Nuno Correia, Flavio Coddou y Albert Brito:¿Cuándo usted, con este grupo de Barcelona [Moneo, Correa, Regàs, Piñón, Llorens, Satué y otros] crea la revista Arquitecturas Bis [1974], una década después de defender el realismo como una pauta de actuación en la arquitectura, no hay un cierto cambio?
¿No hay un cambio en el paso del realismo de los años 60, que intentaba también evitar los peligros de la abstracción, al proyecto más intelectual, más abstracto, que representa Arquitecturas Bis?
Oriol Bohigas: Bueno, yo creo que hay un cambio progresivo a través de los años. Porque claro, la actitud, digamos del Realismo crítico, era una actitud que a medida que la realidad de la arquitectura y de la sociedad cambiaba dejaba de tener sentido.
Este momento coincide, más o menos, con Arquitecturas Bis, en que el equipo de redacción es un equipo más complejo, en el que predominan los temas de teorización histórica y conceptual de la nueva arquitectura, y por tanto es un momento en que, no es que los realistas se convirtiesen en idealistas sin voluntad de progreso critico, sino que la situación también cambió.
Es decir, hay un momento en que ya no se trataba de criticar a los que hacían paredes de ladrillo imitando estructuras de hormigón sino que ya habían estructuras de hormigón, estructuras de hierro adecuadas porque los materiales, los sistemas y la economía habían cambiado… avanzando hacia algunas ideas y a algunos temas que ya no eran solamente ideas abstractas sino realidades constructivas.
NC, FC, AB: ¿Pero, usted lo encaraba como un cambio estratégico necesario?
OB: Sí, evidentemente nosotros… por lo menos yo, yo y bastante gente pensábamos que con la arquitectura seguramente no podíamos cambiar el mundo, pero podíamos ayudar a cambiar el mundo de alguna forma muy modesta… que era la de expresar críticamente la realidad del momento.
Ya sé que la realidad del momento eran los pobres, el hambre, la falta de servicios sociales, la organización antidemocrática del régimen… La arquitectura no podía cambiar el régimen, pero sí que podía ayudar a cambiar la actitud crítica del público.
Es decir, cuando se hace una casa para obreros no solo conviene que sea una casa donde un pobre pueda vivir, sino que sea una casa donde pueda vivir y en la que se subrayen los defectos y los inconvenientes de una estructura social en la que vivimos… no aparentar una realidad progresista sino acusar la realidad de lo inadecuado, de lo pobre, de lo triste, de lo insuficiente que era toda la sociedad española de ese momento y de otros países… portuguesa igualmente.
NC, FC, AB: ¿Qué papel han tenido las revistas de arquitectura españolas? Arquitectura, dirigida por Carlos de Miguel, Hogar Y Arquitectura, por Carlos Flores, Nueva Forma, por Fullaondo, y Cuadernos de Arquitectura, dirigida por Assis Viladevall entre 58 y 66?
OB: Bueno, son las revistas que en ese momento usábamos en España, me parece que no te has olvidado ninguna... Bueno, después estaban las revistas más minoritarias como Carrer de la Ciutat, como 2C. Todas respondían a un determinado grupo dentro de la cultura arquitectónica española en ese momento.
Yo creo que una de las más influyentes, aunque no era la mejor, ni mucho menos, fue la revista Arquitectura, de Madrid. No por la revista, sino por que había ese personaje tan especial que era Carlos de Miguel que era un aglutinador de toda la vida cultural arquitectónica de Madrid. Era un viejo franquista, falangista, actitud de extrema derecha, muy del régimen etc. Tenía cargos dentro del Ministerio pero, tenía una apertura mas basada en su buen carácter y la capacidad de relacionarse con los arquitectos de Cataluña y con los demás arquitectos más progresistas de España.
Hizo algunas cosas bastante importantes para la evolución de la arquitectura en Madrid. Como fueron las Sesiones de Crítica de Arquitectura que cogían un edificio e íbamos un grupo de arquitectos y teóricos de arquitectura a hacer un análisis. De manera que fue un centro de divulgación y de debate teórico muy importante. Y después fue la persona que, juntamente conmigo en Barcelona, pilotó y organizó la participación española digamos en los Pequeños Congresos que nacieron por una iniciativa de los catalanes. Yo creo que este es un personaje muy curioso del que ya nadie habla ya que una vez muerto y una vez terminada la revista quedan muy pocas cosas para hacerse referencia. Pero, yo creo que es uno de esos esfuerzos que fueron positivos.