Abstract
Dentro del corpus de la obra de Emilio Duhart Harosteguy (1), destaca particularmente el Plan Director para el Campus de la Universidad de Concepción, iniciado en 1957, por la magnitud de su propuesta y por su aporte al desarrollo urbano nacional.
El presente artículo y la investigación tras él, forman parte de una tesis doctoral en progreso (2). Pretende ser una primera aproximación, para abordar la compleja trama de circunstancias que en vuelven la génesis y desarrollo del proyecto. A través de él, se desea dar a conocer el proyecto y estudiar la relación de su concepción teórica con los postulados del urbanismo moderno. Con este objeto, se ponen en relación tres aspectos importantes: las preexistencias del campus – la visión de Enrique Molina y el aporte de Karl Brunner; los cambios implementados con la reestructuración académica de 1957; y la propuesta de Emilio Duhart para el campus, sus referentes, intenciones y prioridades.
Precedentes
El año de su fundación, 1919, y tras conseguir la necesaria estabilidad económica, la Universidad de Concepción comenzó la compra de los primeros terrenos para su futura expansión (3). Los criterios para la adquisición de propiedades formaron dos grupos de opinión: por un lado, los miembros del H. Directorio de la Universidad, que preferían la compra de emplazamientos dentro de la trama consolidada de la ciudad; y por otro lado, su primer Rector, Enrique Molina Garmendia (4), partidario de adquirir terrenos en las afueras, lejos del centro, donde los precios eran menores. Tras estas posiciones se encontraba una determinada idea de Universidad. En Chile, en el cambio de siglo, los ejemplos más cercanos eran los grandes edificios de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica, ambos en Santiago, con lo cual es posible suponer que la idea de la mayoría de los miembros del H. Directorio de la Corporación fuera la de construir un gran edificio Palaciego, ya que el modelo arquitectónico universitario imperante era de referencia europea. No obstante, el concepto de “Grupos Universitarios” (5) estaba empezando a germinar en el ambiente gracias a las ideas que trajo consigo el Rector Molina de sus viajes por distintas ciudades universitarias de Estados Unidos, cristalizadas en su libro De California a Harvard (6). El rector Molina, que como recordó posteriormente el profesor O. Wilhelm Grob, “venía obsesionado con un “Campus” y un Campanil” (7), convenció, por su prestigio, tesón y entusiasmo, a los directivos de su idea de ciudad universitaria. En este sentido es significativa la nota sobre las primeras compras aparecida en la revista de la Universidad de Concepción en abril de 1924: “[La universidad] ha adquirido, en un barrio de la ciudad que más se presta a este objeto, un terreno de seis hectáreas de extensión donde se elevará la futura Universidad, dotada de numerosos pabellones, campos de juego, piscina, residencia y hogar de estudiantes, todo conforme a las más modernas exigencias de la edificación escolar” (8).
Las primeras instituciones universitarias (9) chilenas, del siglo XVII y XVIII, emplazadas fundamentalmente en Santiago y fuertemente vinculadas a la Iglesia, seguían un modelo claustral y palaciego, hasta que en 1919, y siguiendo el patrón americano se fundó la Universidad de Concepción, primer Campus universitario en Chile y Latinoamérica. La idea de Campus universitario era innovadora para el contexto nacional, más aún para una ciudad de provincia como Concepción, más bien conservadora. Sin duda el emplazamiento de un Campus universitario en una ciudad pequeña, como lo era en ese entonces, y aunque pujante siempre por detrás de Santiago, debió ser un desafío a muchos niveles.
Enrique Molina y su idea de Campus universitario.
En el origen y fundación de la Universidad de Concepción y su Campus es fundamental la visión y tenacidad de Enrique Molina. Fue el principal gestor e impulsor de la creación del campus universitario. Entre Octubre de 1918 y Junio de 1919, Enrique Molina realizó un viaje por varias universidades norteamericanas con el objeto de estudiar su estructura, funcionamiento, métodos aplicados a la enseñanza y el tipo de edificios utilizados para ello. El aspecto físico de las universidades norteamericanas tuvo especial impacto en él y determinaron su visión respecto de lo que debía ser, en términos arquitectónicos y urbanos. De la lectura de su libro se deduce que lo “impresionaron fuertemente la libertad e independencia del arreglo de los espacios abiertos, tan distinta a la densa organización de nuestras edificaciones; la formalidad de las actividades desarrolladas en edificios cerrados, tan diferente al característico desorden de nuestros colegios; la visión de los estudiantes caminando por senderos encantadores, descansando o discutiendo en los bancos distribuidos a la sombra de los añosos árboles, en contraposición con la nuestra de patios polvorientos y desnudos, abiertos a todo sol; el desarrollo de actividades deportivas en equipamientos adecuados y suficientes; el contacto con la muchachada sana, de espíritu positivo; el respeto visible por los académicos circulando en sus togas; en fin, la expresión de una cultura operando en armonía con un ambiente bello y unitario.” (10)
A su regreso a Chile, la idea de campus tenía potencia y claridad en su convicción. El modelo fue principalmente la Universidad de California en Berkeley, una universidad parque de recinto abierto y con un Campanil como hito referencial y significante. Para el Rector Molina la noción de universidad como barrio o parte de la ciudad en la que se emplaza, fue especialmente enfatizada en su visita a Harvard. Ésta, así como muchas otras observaciones representarían el cúmulo de nuevas ideas sobre la expresión física de la universidad que guiaron su nacimiento y desarrollo por casi cincuenta años.
