El paso de Frank Lloyd Wright por Brasil en 1931 permanece hasta nuestros días como un episodio poco investigado en la historiografía de la Arquitectura. Lo mismo se puede decir de los aspectos relacionados a la apreciación de la obra del Maestro norte-americano por parte los brasileños, y de sus consecuencias en la formulación de ciertas propuestas estéticas hasta los años 60.
Señalaremos aquí algunos de esos aspectos, que van desde el formalismo copista o interpretación fragmentada de la obra wrightiana a la depuración profunda de ciertos principios.
No hay hasta el momento indicios concretos de cómo y cuándo la obra wrightiana llega a Brasil, sin embargo debe considerarse la posibilidad de su conocimiento por los brasileños en los años 20.
En 1910 Wright hizo publicar en Alemania, por la prestigiada Editora Wasmuth de Berlín, el monumental “Entwürfe und ausgeführte Bauten von Frank Lloyd Wright”, publicación en verdad destinada a la difusión de su obra en E.E.U.U. Trágicamente, gran parte de la edición fue quemada en el incendio de Talliesin en 1914, habiendo sobrevivido pocos ejemplares y siendo raros aún en Europa. La misma editorial publicó sin embargo en 1911 el volumen de documentación fotográfica “Ausgeführte Bauten von Frank Lloyd Wright”, con tiraje mucho mayor que la anterior y reeditada en 1924. A mediados de los ´20 diversas publicaciones en Europa diseminan la obra de Wright posterior a 1910, en especial los artículos de la revista Wendingen y el libro de H. Wijdeveld en Holanda (1925), el libro de Heinrich de Fries (1926) y diversos artículos en periódicos en Alemania.
Es cierto que al menos las revistas norteamericanas Architectural Record, Architectural Forum y Pencil Point eran recibidas regularmente por la Escuela de Ingeniería Mackenzie de San Pablo (fundada en 1917), la cual contaba con algunos profesores formados en Estados Unidos y algunos que dominaban, parcialmente, la lengua inglesa. A través de ellas se toma conocimiento, por ejemplo, de la obra visionaria de Hugh Ferris. Architectural Record publicó entre 1927/28 trece artículos de Wright (ya parcialmente publicados en 1908 y 1914) con el título “In the Cause of Architecture”.
Vale aclarar, como comparación, el hecho de que la Revista “L´esprit Nouveau”“ de Le Corbusier y Ozenfant, publicada entre 1920 y 1925, contó con 11 suscriptores brasileños. “Vers une Architectur”, de 1923, es un compendio de los artículos iniciales de Le Corbusier presentados en “L´esprit Nouveau“.
Anteriormente a la visita de Wright a Brasil, es posible detectar -en los años 20 -señales de conocimiento o interés de algunos profesionales por su obra, o sea, en el período embrionario del Modernismo. En particular los testimonios proyectuales de dos arquitectos nos interesan aquí: el de Antonio Moya y el de Flávio de Carvalho, ambos en San Pablo.
Antonio García Moya, nacido y graduado en España, realiza una obra de naturaleza ecléctica, que se extiende hasta su muerte. Fue uno de los dos participantes de la modesta sección de Arquitectura en la legendaria Semana de Arte Moderna de 1922, realizada en San Pablo, en la cual presentó diseños que insinúan un deseo de rompimiento formal con los estilos académicos y una aproximación a las Avant-Garde, pero sin un proyecto estético definido. Moya utiliza en ese momento volumetrías poco ortodoxas, ”cúbicas“ por así decir, unidas a un decorativismo de motivación precolombina. Posteriormente llamado “Estilo Marajoara“ - en relación al rico arte geométrico indígena de la desembocadura del Río Amazonas-, este estilo es detectado por primera vez en esos diseños de 1922, y continuará desarrollándose a lo largo de los años 20/30, como variante brasileña del American Art Moderne y de Arts Décoratifs.
