El arquitecto Peter Eisenman
Entrevista y texto por Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste
Rem Koolhaas, Jacques Herzog, Zaha Hadid, yo: hemos adquirido el prestigio de ser capaces de producir obras simbólicas. En Europa, los políticos no nos preguntan qué estamos haciendo, sólo nos dicen “hágalo”. Quieren un símbolo, dice Peter Eisenman, uno de los nombres fundamentales de la arquitectura contemporánea, en su estudio en Nueva York.
Referido sucesivamente como el representante casi paradigmático de las tendencias bajo las que se ha tratado de definir el comportamiento de la arquitectura de las últimas décadas, Eisenman opta (a los setenta y tres años) por elegir auto-aplicarse la más despojada, la esencial: la de arquitecto. Se me puede calificar como arquitecto crítico o arquitecto deconstructivista, pero yo diría que lo que hago simplemente es pura arquitectura. Quiero estar en el centro de lo que es necesario para la disciplina, y no en el borde. Por eso, me resisto a hacer una categoría más que la de la arquitectura misma.
Creo en la conservación de la disciplina. Creo que sé tanto de la disciplina como cualquier otro arquitecto en ejercicio y, a la vez me considero también un estudiante de arquitectura. En ese sentido me considero una persona conservadora. Aunque no en lo relativo al estilo o a las teorías.