Desde hace algunos años, la ciudad de São Paulo está intentando revertir el proceso de degradación de su centro histórico, en el que siguen estando las sedes de los grandes bancos y entidades financieras, en el intento de que la ciudad no siga desparramándose de manera salvaje en nuevos centros terciarios y grandes urbanizaciones cerradas, como el fantasma urbano de Alphaville, conglomerado de más de 30 urbanizaciones cerradas (gated communities) en el que viven unas 150.000 personas y en el que cada día entran otras tantas a sus oficinas, negocios, hoteles, escuelas y universidades.

Para ello, durante la alcaldía progresista de Marta Suplicy, del Partido de los Trabajadores, entre 2000 y 2004, se inició el plan “Morar no Centro”, para rehacer el centro histórico, introduciendo viviendas dentro de las viejas estructuras en desuso. Aunque el siguiente alcalde, José Serra, le dio cierta continuidad, el proceso quedó, en parte, detenido. De todas formas, algunos de los proyectos siguieron adelante. Ahora, con el nuevo gobierno municipal, habrá que esperar un tiempo para conocer su política en el centro de la ciudad.

Uno de estos proyectos, promovido por la secretaría municipal de cultura del gobierno municipal saliente, dirigido por el alcalde Gilberto Kassab, que ha estado del 2008 al 2012, fue inaugurado en diciembre del 2012. Se trata de una gran parte del ambicioso proyecto de la Praça das Artes, realizado por el equipo Brasil Arquitetura, que dirigen Marcelo Ferraz y Francisco Fanucci, con la colaboración de Marcos Cartum, para albergar nuevamente al Conservatorio Dramático y Musical, incluyendo espacios para la danza.

La solución tipológica se adapta a la estructura urbana de la manzana, con una muy buena relación con los edificios preexistentes de finales del siglo XIX y principios del XX, como el antiguo Cine Cairo, del que se conserva la fachada, enfrente del Teatro Municipal. El reto ha consistido en ajustar un complejo programa en cuatro parcelas entremedianeras distintas, generando un espacio público urbano en el interior de manzana. Eran unos espacios olvidados y abandonados que hoy sirven para relacionar tres calles distintas. Todo este sistema está constituido por generosos espacios intermedios de convivencia. De esta manera, con las tres entradas diferentes y los pasos peatonales en el interior de manzana, se reordena y enriquece el entorno urbano. Al gran conjunto se accede, de momento, desde dos calles, creándose grandes lobbies y espacios abiertos y ajardinados de conexión. En la siguiente fase, el conjunto cultural se va a abrir a una fachada principal, hacia el histórico y céntrico valle de Anhangabaú.

Un lenguaje proteico en las fachadas, hecho de hormigón visto, pigmentado de tonos de color ocre, con ventanas muy diversas, de carpintería saliente sobre las fachadas, otorga versatilidad a la contundente yuxtaposición de volúmenes prismáticos del conjunto. En el interior destacan grandes espacios de recepción, distribución y exposición, incluida la restauración de la tardobarroca Sala de Conciertos del antiguo Conservatorio Dramático Musical, y un nuevo gran espacio que sirve de bar y comedor, en el que se expresan, con toda su contundencia, los precedentes de la arquitectura de Lina Bo Bardi, con quién Marcelo Ferraz trabajó durante años. Continuando la tradición de Bo Bardi, cada obra de Brasil Arquitetura restablece las relaciones entre cultura y memoria urbana y social de los lugares: cada espacio se realiza con un especial cuidado y confianza en la materia y la técnica. Este restaurante y espacio de convivencia tiene la misma estructura de gran espacio sándwich del Masp en São Paulo de Lina Bo Bardi, y todo el techo está recubierto por la trama policromada del artista Edmar de Almeida, hecha de tapicería artesanal. También en la sala de exposiciones del Museo del Teatro Municipal, en el edificio del antiguo conservatorio, destaca la misma museografía ligera, artesanal y pedagógica que Lina consiguió en sus museos y centros culturales.

Esta operación es la parte más representativa y visible de otras remodelaciones y transformaciones, como las que han proyectado Paulo Bruna Arquitetos Associados. Una de ellas es la transformación de unas antiguas oficinas en esquina, el edificio Riachuelo, proyectado en la década de los cuarenta por los ingenieros Lindenberg & Assumpção. En el 2008 se completó su conversión en un magnífico edificio de viviendas de interés social, con un muy buen uso, buena expresión de la vida doméstica en ventanas y balcones, y buen mantenimiento por parte de los usuarios.

Otra, en proyecto y gestión desde el 2009, es la intervención en el Cine Art Palacio, en la base del precioso y racionalista Plaza Hotel. El gran cine  ocupa el interior de manzana, Su vestíbulo, en contacto con la calle, fue realizado en lenguaje Art Decó, con grandes columnas, capiteles y cornisas, y conduce a una sala gigantesca. Todo fue proyectado por Rino Levi e inaugurado en 1943. A partir del proyecto de remodelación, el edificio se convertirá en el radio City Music Hall de São Paulo, también según proyecto de Paulo Bruna Arquitetos Associados. De hecho, Paulo Bruna fue colaborador de Rino Levi en los últimos años de su actividad, en los años sesenta, y ha sido socio de Roberto Cerqueira César, antiguo asociado de Levi.

En esta misma zona histórica, también está previsto remodelar el viejo Cine Ipiranga, en avanzado proceso de expropiación. Todo ello forma parte de un proceso lento, discontinuo e incompleto, que tiene el objetivo de dar mucho más soporte institucional a la rehabilitación de edificios, reforzando el carácter público y cultural de la parte más representativa y reconvirtiendo los demás en vivienda. Un proceso que otras capitales latinoamericanas, como México D.F., ya han iniciado. En la capital mexicana se han empezado a rehabilitar viejos edificios residenciales, tanto para vivienda social como para clase media, y a potenciar focos culturales  en el centro histórico. En definitiva, el objetivo es recuperar la vitalidad de los centros históricos, para no desperdiciar su potencialidad simbólica, centralidad y capacidad infraestructural, intentando así no continuar extendiendo la mancha urbana mientras el centro muere. Para ello es vital implementar intervenciones arquitectónicas y de reforma urbana que se basen, esencialmente, en rehabilitar y potenciar lo existente.

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NE
Publicação original: MONTANER, Josep Maria; MUXÍ, Zaida. La plaza de as artes. Rehacer São Paulo. Columna Repensar la praxis arquitectónica 14. La Vanguardia, 25 sep. 2013.

acerca de los autores

Josep Maria Montaner é arquiteto doutor e catedrático da Universidade Politécnica da Josep Maria Montaner es arquitecto, doctor y catedrático de la Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona de la Universitad Politécnica de Cataluña. Es director del Master Laboratorio de la vivienda del siglo XXI en la ETSAB.

Zaida Muxí Martínez es arquitecta, doctora, professora y coordinadora de la Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona y codirectora junto Josep Maria Montaner del Master Laboratorio de la vivienda del siglo XXI en la ETSAB.