En el ámbito formal, los diseños de Moya muestran su conocimiento de la obra de Frank Lloyd Wright posterior a 1916, pero no una digestión de los principios de la misma. Su “Proyecto para una residencia“, de 1926 (ilustración 1), es gráficamente presentado con lenguaje similar al de los diseños de Wright para algunas Prairie Houses, en particular las famosas perspectivas de inspiración japonesa para la Hardy House en Racine, Wisconsin, de 1905. El proyecto de Moya remite de manera formalista a obras de Wright como la A.D. German Warehouse (1915-16), al Complejo de la Hollyrock House para Alice Barnsdall, construido en Los Ángeles entre 1916 y 1922, y hay otras Textile Block Houses del período, que ya llevan implícito el concepto de la prefabricación.
Flávio Resende de Carvalho (1899-1973), miembro de una tradicional familia paulista, estudió Ingeniería en la Durhan University en New Castle, England, además de frecuentar allí el curso de Artes Plásticas, y haber viajado extensamente por Europa.
Carvalho retorna a Brasil en 1923, y permanece toda su vida como productor solitario, renegando toda afiliación a ‘’movimientos“ tan comunes a su época.
Es descripto por colegas y amigos como persona altamente culta e informada de los desarrollos estéticos contemporáneos europeos, dedicándose a estudios privados de Filosofía y Sicología. Como agitador cultural, artista plástico y escenógrafo, produce una obra extensa y diversificada, sin embargo como arquitecto-ingeniero sus realizaciones son bastante restringidas.
Hasta el presente, muchos consideran su propuesta para el Palacio de Gobierno de San Pablo, de 1927, como el primer proyecto de carácter moderno en Brasil, desde el punto de vista estético-visual. Con él inaugura una serie de proyectos para concursos elaborados entre 1927 e 1931, que causaron escándalo y amplio debate en la prensa brasileña. En la propuesta para el primer Concurso Internacional para el Faro de Colón en 1929 (ilustración 2). Flávio de Carvalho se apropia de elementos de obras de Avant-Garde, como señala Luiz Carlos Daher, en especial de Wright, de Sant´Elía, de los constructivistas, de Mendelsohn y Poelzig, unidos al decorativismo programático de inspiración precolombina, compatible con lo requerido por el Concurso. Esta obra, a pesar de no haber sido premiada, recibe especial atención del Jurado, que la incluye con tres páginas a color en la documentación de L´Union Pan-Americaine, publicada en 1931.
La visita de Wright a Río de Janeiro en 1931 en ocasión del Concurso Internacional para el Faro de Colón
Para una apreciación de la visita de Wright a Río de Janeiro se hace necesario aquí un breve comentario entre el momento vivido por Wright a su llegada y la práctica del debate arquitectónico en Brasil a fines de los años 20.
A los 64 años de edad, y conociendo su ambición intelectual y profesional, Frank Lloyd Wright pasaba por una fase de aislamiento profesional. También la realización de obras a lo largo de los años 20 quedaría más allá de sus expectativas.
Si por un lado su obra, en particular sus Prairie Houses, era venerada y considerada por los colegas más jóvenes como precursora fundamental de las Avant-Garde, éstos lo colocaban como representante de una generación anterior, de una etapa ya superada. A su vez, Wright veía con ojos críticos ciertas tendencias del Movimiento Moderno, en especial la glorificación de la estética de la máquina por colegas europeos, la cual él vehemente condena en las llamadas Kahn Lectures on Modern Architecture en la Princeton University en 1930.
En búsqueda de nuevas perspectivas Wright funda el Ocotillo Desert Camp, Arizona, en 1929, prosigue en la formulación de “Usonia“, su visión estética del paisaje humano en el continente norteamericano, y se ocupa del concepto de Broadacre City, presentado sólo en 1935.
Oponiéndose a la verticalización generalizada de las ciudades, Wright formula una hipotética Skyscraper Regulation en 1926, y propone entre otros St. Mark´s-in-the-Bowerie Towers, New York, en 1929, que permanece en el papel. En mayo de 1931 se realiza la muestra de su obra en el Stedelijk Museum en Amsterdam: su viaje a Europa preveía también estadías en Berlín, Frankfurt, Stuttgart y Bruselas, que el arquitecto cancela, probablemente debido a las dificultades financieras.
