyeron además elementos verticales tales como horcones y pies derechos para sostener las vigas soleras que rodean cada uno de los espacios, para lo cual se emplean ligaduras entre los elementos, que no funcionan como uniones rígidas, lo que permite gran movilidad horizontal. La madera es el material utilizado para la conformación del sistema estructural por tener propiedades que la hacen flexible y resistente a las cargas.
Los elementos de cierre laterales no tenían función estructural, solamente son delimitadores espaciales de la vivienda y de sus espacios interiores. Estos podían ser de: cantería, mampuesto, agregados, cuje, ladrillos, y tabiques de madera. Los materiales utilizados para la fabricación de estos son: la cal, el agua, la arena, la piedra, el ladrillo y la madera.
Para el plano de piso se utilizaron materiales resistentes y que permitieran una superficie adecuada para circular sobre ellos, además de favorecer la imagen estética de la edificación. Dada la topografía cambiante de la ciudad, se generaron: pisos planos, con escalonamientos y rampas, que en muchos casos necesitaron muros de contención para la adaptación a los desniveles del suelo, los materiales usados con mayor frecuencia fueron la piedra natural (piedra de río, labrada, mármol y pizarra), la cerámica (importada o no) y la madera.
Un alto por ciento de elementos componentes de la vivienda fue realizado con madera, no solo el sistema estructural o tabiques como ya se había explicado, sino también en las puertas, ventanas, rejas, barandas, elementos divisorios, escaleras y un considerable número de elementos decorativos. Con la aparición de las rejas de hierro forjado se sustituyeron algunos elementos de protección por este material.
Patologías mas frecuentes en las construcciones domésticas coloniales santiagueras
El desgaste y deterioro natural que sufren los materiales en el tiempo, las actuaciones inadecuadas de los moradores de las viviendas y la falta de mantenimiento conllevan a la aparición de lesiones en las construcciones. A partir de su conocimiento y evaluando la evolución de las mismas se pueden proponer soluciones adecuadas que detengan el deterioro progresivo y recuperen la imagen de las edificaciones.
Las principales patologías que se han podido identificar en la vivienda del período colonial según su frecuencia de aparición (1) son las siguientes:
Humedad: Presencia de agua en los componentes del edificio. Pueden ser por penetración, capilaridad, condensación o roturas de instalaciones.
Desconchado: Pérdida del recubrimiento del muro, observándose los elementos componentes del mismo.
Corrimiento de tejas: Por pérdida del mortero de unión, provoca lesiones secundarias en otros elementos del techo.
Eflorescencias: Favorecida por la humedad. Se presentan manchas blancas como resultado de la cristalización de sales presentes en el agua.
Suciedad: Acumulación de impurezas existentes en la atmósfera favorecida por la humedad y la porosidad de los materiales.
Grietas y Fisuras: Aberturas y pequeñas hendiduras en elementos componentes por movimientos sísmicos u otras causas.
Pudriciones: Degradación de las propiedades de un elemento, con origen biológico, generalmente con presencia del agua, propio de elementos de madera.
Agentes biológicos: El material más afectado es la madera, observándose la presencia de insectos, bacterias y hongos.
Erosión: Desgaste por efecto de agentes atmosféricos en elementos pétreos.
Mutilaciones: Sustitución o pérdida de elementos componentes por la acción del hombre.
Abofado: Aparece en zonas húmedas del paramento y en ocasiones acompañado de desconchado.
Desgaste: Puede presentarse en cualquier elemento componente, producto del uso y el paso del tiempo.
Deformaciones: Se presentan en elementos sometidos a impactos o por pérdida de agarre con otras partes de la estructura. Muy frecuentes en las rejas.
Oxidación: Corrosión de los elementos metálicos.
Vegetación parásita: Plantas que crecen en zonas de la edificación favorecidas por la acumulación de materia orgánica y la humedad.
Hundimientos: Presencia de oquedades en los pisos por el asentamiento del material del relleno, provocando roturas de las piezas que conforman los mismos.