A partir de 1925, las ideas del Rector Molina fueron tomando cuerpo. Ese año, el primer proyecto para una ciudad universitaria para Concepción fue el resultado de un concurso público ganado por los arquitectos Eguigurren, Arrau y Almozara, del cual nada se realizó, pero que sirvió para difundir entre la ciudadanía, la idea de “grupos universitarios” (11) y las intenciones de la Universidad. Un segundo proyecto de Plan General fue desarrollado por el arquitecto Carlos Miranda Morales (1927 -1928) e incluía en su ordenamiento los edificios construidos hasta el momento en los terrenos de la universidad y las premisas de la primera propuesta. En 1931, a través de Karl Brunner Von Lehenstein (12), el rector Molina obtuvo un intérprete más elocuente y hábil para sus ideales.
Plan General de Karl Brunner, 1931
"Debe partirse de un punto de vista funcional para toda planificación. La función crea el órgano. La función de la Universidad es crear conocimiento y para crear conocimiento es necesario contar con los centros de investigación, es decir, con Institutos de ciencias puras. Por eso yo colocaría en el corazón, en el centro de la Ciudad Universitaria, o en las áreas o zonas de las respectivas Escuelas, los Institutos para la investigación, y las escuelas para la formación de profesionales, en la periferia hacia la calle." (13)
En términos estratégicos, resultó esencial que el Plan General Universitario fuese de la autoría del profesor Brunner; por un lado, su prestigio aseguró la continuidad de su aplicación por muchos años, y por otro fue un intérprete más cercano a las ideas que el Rector Molina había reforzado y enriquecido tras un nuevo viaje por Europa e Inglaterra. Esta nueva visión tenía mayores puntos de concordancia con la propuesta de Brunner, más europea y maciza. Además, es importante destacar que su “prestigio de urbanista contratado por el Gobierno y la Universidad de Chile, daba sustento político al Rector Molina en su afán por imponer sus ideas en una sociedad local muy provinciana; por otro lado fue un intento centralista por hacer que la Universidad de Concepción formara parte de la Universidad de Chile”. (14)
El Plan de Brunner tuvo mucha difusión en el país y en América latina, por su originalidad atrajo la atención de los medios de comunicación, siendo ampliamente publicado.
La propuesta del profesor Brunner (Fig. 1) reveló, respecto de los anteriores, importantes diferencias en términos de la concepción urbanística y simbólica, de la zonificación y de su expresión arquitectónica. La propuesta partía del concepto de ciudad abierta, con edificios alineados de media altura dispuestos en un parque. A partir de tres ejes muy claros, configuró un orden para marcar los accesos y las principales circulaciones del recinto en la forma de tensiones muy perceptibles y orientadas hacia el centro. Estos ejes definen las calles interiores y ordenan los volúmenes de los diversos Institutos, Escuelas y Facultades, de manera que estos reforzaran esas direcciones básicas de organización. La trama de las circulaciones peatonales se desarrolló con una lógica propia e independiente a través del parque. El conjunto de las calles interiores creadas se enlazó adecuadamente con la vialidad existente en la ciudad. En lo simbólico y más significativo del proyecto, Brunner hizo converger los ejes o calles interiores en una plaza en la que se levantó dominante un Campanil; lo que permitía al visitante comprender el orden de todo el recinto desde allí, invitado a reconocer todos los sectores de la universidad desde su símbolo. Además, Brunner propuso una disposición de volúmenes y una ordenación de las actividades universitarias, conforme con los ideales universitarios expresados por el Rector Molina. La propuesta volumétrica contenida en el Plan consideraba de forma implícita el tipo de edificación moderna de la época, desprovista de ornamento, construida por volúmenes puros, en los que la arquitectura se jugaba en la proporción, la claridad funcional y la articulación.