Después de su retorno de Brasil, Wright establece formalmente Talliesin Fellowship en 1932, y en el mismo año publica “The Disappearing City“, y la primera versión de “An Autobiography“, en la cual no menciona su visita a Brasil.
En general, 1925 es considerado el año inaugural del modernismo brasileño.
Gregori Warchavchik, de origen ruso, y Rino Levi, ambos recién llegados de la Escuela Politécnica de Roma, publican artículos con carácter de manifiesto funcionalista en la prensa paulista y carioca.
Los espetaculares proyectos de concurso de Flávio de Carvalho se suman a las primeras realizaciones de Warchavchic, entre ellas su casa en la calle Santa Cruz de 1927-28 y la casa de la calle Itápolis en San Pablo, inaugurada ésta con la exposición “Una Casa Modernista“ en 1929, y la casa Nordshild en la calleToneleros, en Río de Janeiro en 1931.
Le Corbusier, como invitado de Paulo Prado, rico cafecultor paulista y mecenas de los modernistas, había estado en San Pablo, Buenos Aires, Montevideo y en Río de Janeiro en 1929, donde sus conferencias y propuestas habían causado gran impacto. Warchavchik es designado por Siegfried Giedeon, a sugerencia de Le Corbusier, representante de América Latina para el CIAM de Brujslas en 1930.
La Arquitectura Moderna encuentra en el llamado “estilo neocolonial“ su más relevante contrapunto en esos años. Nombres como los de José Mariano Filho, Ricardo Severo y Víctor Dubugras promueven un “redescubrimiento’’ de la herencia colonial brasileña a través de esa arquitectura de naturaleza académica que, independientemente de sus cualidades, se adecuaba perfectamente a los deseos de representación de la burguesía ascendente y a los discursos nacionalistas del país, que en 1922 celebrara el centenario de su Independencia.
En 1930 se desarrolla en Río el IV Congreso Pan-Americano de Arquitectos, en el cual el antagonismo entre el neocolonial y las tendencias de la Nueva Arquitectura llegan a su auge.
En la enseñanza de Arquitectura, prevalecían los modelos de la École de Beaux Arts. Con la llamada Revolución de 1930 y la ascensión de Getúlio Vargas al poder, se inicia un rápido proceso de renovación, y personalidades jóvenes son designadas para puestos de decisión en el poder público y en instituciones.
Lúcio Costa (1902-1997), desconocía los desarrollos de las Avant-Garde hasta 1929, cuando ocasionalmente presencia una de las conferencias de Le Corbusier en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Al asumir la dirección de la Escuela en diciembre de 1930, Costa convoca entre otros a Gregori Warchavchik y Alexandre Buddeus, para el Departamento de Arquitectura. Buddeus se muestra un propagador de las ideas de la Bauhaus. El joven Affonso Eduardo Reidy es asistente de Warchavchik. Y también Costa el organizador de la sección moderna (no oficial) del Salón Nacional de Bellas Artes o Salón del 31.
El cambio radical en la enseñanza, introducida por el grupo, acarrea la dimisión sumaria de Lúcio Costa en septiembre de ese año, y desencadena una huelga estudiantil que estará en pleno exactamente cuando llega Wright a Río de Janeiro.
Por iniciativa de la Unión of American Republics fue organizada en 1929 la primera etapa de uno de los grandes concursos internacionales de arquitectura de aquellos años, en varios sentidos comparables a los realizados para el Chicago Tribune en 1922, para el Palacio de la Naciones Unidas en Ginebra (1927-28) y para el Palacio de los Soviets (1931). Su objetivo era la construcción de un Monumento al Descubrimiento de América en Santo Domingo, República Dominicana. Participaron de esta fase arquitectos de 48 países. Insatisfechos con los resultados iniciales, los organizadores, teniendo la Consultoría Técnica de Albert Kelsey, deciden por la realización de un segundo concurso, cuyo dictamen se realiza en 1931 en Río de Janeiro. Frank Lloyd Wright es invitado a participar del jurado como representante de las Américas. Wright parte para Brasil el 21 de septiembre juntamente con su compañera Olgivana, con quien se casará en 1928, y permanece en Río por tres semanas. A bordo del navío se encuentra con un colega, Elieel Saarinen, que aunque viviendo en los EE UU era el representante europeo.
