El pensamiento arquitectónico occidental ha oscilado entre dos concepciones básicas opuestas: la concepción racional, que ha sintetizado y geometrizado las formas naturales, transformándolas en representaciones abstractas; y la aproximación orgánica, que tiende a mimetizarse con la naturaleza, recreando sus formas y traduciéndolas al lenguaje arquitectónico, reviviéndolas de una manera expresiva. Ambas concepciones convergen finalmente en la Naturaleza como origen de la Arquitectura, en la arquitectura como una extensión del medio natural evolucionado por y junto al hombre. Una hipótesis que puede argumentarse a partir de la constatación de que, instintivamente, los animales salvajes saben cómo construir su propio habitat. Del mismo modo, el hombre primitivo habría sabido cómo comenzar a edificar valiéndose, al igual que los animales, de materiales naturales, estableciendo un vínculo con lo natural cuya impronta no ha desaparecido de su memoria genética y que sería la razón de la pervivencia latente de ésta a lo largo de la historia de la arquitectura bajo diferentes concepciones y materializaciones.
“La nueva sensibilización de nuestra diaria toma de conciencia de la Naturaleza ha llegado a ser una tarea a la que la propia Naturaleza nos apremia” apunta el filósofo Jeremy Naydler para afirmar que nuestro tiempo se enfrenta a la necesidad de evitar la degradación de nuestra conciencia sobre la Naturaleza. La gradual asunción de la arquitectura como ‘máquina’ y la fragmentación en especializaciones del conocimiento científico ha tenido como consecuencia un distanciamiento de la observación atenta y libre de sometimiento a las categorías preestablecidas a los fenómenos naturales que simultáneamente se halla en pugna con ese estado latente de deseo de regenerar nuestro vínculo con ella, que posee sus propias manifestaciones dentro del ámbito arquitectónico actual. La intensificada atención al uso de técnicas y materiales de construcción ancestrales y el interés por incorporar en la experimentación arquitectónica conocimientos procedentes de disciplinas científicas tales como la biología, la química o la genética a través del empleo de las tecnologías digitales son reflejo de esta búsqueda de una arquitectura cada vez más intrínsecamente vinculada a lo orgánico, capaz de ser reactiva y empática como un elemento natural y generar nuevas relaciones psíquicas y físicas de armonía entre lo construido, el entorno y el individuo, intenta ir un paso más allá para hacer evolucionar lo que ha sido la relación tradicional entre ambas: ya no produciendo metáforas que representan o aluden a lo natural sino trabajando a través de la investigación científica sobre la Naturaleza para generar una nueva definición espacial, formal y funcional para la Arquitectura que es posibilitada por los avances tecnológicos digitales.
En este terreno se encuadra el trabajo experimental que Dennis Dollens (www.tumbletruss.com) está desarrollando en el ámbito de la biomimética: investigando cómo extrapolar determinados procesos de crecimiento botánico -simulados digitalmente mediante el software XFrog, un programa que permite modelar y animar plantas y flores (www.xfrog.com)- al diseño arquitectónico a fin de producir nuevos materiales y estructuras basados en principios biológicos. “La biomimética no consiste en plantear formas de aproximación orgánica a la arquitectura, o de reinterpretar poéticamente la naturaleza: no se trata de desarrollar metáforas arquitectónicas de la naturaleza .- explica.- No pienso que los edificios tengan que asemejarse a plantas u organismos biológicos pero sí creo que pueden funcionar como ellos: pueden moverse, transferir aire y humedad, filtrar polución, reorientar sus pieles, modificar el calor y el frío, alertar a los ocupantes de cambiar las condiciones sociales y medioambientales…etc.”
Aunando una identificación intelectual con la aproximación a la observación y estudio de la Naturaleza filosófico-científica del periodo de la Ilustración, el estudio de la metafísica de Leibniz y las tesis de Louis H. Sullivan y Gottfried Semper junto a la constante atención a la vida natural, Dollens prefiere focalizar su investigación en la definición y elaboración de procesos de los que emerjan nuevas formas de construir y nuevos materiales que resulten en una arquitectura capaz de contribuir al sostenimiento ecológico del entorno. A diferencia de otras producciones generadas desde la referencia a teorías científicas sobre la naturaleza de las que la Arquitectura se apropia para traducirlas en morfologías estructurales radicalmente innovadoras, la dimensión estética del edificio es irrelevante dentro de la investigación de Dollens: su aspiración no es generar un nuevo lenguaje, sino plantear nuevas formas de integración entre la Arquitectura las estructuras y materias de la Naturaleza que permitan una redefinición de la función de los edificios.
“La experimentación con el programa XFrog me ha permitido experimentar no sólo ‘cultivar’ estructuras entrecruzadas o ramificadas, sino también investigar también las posibilidades de aumentar enormemente la escala de una hoja o de volúmenes en forma de vaina para transformarlas en unidades y racimos que pudieran emplearse como prototipos para suelos, paredes o para habitaciones completas, incluso para edificios”.- explica Dollens, que argumenta que es necesaria la colaboración entre arquitectos, biólogos, ingenieros, fabricantes…para comenzar a articular una aproximación biomimética al diseño. El pensamiento y el trabajo de Dennis Dollens son reflejo del estado de elaboración de una conciencia que comprende la necesidad de afianzar el progreso a través de la reubicación de nuestra posición en la Naturaleza.
La idea de generar arquitectura que adopte rasgos del funcionamiento de los organismos vivos hibridando el potencial de la tecnología digital para la visualización y producción de prototipos con la recuperación de técnicas y usos constructivos tradicionales, propone una evolución respecto a la idea de la máquina de habitar producto de la visión cartesiana y maquinista. La era de la tecnología informacional propicia una fusión entre los conceptos de racional y orgánico, proponiendo una aproximación compleja que alienta el desarrollo de nuevas formas, espacios y funciones. Se trata de replantear un aprendizaje de los organismos vivos desde la que fundamentar una reconcepción de los edificios como metabolismos, dotando a través de esta redimensión biológica de un nuevo sentido a la funcionalidad de la arquitectura al transformarla en una entidad efectiva y positivamente reactiva en la relación con su entorno y el individuo.
sobre el autor
Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste, titulares del studio ¿btbW, son autores del libro "Enric Miralles: Metamorfosi del paesaggio", editorial Testo & Immagine, 2004.
Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste, Barcelona España