Campus Universitario de Emilio Duhart Harosteguy, 1958
La visión de Campus universitario del Rector Molina, así como su materialización en el Plan Brunner, fueron circunstancias importantes para el desarrollo de una configuración coherente y unitaria del barrio universitario hasta mediados de la década del cincuenta (Fig.2). En 1957 Duhart recibió el encargo de un nuevo Plan Urbanístico de Ampliación de la Ciudad Universitaria. Su prestigio profesional le precedía; su conocimiento de la región, sumado a su relación con Harvard, Walter Gropius y Le Corbusier, fueron fundamentalmente las razones para que el H. Directorio de la Universidad aprobara su contratación.
En esa fecha, Duhart era un arquitecto y urbanista de dilatada trayectoria. Su contacto con la ciudad de Concepción se inició en 1941 trabajando para la Corporación de Reconstrucción y Auxilio (15), institución encargada de ayudar a las zonas más afectadas por el terremoto que azotó la región en 1939. Ya desde 1943, y en sociedad con Sergio Larraín García Moreno (16) realizó una serie de proyectos, como la Villa Presidente Ríos de 3500 habitantes, para la Compañía de Aceros del Pacífico (1947) y el Plan Regional Gran Concepción (1951). Complementariamente Duhart, era profesor titular de Taller de Urbanismo en la escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile; y era el Director del Instituto de Planificación, Urbanismo y Vivienda de la misma institución. Estos dos aspectos de su quehacer profesional serán especialmente significativos para su proyecto de campus. En 1958, Duhart abrió en Santiago su propia oficina “Emilio Duhart H. Arquitectura y Planificación”, y en Concepción una oficina regional en sociedad con Roberto Goycoolea Infante (17). Posiblemente estas circunstancias le ponen en contacto con David Stitchkin B. nuevo rector de la Universidad.
Nuevo Rector, Nueva Universidad
En el proceso de crecimiento y desarrollo del campus de la universidad de Concepción, se inicia una nueva etapa con la elección como rector del abogado y profesor de Derecho Civil, David Stitchkin Branover, el 26 de abril de 1956. Sucesor del Rector Molina, uno de los primeros desafíos de Stitchkin fue plantear la necesidad de instaurar un Plan de Reestructuración docente y académica en el seno de la Universidad. Para asumir tal reto, contó con la Asesoría Internacional de la Junta de Asistencia técnica de las Naciones Unidas. Paralelamente e inmerso en la idea de campus universitario del antiguo Rector y consciente de las transformaciones de los campus americanos (18), su crecimiento, cambios y adaptación a los nuevos tiempos, juzgó necesario un estudio de ampliación de la Ciudad Universitaria, una nueva ordenación de los espacios y edificios que incluyeran el Plan Brunner, la nueva estructura académica y su planificación futura. Con estos objetivos, tomó contacto con Duhart en 1956.
En este contexto, en el verano de 1957 Duhart inició el estudio preliminar de reordenación de las edificaciones universitarias. El Plan Regulador de la Ciudad Universitaria fue aprobado por el H. Directorio en mayo del mismo año, considerando dos premisas del Plan Brunner: en primer lugar, planteó organizar la Universidad en torno a la Plaza del Campanil, centro de gravedad y punto de confluencia para los nuevos ejes y no el remate que Brunner proponía. Esta instancia le permitió a Duhart establecer un contraste funcional y formal entre ambas épocas y desde el cual se extendió un nuevo espacio longitudinal que actuó como columna vertebral del conjunto, un eje histórico y articulador de ambos proyectos. En segundo lugar, consideró mantener las directrices arquitectónicas ya establecidas, es decir, edificios de mediana altura aislados, emplazados a distancias que permitieran la continuidad del parque entre ellos.
Concepción del Plan
El Plan Duhart de 1958 fue tan eficaz y potente como la había sido el de Brunner. Cumplía plenamente con el objetivo del Rector Stitchkin de replantear, con una nueva óptica, el conjunto de la Ciudad Universitaria. Por eso, aunque respetaba lo hecho por Brunner conservándolo en su esencia, marcaba una línea muy sensible entre la universidad antigua y la nueva que debía construir (Fig. 3)
Uno de los criterios relevantes, para el diseño del campus de Duhart, fue “la zonificación por grupos pedagógicos, siguiendo las normas de la organización universitaria, creando una zona médica, una tecnológica, una de ciencias sociales, etc.; proponiendo centros comunes de atracción e irradiación como, entre otros, el Foro abierto” (19). Esta zonificación dotó al campus de una nueva dinámica de relaciones a través de una estructura y organización donde el protagonista era el espacio público. Grandes ejes de circulación relacionaron las distintas funciones o áreas, ya no como núcleos cerrados sino como puntos interrelacionados de actividades afines. Estas zonas concurrían a una serie de centros que actuaban como articuladores de la vida universitaria. Dentro de los centros propuestos, el Foro Abierto fue de mayor relevancia simbólica y evidencia como Duhart hizo una interpretación completamente nueva de la idea de universidad-parque del Rector Molina, entendiendo el Foro Abierto como un mecanismo de sociabilización que reforzó su condición de espacio público tanto para la comunidad universitaria como para la ciudad. El plan Duhart propone en la antigua plazoleta del campanil, un significado completamente distinto: se transforma en el centro de gravedad del nuevo conjunto, en tanto a partir de él, se previeron otros centros de atracción especializados que le darían tensión y vida a cada sector de la ciudad universitaria. En el Plano de Zonificación (Fig. 4), se puede apreciar el esquema de centros de atracción realizado por Duhart. Se establecen cuatro núcleos articuladores en torno a los cuales se estructura el desarrollo del proyecto. Estos núcleos se ubican en los extremos de los ejes de expansión de la propuesta, orientando las circulaciones, las vistas, las tensiones espaciales y la perspectiva volumétrica.
