Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste: La elección de su proyecto para la Ciudad de la Cultura en Santiago de Compostela, demostraría que en el anterior gobierno gallego latía el deseo de hacer algo arquitectónicamente diferente.
Peter Eisenman: Es verdad. No debe olvidarse que lo que un concurso indica es que el arquitecto está autorizado a cambiar las cosas: en un concurso, uno puede proponer lo que quiera. De recibir el encargo directo de un ayuntamiento o un gobierno te indicarán: “Queremos un Eisenman. Constrúyanos uno”. Lo que resulta interesante para mí de un concurso es que resulte algo difícil de definir como un Peter Eisenman. El proyecto que estamos haciendo en Santiago es sorprendente. Se concluirá en 2008. Quisiera pensar que la arquitectura de Eisenman es diferente, no mejor, a cualquier otra arquitectura. Quien vaya a Santiago verá qué es lo que hace Eisenman y comprobará que es diferente. Eso es lo crucial. Pero deben decírmelo otros, yo no puedo describir por qué.
[Eurófilo, Eisenman considera que Nueva York ”tiene una escasa cultura arquitectónica si se la compara con Roma, Berlín, Londres o París y cuando surge un gran concurso como el convocado para el World Trade Center, los intereses políticos lo destrozan. Me encanta Nueva York pero como arquitecto, soy un extraterrestre” afirma. ]
FM/AGY: ¿Comparte la fascinación arquitectónica de Rem Koolhaas con la metropolis asiática contemporánea?
PE: No. Es horrible lo que ha pasado en China y el Lejano Oriente. A mí no me interesa involucrarme en eso. Japón es otra cosa: es un lugar sofisticado en el que trabajar. Pero no China. Creo que la afirmación de Koolhaas se podría comparar a que yo dijese que quiero trabajar en Albania o Namibia. Sin embargo, América Latina es diferente. Me parece un lugar extraordinario. Hay una gran energía en Mexico, Sao Paulo es una ciudad maravillosa en la que me encantaría trabajar. Pero por otro lado, aunque me gusta, tengo la impresión que Buenos Aires es una ciudad excesivamente conservadora.
FM/AGY: ¿Europa?
PE: Hay diferencias entre ciudades. Prefiero la energía de Milán a la de Roma. Creo que la energía de Madrid es mejor que la de Barcelona. Y lo pienso porque Barcelona y Roma son ciudades mediterráneas. Madrid y Milán no son mediterráneas. El Mediterráneo es también un problema. Me encantan Nápoles y Sicilia pero no quisiera construir ahí.
[Reconoce la dificultad implícita en la labor de seguir construyendo un buen pensamiento que sustente y evolucione la acción: Tal vez se me ocurre una idea nueva por año. Es difícil desarrollar nuevas ideas cuando estás trabajando en varios proyectos distintos en un mismo año, afirma Peter Eisenman en una plenitud creativa e intelectual hecha de experiencia y fascinación por la Arquitectura.]