La comparación hecha en esa experimentación, entre la propuesta original, cuando Prouvé todavía fabricaría las piezas de la casa y la propuesta final, resultado de la improvisación, nos hace percibir lo que fue preservado y lo que sufrió cambios por la falta de material. Nuevos elementos fueron inseridos en el intervalo de tiempo entre los primeros dibujos y la construcción. Acompañar ese proceso deja claro la jerarquía de importancias de Prouvé y aclara algunas inquietudes.
En la planta no se perciben grandes diferencias en la distribución, pues la compartimentación de los ambientes siguió la misma lógica de la reja virtual que rige la colocación de los módulos espaciales y/o constructivos. En Prouvé, difícilmente vemos una transgresión o separación entre estructura y espacio arquitectónico. El enfoque que daba a la vida familiar y social puede ser confirmado por la considerable desproporción entre el salón y los dormitorios. Son 56 metros cuadrados para el salón y sólo 30 metros cuadrados para todos los dormitorios. Esa desproporción es enfatizada por las distintas aperturas que recibieron tales ambientes. En los dormitorios fueron colocadas ventanas estándar a la vez que en el salón tenemos una total integración visual con la ciudad de Nancy, donde los 56 m² iniciales pasan a ser una ciudad entera.
En la versión original, la casa sería construida sólo en dos pasos: la construcción del contrafuerte norte (9 armarios de 2 metros y 3 armarios de 3 metros cada uno, totalizando 27 metros lineales) y la colocación de la cubierta prefabricada apoyada en una de las extremidades. Con la forzada improvisación de la segunda opción de cubierta, un paso más fue añadido a la construcción, pues el cerramiento lateral pasó a ser entendido como algo separado de la cubierta.
El gran cambio se dio en la sección. La cubierta pasó a tener otro perfil y otra manera de conectarse con las superficies verticales. La continuidad entre cubierta y cierre lateral, proporcionada por el panel prefabricado en curva, dejó de existir y una línea de separación surgió entre techo y pared. Además de esa línea de separación, un desfase de planos se produjo por el ancho alero en la extremidad sur. Quizás consecuencia de aspectos constructivos y para preservación física de la obra, está constituido por la prolongación de las chapas de madera compensada recubiertas por aluminio, resultando en un producto final bastante diverso del original. El aspecto de pieza única dio lugar a una cubierta sobre dos paredes, que están a cierta distancia una de la otra, exactamente la anchura de la casa.
Junto a esa nueva cubierta, aparecieron elementos que no estaban previstos. Una viga de sustentación intermedia entre los límites norte y sur de la casa conecta el muro lateral este con la carpintería de la puerta principal de entrada. Una línea de sombra en el techo se genera a partir de la intensa luz que adentra el salón por la carpintería sur y la separa en dos partes identificables, dejando de ser un único plano curvo y continuo. Para soportar esta viga, un pilar en medio del espacio pasa a formar parte del salón que antes era libre de interferencias.
Los muros en mampostería en las extremidades este y oeste del salón, que funcionaban como contrafuertes a la cubierta de mayor altura, en la versión final, pasan a estar en las extremidades de la casa como un todo por una distinta solicitud estructural. La diferencia de altura entre las dos cubiertas se nota, pero el tratamiento al salón como un punto de excepción dentro de un ritmo marcado continuó presente como esencia arquitectónica.
La anchura de los paneles de fachada pasó a ser menor en la parte de los dormitorios y servicio, al contrario del salón. De manera general, distintas relaciones entre elementos de fachada y cubierta y entre ritmo de paneles y diversidad de cerramientos fueron creados. Antes la casa podía ser dibujada con un único trazo de lápiz sobre el papel. Ahora ya son necesarios más trazos, pues lo que antes era una superficie continua, ahora son planos articulados.
Son sutiles diferencias que en nada desclasifican la versión final como un objeto técnico, conclusión inmediata sacada de esta experimentación.
sobre o autor
Flavio Castro se tituló arquitecto por la Universidad Mackenzie, São Paulo, Brasil 2000-2006 con el pcc “Construyendo con el paisaje, su dibujo como espacio colectivo” y el proyecto del Museo Oceanográfico en Santos como objeto. Entre 2006 y 2009 curso un máster y dos posgrados por la universidad Politécnica de Cataluña. Los cursos son “Teoría y práctica del proyecto de arquitectura” con la tesina “El objeto técnico - La casa de Jean Prouvé” tutorada por Joseph Quetglas, “Arquitectura: De la crítica” y el “Taller de proyecto” con Jordi Badía respectivamente.
Colaboró con diversos despachos nacionales e internacionales en la intención de aprender distintos procesos de trabajo y coger referencias, importante proceso a un arquitecto. Fueron ellos: MAB arquitectos , Arteks arquitectes y Hidalgo&Hartmann en España y Núcleo de arquitetura, AR.CO., Fundação MASP , Ello Network y MMBB Arquitetos en Brasil. Participó de concursos en colaboración con esos despachos y también individualmente.