Estos núcleos articuladores tendrían funciones específicas en la socialización espacial del proyecto. En orden de importancia y en el corazón de la propuesta, el Foro Abierto. Hacia Norte en el sector médico, el Foro Cubierto que no llegó a construirse (hoy se ubica en su lugar la Casa del Deporte, construida entre 1941- 1949); hacia el sur-oeste y como remate a la explanada verde que hace de columna vertebral del conjunto, la casa universitaria, (en su lugar hoy se ubica la biblioteca central, 1961), por último el centro deportivo, frente al sector habitacional (Fig. 5). Esta nueva estructura, organización y dinámica del Campus se vinculaba coherentemente al diagnóstico de la situación académica de la Universidad, prioridad para el rector Stitchkin, y que decantó en el Nuevo Plan de Reestructuración Docente (aprobado en diciembre de 1957) y formulada con la asesoría de la Unesco.
Para la creación de un ambiente propicio para el desarrollo de la investigación científica y la búsqueda del conocimiento, la reestructuración propuesta por el experto de la Unesco, señor Rudolph Atcon, postuló reformas a varios niveles: desde la reorganización profunda de la estructura pedagógica e investigación existente; el desarrollo de nuevas carreras y grados académicos que permitieron diversificar la oferta ofrecida por la Universidad; hasta el análisis económico de los recursos materiales y humanos que permitieran un uso eficiente y eficaz de los equipamientos y servicios. En consecuencia, exigía una nueva expresión física para la universidad. El profesor Atcon la graficó usando un esquema de círculos que expresaba al mismo tiempo organización estructural y posición física. (20) (Fig.6)
Duhart conoció el informe Atcon a fines de 1957, cuando su proyecto urbano y arquitectónico para el nuevo campus ya estaba definido. Es importante destacar el grado de afinidad de ambas propuestas, que aunque se desarrollaron de forma paralela durante 1957, lo hicieron de modo separado y autónomo. “Duhart pensó una universidad integrada arquitectónica y espacialmente, con un centro simbólico - el Foro Abierto – y ejes funcionales. A su vez, Atcon propuso una universidad integrada funcional y conceptualmente, sustituyendo el viejo concepto de facultades por el de Institutos de Ciencias y Escuelas profesionales” (21). Duhart, para dar mayor unidad a ambos estudios, sólo hizo algunos cambios de denominaciones, como por ejemplo, el edificio de Química paso a llamarse Instituto de Química.
Es así como se concreta un doble sentido a los cambios y prioridades establecidas por el rector Stitchkin para la universidad. Por una parte, tuvo su fundamento en una visión esencialmente arquitectónica, espacial, perceptual y simbólica de una “universidad nueva” propuesta por el arquitecto, y por otra, una justificación en la visión conceptual de la universidad integrada, propuesta por el experto de la Unesco.
Foro Abierto, umbral y articulador
El núcleo arquitectónico, espacial y simbólico del Campus de Duhart y corazón de la Universidad es el Foro Abierto (Fig. 7-8), punto de inflexión entre el viejo y nuevo campus. Es el punto de máxima atracción principalmente por su ubicación en la convergencia de los espacios dados por la topografía del barrio universitario y por el trazado urbanístico convergente que se conserva del plano de Brunner. Por su posición central en el nuevo plan Regulador; y finalmente, por el carácter monumental que se le otorgó por ser, a la vez, la sede del monumento a los fundadores de la Universidad.