Ya en el puerto de Río, Wright es inmediatamente solicitado por los estudiantes huelguistas, en busca de apoyo al movimiento. En la edición revisada de “An Autobiography“, de 1943, Wright describe, de forma ciertamente folclórica, la recepción que tuvo dando gran énfasis a ciertos hechos periféricos de su estadía, como la vida social carioca. Sobre los colegas brasileños, se limita a comentar:
“I met the “modern“ professors the boys wanted. They were good architects and excellent men“. Warchavchik acabava de inaugurar la casa de la calle Toneleros, en la cual varias veces se reúnen los profesores y estudiantes de la EnBA para escuchar al maestro norteamericano (ilustración 3).
Wright deja clara la problemática de la comunicación, ya que la lengua extranjera más difundida en ese período en Brasil era el francés. Según él “only one (and a halph, say) spoke english“, refiriéndose a los casi 700 estudiantes de la EnBA.
Sus traductores son el periodista Herbert Moses (copropietario del periódico “O Globo“) y el entonces estudiante Alcides Rocha Miranda. Wright enfatiza que, por el tono exacerbado de sus traducciones, Moses, que él apellida “El Globo“, probablemente transmitió a los oyentes una versión personal y desfigurada de sus palabras. Wright publica en su breve estadía en Río una serie de artículos en periódicos cariocas en pro de la Nueva Arquitectura y en apoyo a los estudiantes, y menciona un cierto “riesgo“ en la tarea, ya que algunos de los huelguistas habían sido presos por la policía. Elieel Saarinen se mantiene distanciado de la polémica.
A pesar de su oposición al academicismo, Wright llega a ser homenajeado, recibiendo entre otros el título de Miembro de Honor de la Academia Brasileña.
Conclusión: Reflexiones de la obra de Wright después del viaje a Río
Alcides Rocha Miranda, de significativo papel en el desarrollo de la Arquitectura Brasileña en los años 30 a 50, organiza en Río con tres colegas en 1933 el 1° Salón de Arquitectura Tropical, en el cual Frank Lloyd Wright (y no Le Corbusier) es homenajeado como Presidente de Honor; Costa y Warchavchik como “precursores“ (ilustración 4).
Durante los años 30 los jóvenes arquitectos buscan referencia en las obras de los ya llamados “maestros“ internacionales. Se consolida el liderazgo de la figura de Lúcio Costa entre los modernistas, y la veneración extrema por Le Corbusier se generaliza entre los colegas. La obra y el discurso de Wright, mucho menos accesible (y tal vez más complejos) que los de Corbusier en aquel momento, caen en cierto ostracismo en Brasil.
En los años siguientes son pocos los indicios del eco de la visita de Wright, tal vez con una excepción: la Casa de la Hacienda Capuava en San Pablo, de Flávio de Carvalho, construida en los años 30. A pesar de su rigurosa simetría y del deseo escénico expresionista, el partido de la obra es un reflejo de la apropiación territorial inherente a la obra de Wright. Flávio, que parece no haberse encontrado con Wright, cita el motivo del templo Maya representado por Wright en la Hollyrock House y en la Charles E. Ennis House (1923-24) en el volumen central del edificio, y reinterpreta los aleros prolongados de las Prairie Houses en las extensas pérgolas de concreto.
Frank Lloyd Wright reasume su papel de innovador de la Arquitectura Moderna con la realización de la Edgar J. Kaufmann House (Fallingwater) entre 1934-37. En esta casa deja explícito como en ninguna otra su teoría orgánica, desarrollo lógico de una extensa y compleja obra que la antecede.
