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O artigo de Humberto González Ortiz fala sobre o Biomuseo no Panamá, projeto do arquiteto Franka Gehry
GONZÁLEZ ORTIZ, Humberto. El nuevo edifico “bio” (como el yogurt). Frank Gehry en Panamá. Minha Cidade, São Paulo, año 13, n. 149.02, Vitruvius, dic. 2012 <https://vitruvius.com.br/revistas/read/minhacidade/13.149/4600>.
Dicen que esto será el Biomuseo de Frank Gehry en Panamá… Vale, y también podría ser: el Bio-mercado, el Bio-ayuntamiento, el Bio-museo de artes escénicas… El nombre que os guste con un “Bio” delante para quede más ecológico, verde y en los tiempos que corren digamos “cool y moderno”… Lo que “contenga” el edifico da igual… ¡Si es de Gehry!
Desde 1989 con la caída del muro de Berlín, el mundo solo tiene un polo de referencia, “el mundo occidental capitalista”, es decir, el imperio del neoliberalismo, la globalización económica, las trasnacionales trasgresoras, las listas de la revista Forbes (1), el trabajo precario, y “el Mc”Donalds en cada esquina”… Este es hoy, el sistema que rige nuestras vidas.
Y esto es, visto lo visto, un mal planteamiento económico para el mundo; donde los pobres desposeídos ven en su tele y con su parabólica, lo que “otros” (normalmente blancos y rubios) gozan en su vida diaria, con sus coches, sus calles amplias, su trabajo, su vivienda y su comida. Y claro, ellos pobres, quieren también poseer aquello a toda costa… inclusive a costa de ellos mundos y este finito planeta en que habitamos que no aguanta tanta, digamos sarcásticamente, “modernidad”.
Hemos generado un monstruo imparable, por eso no sirven de nada los muros en Palestina, o en la frontera mexicana, o las vallas metálicas de Ceuta y Melilla en el sur de España. Lo cierto, es que seguirán emigrando a miles los africanos buscando las Islas Canarias y Andalucía, los latinoamericanos buscando salvar el muro de la vergüenza hacia los Estados Unidos, y los centroeuropeos seguirán en avalanchas hacia (otrora) “la rica” Europa de los 27.
Porque llevo décadas hablando de “las búsquedas de entre los resquicios del presente” y necesariamente hablo de la búsqueda de una arquitectura apropiada que analice y debata sobre los errores garrafales de la arquitectura internacional de hoy en día (y antes también) que neciamente continua creando hitos representativos del neoliberalismo económico, pero sin proponer “absolutamente nada” para “el resto del mundo pobre”.
Pretendo generar “las dudas” que ayuden a “razonar” (2) lo que construimos, proyectamos y estudiamos. No pretendo lanzar aquí un “decálogo” de lo “deberíamos hacer” en arquitectura; solo quiero dejar claro que no todos estamos de acuerdo con el marketing, las fotos a doble página sin gente, y las declaraciones “solo estéticas” que los arquitectos estrella lanzan cuando inauguran sus edificios, junto a los políticos y los empresarios de turno.
Cuando me decidí a estudiar el doctorado, intenté escribir una Tesis Doctoral que ayudace a comprender el porqué de la importancia de las investigaciones y proyectos, alternativos a la hegemonía mayoritaria arquitectónica, que no dedica “ni un minuto” a resolver problemas de la población de escasos recursos.
Porque seamos claros, nos gusta enseñar en las escuelas de arquitectura “las grandes obras”… admirar lo ultimísimo de Enrique Norten, Alberto Kalach en México, o Santiago Calatrava, Frank Ghery, Zaha Hadid, o Rafael Moneo en el Estados Unidos o Europa, mientras nuestros estudiantes se acercan a la Facultad de Arquitectura de la UNAM, caminando y padeciendo una ciudad agreste, la del metro lleno, la de la suciedad visual, la de los ranchitos hechos de a pedacitos, la de calles intransitables de tanto vendedor ambulante, la de plantones que nos dicen que algo va mal en nuestra democracia reciente, la de poca o inexistente calidad arquitectónica en nuestros barrios autoconstruidos. Y el panorama no dista demasiado si vamos a las Privadas Escuelas de Arquitectura, porque, aunque lleguemos a ellas en nuestro coche último modelo, padecemos igualmente las penurias de nuestra moderna
arquitectura, con los limpiavidrios en la esquina, los lanzafuegos, los vendedores de tarjetas telefónicas, y los infinitos “baches” que dejan los amortiguadores de nuestros autos, listos para cambiarlos en la siguiente revisión mensual.
Por ello termino invitando al lector a reflexionar sobre nuestro devenir arquitectónico, sin listados o decálogos a “emular o seguir”, no. Simplemente les convido a acometer nuestra profesión (sea erigida en palabras como la mía, o en objetos arquitectónicos construidos) desde una perspectiva realista que dialogue con el entorno.
Que miremos las Revistas para arquitectos, pero que seamos capaces de tener distancias con lo que allí se plantea, igual que con ensayos como este que tienen en sus manos, en estos tiempos modernos de Internet, economías que compran países, guerras preventivas y el miedo utilizado como método para obtener poder; solo deseo que volvamos al origen del pensamiento humano, y que seamos capaces de “analizar” lo que vemos y aprendemos día con día, que hagamos de la crítica nuestra arma en el quehacer diario de nuestra profesión, con ello entenderéis porque me gusta dar a conocer trabajos como el de Carlos González Lobo, que proyecta y construye bóvedas de yeso para pobres en Mauritania, o las investigaciones que sobre ladrillo armado realizó en Uruguay el ingeniero Eladio Dieste, o las viviendas obreras que proyectaron y construyeron entre 1930-1940 los arquitectos críticos mexicanos Juan Legarreta y Juan O”gorman.
Termino con las palabras del arquitecto mexicano Juan Legarreta expresadas en las pláticas de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos en 1933: “el pueblo que vive en jacales y cuartos redondos no puede HABLAR arquitectura. Haremos las casas del pueblo. Estetas y retóricos, ojalá mueran todos, harán después sus conclusiones” (3) Y las recuerdo solo, para que nos “encandilen” con el nuevo edifico “BIO” (como el yogurt) de Frank Gehry en Panamá.
notas
1
Con el empresario mexicano Carlos Slim ha subido en el ranking y ahora es el número 1 de la lista de los más ricos del mundo… algo curioso en un país con más de 40 millones de mexicanos pobres.
2
La Real Academia Española de la lengua define razonar como: Discurrir, ordenando ideas en la mente para llegar a una conclusión.
3
LEGARRETA, Juan. "Pláticas sobre arquitectura" (1933).
In: Cuadernos de Arquitectura 1. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Asesora Editorial: Louise Noelle. Segunda edición. México 2001. Síntesis Autógrafa enviada por el arquitecto Juan Legarreta de la plática por el sustentada. p. 3.
sobre el autor
Arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (1993-Graduado con mención honorífica). Doctor en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la Universidad Politécnica de Cataluña. Tesis Doctoral: Carlos González Lobo... Caminos hacia lo alternativo dentro del ámbito conceptual, proyectual y contextual de la arquitectura” (2002 – sobresaliente).