El Foro Abierto es, ante todo, un lugar de reunión y de atracción para grupos numerosos (4.000 personas sentadas) se dedica formalmente a ceremonias universitarias, actividades culturales, conciertos, etc., además de ser útil para actividades espontáneas de la vida universitaria. Su nueva configuración amplió considerablemente la antigua plazoleta, conservando el campanil como uno de sus elementos principales. Este se despejó en la parte inferior para liberar al máximo su esbelta proporción, se simplificó su forma y se hicieron las reparaciones necesarias para darle calidad y permanencia. La relevancia que este espacio tuvo para Duhart queda expresada en la siguiente frase: “Diariamente, especialmente en la buena estación, se verá concurrido por estudiantes, profesores, familias del barrio, niños, visitantes y turistas, llegará a ser unos de los paseos favoritos de la ciudad. Una de sus características fundamentales es su total independencia del tránsito vehicular que se deriva por la periferia del nuevo sector del barrio universitario, dejando enteramente entregado al Hombre que camina el sector central de la ciudad universitaria.” (22)
Los referentes analizados por Duhart para las proporciones de este espacio, se encuentran en la Piazza della Santissima Annunziata, Florencia; y en la Piazza Della Basilica di San Marcos en Venecia (Fig.9-10). En el Fondo Emilio Duhart H.( Fondo de Originales y Documentación Sergio Larraín García-Moreno de Pontificia Universidad Católica de Chile), se encuentra una lámina que grafica este análisis y estudio. En ella se puede apreciar la superposición de los tres espacios, reflejando así el interés de Duhart por comprobar las dimensiones y proporciones aplicadas al Foro, a través de la superposición y comparación con espacios públicos consolidados como espacios de sociabilización efectivos.
Finalmente, es necesario destacar que también hubo otros modelos arquitectónicos estudiados por Duhart a la hora de enfrentar la propuesta de ampliación de la Universidad de Concepción; estos fueron: La Universidad de Harvard, la Universidad Nacional de México, UNAM, y la Universidad de Chile. Duhart realizó un análisis gráfico comparado de estos tres campus y su propuesta para la Universidad de Concepción a escala 1: 4000. El Campus de la Universidad de Harvard (Fig. 11), fue siempre un referente para la Universidad de Concepción, su bucólica imagen dejó huella en el Rector Molina, Rector Stitchkin y Duhart, quien en 1942 realizó allí sus estudios de post grado con Walter Gropius. Hacer uso de ella como modelo, creemos tiene su origen en dos instancias; la primera, la intangible atmosfera que posee, es decir, la inmaterial sensación que proporcionan su arquitectura, la composición de sus áreas verdes, sus rincones y la forma de apropiación del espacio que durante 300 años crecieron de modo natural e informal. Por otro lado, y como consecuencia de este proceso de desarrollo, el campus había llegado a un punto de saturación y sobre ocupación que en 1956, se ve subsanado con el Plan Director de Harvard de Josep Lluís Sert (23) (Fig. 12.). El proyecto y sus lineamientos generales deben haber sido del interés de Duhart, tanto por el proyecto entre manos, como por el interés que despierta en él, el trabajo urbano desarrollado por Sert.(24) Además, y salvando las proporciones, hay un punto de similitud entre ambas propuestas.
Ambos campus estructuran su nuevo desarrollo a partir de las premisas de “el corazón de la ciudad”, (VIII CIAM, Hoddesdon, 1951) y un vacío jerárquico y simbólico: el antiguo yard central de Harvard y la antigua plaza del campanil que con la propuesta de Duhart se transformará en el Foro abierto.
También nos parece interesante el uso de la Universidad Nacional de México (Fig. 13 y 14) como referente, en tanto en 1958 era un campus consolidado y fiel expresión del Urbanismo y Arquitectura del Movimiento Moderno en América Latina. Nuevamente ambos organizan su estructura funcional en torno a una gran explanada, espacio fundamentalmente peatonal en el caso de la UNAM (Fig. 15), y una extensión de césped flanqueada por una doble línea de árboles que definen la circulación también peatonal en el campus de Duhart. Un recurso similar, cumple funciones distintas, como vacio articulador. En ambos casos, un eje espacial de lectura longitudinal, organiza y ordena el conjunto. En el caso de la UNAM, el área de Gobierno donde se ubica la Rectoría y la biblioteca, es el espacio articulador del proyecto, entre zonas de distintas funciones (Fig. 15). Esta idea rectora, también se encuentra en la relación del Foro Abierto y la explanada y los edificios de Química, metalúrgica y Ingeniería Civil, también proyectos de Duhart (Fig. 16). La definición del sistema vial y paisaje son importantes en ambas propuestas. En los dos proyectos hubo una especial atención por privilegiar las circulaciones peatonales al interior de la composición del campus y dejando relegado a un segundo plano las circulaciones vehiculares. El diseño de las áreas verdes, paisajes y entorno también fue cuidado, generando un uso constante por la calidad del espacio público que aportan a sus respectivas ciudades.
En 1957, el mismo año que se aprobó el Plan Regulador de la Ciudad Universitaria, se realizó el Seminario del Gran Santiago, evento destinado a reflexionar sobre el futuro de la ciudad y que se desarrolló con el patrocinio de la Universidad de Chile y el Ministerio de Obras Públicas. Se presentaron diversas entidades con proposiciones que tuvieron influencia en el actual Plan Intercomunal de Santiago.