Posibles soluciones a las patologías
El primer paso para solucionar las patologías presentes en las viviendas coloniales es determinar las causas que las producen y eliminarlas, una vez identificadas las lesiones se pueden adoptar las siguientes soluciones expuestas de manera sintetizada dado el interés de este trabajo.
Humedad: Si la humedad es por capilaridad se resuelve por drenajes, aireación o ventilación, inserción de láminas impermeables. Si la humedad es por desperfecto de las instalaciones hidrosanitarias o rompimiento del muro o por otras causas, se debe eliminar el origen de la misma y reparar.
Abofados y Desconchados: Se debe repicar toda el área afectada, y luego recubrir con un mortero de cal y arena. Lo recomendable es aplicar luego pinturas adecuadas, mantener la limpieza y chequear el muro cada cierto tiempo.
En el caso de las paredes de cuje se descubre toda el área del muro, dejando a vista la malla, comprobando que esté en buen estado. El material del recubrimiento se recuperará a través del cernido, para utilizarlo nuevamente. Si la malla está en mal estado se sustituyen los elementos, volviendo a tejer la misma.
Después se procede al encascado del muro por la parte inferior, utilizándose piezas de cerámica, repetir la actividad hasta lograr el espesor deseado. En los paños superiores los restos de cerámica serán sustituidos por piedras calizas, lo que permitirá obtener mejores resultados.
Corrimientos de tejas: Se deben retirar todas las piezas partidas y sustituirlas por otras nuevas. Si el daño es grave se verificará la situación del entablado sustituyendo las piezas dañadas, para garantizar mayor impermeabilidad se podrá colocar un cartón de techo y luego las tejas nuevamente.
Eflorescencia: Para disecar las áreas afectadas se pueden emplear varios métodos: como el de construcción de barreras físicas, químicas y eléctricas. La solución de esta patología está en dependencia de la eliminación de la humedad y el lavado de las eflorescencias. Lo que se hace generalmente es eliminar el recubrimiento dañado, recubrir nuevamente el muro y mantenerlo periódicamente.
Suciedad: Limpieza por lavado: si el mortero es de cemento, se pasará a la superficie un cepillo de nylon usando abundante agua, si es de cal, se quitarán polvos, grasas o materias orgánicas, raspando la superficie y se dará finalmente una pintura para exteriores.
Grietas o Fisuras: Se obtura la grieta o fisura con un sello superficial de mortero, mejorando sus propiedades con aditivos, estos pueden ser productos semielásticos como resinas. También existe el método llamado cocido o zurcido: con unas piezas de metal en forma de U, llamadas grapas. Luego de colocadas se recubrirán con un mortero que puede ser de cemento y arena.
Pudrición: Aplicar según el caso específico tratamientos superficiales, de inmersión y por inyección en los elementos dañados.
Presencia de insectos: Eliminar la parte dañada y sustituirla. Se aplicarán preservadores para la madera de tipo oleosolubles o hidrosolubles. Los tratamientos se pueden dar con presión o sin ella.
Erosión: No siempre es posible eliminar las causas de la erosión por lo que las soluciones se encaminan a la sustitución de los elementos afectados y la protección con pinturas y otras terminaciones.
Mutilaciones: En este caso se recuperarán o se reconstruirán las partes o los elementos en su totalidad y se colocarán en el lugar original.
Desgaste: Se sustituye la pieza o parte afectada en caso de que el daño afecte la función del elemento. Se recomienda aplicar recubrimientos de pintura y preservadores adecuados en los elementos en que esto sea posible.
Deformaciones: Si la deformación no es severa se le devolverá la forma al elemento, en caso contrario se sustituirá por otro.
Oxidación: Analizar la sección de los elementos dañados, si no cumple los parámetros adecuados se deberán sustituir. Si no están muy dañados se eliminará el óxido que está en la superficie de los elementos, con un cepillo de alambre, cubriéndolo a continuación con una capa protectora que lo aísle de los agentes externos.
Presencia de vegetación parásita: Una vez conocidas las causas que originan su multiplicación, se eliminará la misma, limpiando el lugar, reparando los daños producidos a los elementos componentes.
Hundimientos: Retirar las piezas del piso, revisar y nivelar el relleno y volver a colocar las piezas.