La razón de su mención en este artículo es la de romper con un pequeño “mito“ presente en la historiografía de la Arquitectura Brasileña, según la cual Wright se habría inspirado en la terraza de la casa de la calle Toneleros de Warchavchik al concebirla. Queda clara la necesidad de autoafirmación de los brasileños a lo largo de los años 30 y 40, hasta que la nueva Arquitectura se consolidara.
En los años siguientes, cabe resaltar el Pabellón Loundes, construido por los hermanos Marcelo y Milton Roberto en Petrópolis, Río de Janeiro en 1941-42 (ilustración 5). Esta obra temporaria, hasta ahora poco analizada, fue concebida como local de ventas para un loteo comercial. La edificación es definida por una estructura de madera bastante expresiva y autónoma, apoyada en un basamento en piedra bruta. El Pabellón es una obra de excepción en la producción de los hermanos y refleja, en su escala simple, los principios de Talliesin West en Scottsdale, Arizona, realizado en 1937-38 y rápida y ampliamente publicado.
El eco decisivo de la obra de Wright en Brasil se da por lo tanto a través de João Batista Vilanova Artigas (1915-1984), y sintomáticamente en San Pablo, ya que Río de Janeiro se consolidaría como “territorio de los corbusianos“ desde la segunda visita del maestro en 1936 y su participación en el proyecto del Ministerio de Educación y Salud (1936-42).
En 1942 Artigas realiza en San Pablo pequeñas residencias (ilustración 6), en las cuales su búsqueda por una comprensión y desarrollo del pensamiento wrightiano son legibles. Una de sus principales preocupaciones en ese momento es la honestidad de los materiales, desencadenada, por un lado, por su propia experiencia como proyectista y constructor, y por otro por la lectura de textos de Wright o sobre (H.-R. Hitchcock , ” In the Nature of Materials: The Buildings of Frank Lloyd Wright”, 1942). En 1946 viaja a EE UU para recibir una beca de estudios de la Fundación Guggenheim para el MIT, y tiene la oportunidad de ver obras de Wright, además de entrar en contacto con ex-miembros de la Bauhaus recién inmigrados.
Retornando a Brasil, proyecta en los años 50 edificios significativos, dentro del lenguaje de la Nueva Arquitectura Brasileña, pero con características muy distintas, enfatizando con sus lozas el carácter de “abrigo“ de los mismos.
El aprecio de Artigas por Wright se distancia de formalismos y copias: se trata de una interpretación selectiva y crítica de los principios orgánicos, inteligentemente interelacionados con valores de la obra de otros maestros, como la pureza estructural de Mies van der Rohe, y sobre la base de una visión socialista.
Su crítica a la obra de Wright se da en lo que él denomina “dionisíaco“, y en el ámbito urbanístico, oponiéndose vehementemente al carácter bucólico, “medieval“ de la visión de Broadacre City.
A partir de 1960 la obra de Artigas alcanza madurez e independencia de lenguaje, llegando a influir profundamente en toda una generación de arquitectos, especialmente aquellos relacionados a la FAU-USP.
nota
1
Publicado originalmente en Ambiente n. 88, La Plata, Argentina, 2001.
sobre los autores
Nina Nedelykov (1960), arquitecta por la Universidad Técnica de Berlín, 1983. Socia en Nedelykov Moreira Architekten, Berlín. Vice-Presidente de la Cámara de Arquitectos de Berlín. Doctorado en preparación :Interrelaciones Alemania-EEUU en la Formación del Movimiento Moderno). Conferencia en el Simposio “ Frank Lloyd Wright, Architect“, Museum of Modern Art, New York, 1994
Pedro Moreira (1965), Arquitecto,por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de San Pablo, 1987-88. Actuación profesional en Brasil, Inglaterra y Alemania. Socio en Nedelykov Moreira Architekten, Berlín. Consultor para Proyectos Internacionales de la Fundación Bauhaus-Dessau (2001). Artículos publicados y conferencias en Brasil y Alemania.