“Emilio Duhart con sus alumnos de taller de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica presentó alrededor de 50 paneles con trabajo de análisis y proposiciones en relación a Santiago y su región. Este trabajo representa un resumen de su pensamiento en relación a la planificación y urbanismo y un testamento de ideas que merece ser estudiadas en profundidad. …Más que en la originalidad de las ideas, que en algunos casos fueron compartidas por otros arquitectos e instituciones, el valor principal del trabajo está en la globalidad de su visión.” (25)
Bajo la dirección de Duhart, sus alumnos prepararon la exposición “Problemas del Gran Santiago” y “Bases para una Planificación de Santiago”, trabajo académico que implicó una estrategia y estudio técnico sectorial, que sirvió de base para lo presentado al Seminario. La importancia de la dirección de Duhart de este proyecto académico, radica en que con el trabajo se concreta una estrategia de análisis y estudio de las problemáticas urbanas que Duhart viene desarrollando desde 1953, desde la creación del Instituto de Planeamiento, Urbanismo y Vivienda, Pontificia Universidad Católica, que también dirige. El análisis de las problemáticas urbanas de la ciudad de Santiago, permiten volcar en la metodología de estudio, todo su ideario y experiencia práctica como docente, es decir, la experiencia con Gropius en Harvard, los postulados de los CIAM y Le Corbusier. Se debe destacar que por su afinidad y empatía a los principios y postulados de los CIAM, Duhart debe haber conocido el trabajo de Josep Lluís Sert, J. Tyrwhitt y E.N. Rogers, las propuesta y postulados plasmados en su libro “El Corazón de la Ciudad por una vida más humana de la Humanidad” publicado en 1955, así como las reflexiones del VIII CIAM (Hoddesdon, de 1951).
En consecuencia, toda esta amalgama de experiencia y conocimiento se transmite y se ven reflejados en la propuesta del Campus de la Universidad de Concepción. En su libro, Sert propone “la creación de nuevos centros como núcleos catalizadores de la vida en comunidad, dedicados y dimensionados fundamentalmente para el peatón y para sus actividades de comunicación, capaces de permitir el contacto y el intercambio”. (26) Duhart tiene en mente estas premisas y los traslada desde un contexto macro como es la ciudad a un medio más acotado como se plantea el campus universitario. El Foro Abierto es el núcleo jerárquico de su propuesta, un espacio público potente, centro y articulador de la vida estudiantil al ser el centro funcional y simbólico de la comunidad que organiza. “La idea de Centro contiene en sí dos principios: uno geométrico (respecto de un determinado diseño urbanístico) y otro funcional (respecto del destino y uso). Muchas veces ambos aspectos coinciden: el centro de gravedad de una ciudad puede, al propio tiempo, ser el Corazón de la misma” (27). La configuración espacial del campus basa su estructura en dar un marco propicio a la acción social, al encuentro e interacción colectiva y como fundamento para generar vida al espacio público. El objetivo era dar significación simbólica, espacial y uso funcional a las actividades universitarias dispuestas en torno a un espacio central abierto que las articula y hace de corazón del nuevo campus.
Esta forma de enfrentar el proyecto y de resolverlo formó parte de los campus universitarios que se crearon en Chile a partir de 1960. Pionero fue el campus de la Universidad de Concepción, al que más tarde se sumaron el de la Universidad Técnica del Estado y el campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica, ambos en Santiago. Los tres campus destacan por la magnitud de sus soluciones y por su significado en el desarrollo urbano nacional.
De la propuesta arquitectónica y urbana de Duhart (Fig.17), no todo se concretó, aún así el eje vertebrador que se constituye entre el Foro Abierto (Fig. 18), la explanada verde y que remata en la Biblioteca Central(Fig.19), reforzado por los edificios de la Facultad de Metalúrgica, Química e Ingeniería Civil. (1965 – 1967)(Fig. 20) dan a la universidad un carácter que hasta hoy se reconoce, logrando articular la consistencia de buena parte del conjunto. La cualidad de este espacio público es aprovechada, no sólo por los estudiantes, sino también por la ciudadanía, por ende no se produce una segregación física del campus en la ciudad, sino que se integra a su red de plazas y paseos, en tanto entregó a la ciudad un espacio de alto significado social y simbólico, apto para el acontecer cívico, cultural, o político: un escenario para la interacción social cotidiana.