Criterios de intervención de las entidades que actúan en el centro histórico
El centro histórico como ya habíamos planteado está conformado por un alto porcentaje de viviendas, existiendo una interacción continua entre los ocupantes y las mismas. Las acciones que se generan de este intercambio deben ser controladas por los organismos y entidades que regulan las intervenciones inevitables de los propietarios, aunque no se logra esto en su totalidad.
Es evidente que las intervenciones ejecutadas por los propietarios de las viviendas, no son realizadas con las técnicas y herramientas requeridas, por falta de conocimiento. Los materiales generalmente tampoco son los recomendados para la intervención en las viviendas coloniales, pues por razones económicas del país en muchas ocasiones los que se recomiendan no pueden ser asignados.
Las entidades que actúan sobre las viviendas del centro histórico son: Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU), Departamento de la Vivienda (D.V), el Arquitecto de la Comunidad (A.C.), la Unidad Municipal de Inversiones de la Vivienda (U.M.I.V.) y la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC).
Cada entidad tiene sus propias regulaciones o criterios que rigen las intervenciones que se realizarán a las edificaciones; pero de manera general no existe una norma de estricto cumplimiento por todos los actores, que regule el grado de intervención en la vivienda. Aunque ha ido aumentando el interés por preservar los valores del centro histórico, jugando un papel significativo la OCC en interrelación con las restantes entidades, no siempre se logran los resultados esperados.
Los criterios generales que se pueden resumir del análisis de la estrategia de cada uno de estos organismos son los siguientes:
- Detener el deterioro del fondo habitacional.
- Lograr conservar el patrimonio edificado con fines utilitarios.
- Integración al entorno en caso de nuevas inserciones.
- Mantener las edificaciones con valor.
- Proyectar edificaciones que cualifiquen el entorno en que serán insertadas.
- Observar los estudios arqueológicos, históricos y arquitectónicos entre otros que se hayan realizado de la edificación y su entorno.
- Evaluar críticamente la función que va a desempeñar el edificio.
- Tratar de rescatar la forma original del edificio en cuanto a su planimetría.
- Rescatar, restaurar o reconstruir los elementos que componen el edificio tanto en su estructura como en otras partes componentes.
- Evitar los añadidos.
- Valoración de los recursos existentes y evaluación de el uso más correcto de los mismos.
- Uso de cualquier tecnología compatible con las técnicas y materiales empleados.
Es importante señalar que aunque se ha avanzado en la conservación de la arquitectura doméstica en Santiago de Cuba, es necesario seguir implementando medidas y acciones tendientes a detener las transformaciones crecientes que se pueden observar al recorrer esta importante área de la ciudad.
notas
1
LÓPEZ ARIAS, Elsi. Lesões mais frequentes nas habitações colonais santiagueras. Santiago de Cuba, Universidade de Oriente (trabalho inédito), 10 p., 1998.
referencias bibliograficas
Colectivo de autores. Sistemas constructivos coloniales. Santiago de Cuba, Universidade de Oriente, 60 p., 1988.
GARATE ROJAS, Ignacio. Artes de la cal. Edições da Universidade de Alcalá de Hernares. Instituto Español de Arquitetura. 250 p., 1987.
HERNANDEZ, Eduardo et alli. Informe sobre programas de viviendas de bajo costo. Instituto Nacional da Vivienda, 20 p., 1994.
MORCATE LABRADA, Flora; CABRERA FERRIALS, Mônica; MUÑOZ CASTILLO, María. Terminación de superficies en la arquitectura colonial. Resultado Científico. ISPJAM. 50 p., 1991.
PRAT PUIG, Francisco. El prebarroco en Cuba. La Habana, Editorial Burgay, 400 p., 1947.
sobre los autores
Elsi María López Arias es arquitecta, profesora asistente de Tecnología y Dirección de la Construcción. Facultad de Construcciones, Universidad de Oriente.
Noemy Bárzana Rodríguez es arquitecta, profesora auxiliar de Proyecto Arquitectónico, master en conservación y rehabilitación del patrimonio edificado. Facultad de Construcciones. Universidad de Oriente.