“Una vez inaugurado del Foro en obra gruesa, en 1960, se sentaron allí codo a codo: profesores, estudiantes, madres de familia con su niños, profesionales, obreros, jóvenes y ancianos, ricos y cesantes a presenciar los actos culturales que la Universidad organizaba todos los años en las tardes y las noches de la Escuela de Verano. Nunca había existido en Concepción tal comunión y tal fraternidad en actos culturales de valor. En el foro se dan películas educativas, recitales poéticos de alto nivel y conferencias de profesores de renombre internacional, conciertos y corales, piezas de teatro y mimos, fiestas y fuegos artificiales en navidad, etc… presenciados en religioso silencio por más de 10.000 espectadores que asisten gratuita y libremente y que proceden de todas las capas sociales. La Universidad y la ciudad son entonces una sola cosa. Diariamente, en especial durante la buena estación o en los días soleados de invierno, se ve concurrido por estudiantes y profesores que se reúnen en grupos de estudio informales; familias del barrio, visitantes y turistas, llegando a ser unos de los paseos favoritos de la Ciudad” (28).
notas
1
DUHART HAROSTEGUY, Emilio; (1917 – 2006) Arquitecto y urbanista chileno de dilatada trayectoria, es considerado un destacado representante de la Arquitectura Moderna en Chile y América Latina. En 1941 se titula con Honores de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En 1942 viaja a Estados Unidos para realizar estudios de posgrado, con Walter Gropius, en la Universidad de Harvard, tras lo cual vuelve a Chile para continuar su trayectoria profesional en sociedad con Sergio Larraín G.M. En 1952, becado por el gobierno francés, realizó estudios de urbanismo en la Universidad de la Sorbonne, período durante el cual trabaja aproximadamente seis meses para Le Corbusier en proyectos para la India. En 1970 se traslada a París donde fija su residencia permanente y abre una nueva oficina. En 1977 El Colegio de Arquitectos de Chile le otorga el Premio Nacional de Arquitectura. Ver Duhart, Emilio; Emilio Duhart Arquitecto; [Prólogo: Alberto Montealegre Klenner], Santiago de Chile: Ediciones ARQ, 1994.
2
“Emilio Duhart Harosteguy, Arquitecto. 1917 – 2006”, Departamento de Composición Arquitectónica, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, Universidad Politécnica de Cataluña.
3
Para seguir los avatares del Campus de la Universidad de Concepción, ver GARCIA MOLINA, Jaime; El Campus de la Universidad de Concepción. Su desarrollo Urbanístico y Arquitectónico, Ediciones Universidad de Concepción, 1994.
4
MOLINA GARMENDIA, Enrique; (1871-1964). Primer Rector y Presidente de la Universidad de Concepción desde 1919, hasta abril de 1956, año en el cual se le otorga el título de Rector Honorario Vitalicio de la Universidad. Fue Abogado y Pedagogo de Historia y Geografía, Profesor de Filosofía y Sociología en la Universidad desde 1919 y Ministro de Educación Pública en 1947 y 1948.
5
Bajo esta definición se conocía en Chile, lo que hoy entendemos por Cuidad Universitaria o Campus.
6
MOLINA GARMENDIA, Enrique; De California a Harvard: estudio sobre las universidades norteamericanas y algunos problemas nuestros, Ediciones Universo, Santiago de Chile, 1921.
7
Clase en motivo del cincuentenario de la Universidad de Concepción, el 25 de abril de 1969, p. 32; citado por GARCIA MOLINA, op. cit, p. 8.
8
Revista Atenea nº 1, Concepción, abril de 1924, p. 86.
9
MASSONE C.; Evolución del Patrón de Asentamiento Nacional. Casas de Estudios Superiores, Revista CA del Colegio de Arquitectos de Chile, Abril 1979, Santiago de Chile, p. 7-9.
10
GARCÍA MOLINA, Jaime; op. cit. p. 11
11
Denominación utilizada por la Revista Zig Zag y el Diario El Sur, para definir y referirse al proyecto de campus.
12
Karl Brunner (1887-1960) Arquitecto del Politécnico de Viena y Doctor en investigación histórica, fue contratado en 1929 por el Gobierno de Chile y la Ilustre Municipalidad de Santiago para el desarrollo de la cátedra de urbanismo en la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile y la realización de un estudio y plan urbanístico para la Ciudad de Santiago. Su formación unía su habilidad como proyectista a sus vastos conocimientos técnicos sobre las disciplinas que intervienen en los proyectos de urbanización, razón por la que había alcanzado gran reputación en toda Europa. En calidad de Asesor, el profesor Brunner se incorporó al Departamento de Urbanismo del Ministerio de Obras Públicas, participando activamente en la redacción de la primera Ordenanza de Construcción y Urbanismo de 1931 y en los estudios del Barrio Cívico de Santiago. En 1934, tras una breve estadía en Austria, fue contratado por la ilustre Municipalidad de Santiago para elaborar el plan Regulador de la comuna.
13
WILHELM GROB, O; Clase magistral dictada el 25 de abril de 1969, citando las palabras de don Karl Brunner L. Original mecanografiado. Archivo Escuela de Medicina, Universidad de Concepción.
14
Entrevista a Jaime García Molina, Arquitecto y Director Departamento de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía, Universidad de Concepción. Enero de 2009.
15
La Corporación de Reconstrucción, fue una institución semi fiscal, encargada de la ayuda y reconstrucción de zonas afectadas por desastres naturales y la construcción de vivienda. Funcionó entre 1939 y 1953 siendo fusionada a la Caja de Habitación en la Corporación de la Vivienda “CORVI”, denominada entre 1939 y 1948 Corporación de Reconstrucción y Auxilio. Los antecedentes de su creación están en el Terremoto de Chillán de 1939. En febrero de ese año el Presidente Pedro Aquirre Cerda propuso la creación de un ente estatal encargado de la reconstrucción física y otro del desarrollo industrial. Después de una larga discusión en el Congreso Nacional, se promulgó el 29 de Abril de 1939 la Ley Nº 6.334 que creó las Corporaciones de Reconstrucción y Auxilio y Fomento de la Producción o Corporación de la Producción CORFO. La Corporación dependía del Ministerio de hacienda de Chile.
16
Dentro de los proyectos realizados en sociedad con Sergio Larrain G.M., se encuentran algunas de las más destacadas obras de ambos arquitectos, como por ejemplo El colegio Verbo Divino, el Colegio Suizo, El Seminario Pontificio de Santiago o el Liceo de la Alliance Française, sólo por mencionar sus proyectos de tipo educacional. Dentro de los proyectos de desarrollo urbano destacan la Urbanización y Población de Achupallas proyectado para 25.000 habitantes en la ciudad de Viña del Mar; o la Planificación del Gran Concepción (Chile).
17
En 1960, Duhart fue contratado por la Ilustre Municipalidad de Concepción para el desarrollo del Nuevo Plan Regulador Urbano de la ciudad, proyecto aprobado y puesto en vigencia hasta 1980.
18
En 1956, el Rector Stitchkin, tuvo oportunidad de conocer un gran número de los campus universitarios americanos que el rector Molina había visitado en 1918.
19
Tal como se encuentra especificado en la memoria del Proyecto de 1958.
20
GARCÍA MOLINA, Jaime; op. cit. p. 75
21
Entrevista a Jaime García Molina, Arquitecto y Director Departamento de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía, Universidad de Concepción. Enero de 2009.
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Extracto de una lámina explicativa de la propuesta de E. Duhart. Fuente: Fondo Archivo de Originales. Centro de Información y Documentación Sergio Larraín García-Moreno. Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos. Pontificia Universidad Católica de Chile.
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Para conocer más detalles sobre el proyecto, se sugiere ver: ROVIRA, J.M. (ed.), Sert 1928 – 1979 Medio siglo de Arquitectura. Obra completa; fundación Joan Miró, Barcelona 2005. Ver también: Harvard University 1960: an inventory for Planning; Cambridge, Mass.: Harvard University Planning Office, c1960.
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Duhart tomo contacto con Sert en 1947 para solicitar su asesoría en el proyecto para la Villa Presidente Ríos, de la Compañía de Aceros del Pacífico, ubicado en el fundo las Higueras en Concepción. Entre 1942 y 1959 J.L. Sert y P.L. Wiener, como socios de la firma Town Planning Associates realizaron planes urbanísticos para varias ciudades latinoamericanas como Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y Cuba.
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DUHART, Emilio; Emilio Duhart Arquitecto; [Prólogo: Alberto Montealegre Klenner], Santiago de Chile: Ediciones ARQ, 1994. pág. 77 -79.
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FUENTES Hernández, Pablo; Campus Universitarios en Chile: Nuevas Formas análogas a la ciudad tradicional, Revista Atenea 496, II Semestre de 2007, Universidad de Concepción. P.119.
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De ROGERS E.N., SERT J.L., TYRWHITT; El Corazón de la ciuda : por una vida más humana de la humanidad. En FUENTES Hernández, Pablo; Op. cit. p.119.
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De Foro Abierto; revista Auca, nª 13, 1968. P 54- 56.
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Fig. 5 - Zonificación: 1. Sector Medico 2. Foro Cubierto 3. Aula Magna 4. Sector CS. Económicas 5. Sector Habitación 6. Centro Deportivo 7. Casa Universitaria 8. Sector Tecnologico 9. Foro Abierto 10. Sector Ciencias Jurídicas 11. ED. Administración General 12. Sector Escuelas Experimentales 13. Sector Arquitectura, Arte y Diseño
sobre el autor
Arquitecto, doctorando en Teoría e Historia de la Arquitectura por la Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España.