Los intelectuales y creadores debemos poner en duda este “start system” de una arquitectura excluyente. Los arquitectos debemos cuestionar nuestro papel en la globalización del diseño “high-tec” de última generación. Necesitamos urgentemente encontrar otra arquitectura que responda a todos los intereses que la sociedad moderna requiere. Nos referimos a la necesidad de una arquitectura apropiada, de calidad, de necesidad y de urgencia.
Una arquitectura que democratice claramente esta moderna arquitectura de pasarela, que vende sus exclusivos diseños y los expone, como símbolo de la globalización, la riqueza, y el poder. ¡Aún ahora en plena crisis global!...
Y para ejemplo un botón, el Hotel Puerta de América inaugurado en el año de bonanza disfuncional en Madrid que en palabras del arquitecto catalán Oriol Bohigas, fue:
“un proyecto de bajísima calidad que acumula lo peor de lo posmoderno y de lo tecno-cutre y cuyos promotores han logrado acreditarlo como un regocijo mediático al hacer intervenir la popularidad de arquitectos, diseñadores y modistas en el diseño de los interiores y en el adorno de las fachadas con la colaboración artística de los toldos, Foster, Nouvel, Hadid, Isosaki, Vitorio y Luchino, Mariscal, etcétera – un piso para cada uno –, disimularán la cutrería de recursos ornamentales relegando a la propaganda comercial la solvencia profesional que habíamos apreciado tanto en estos artistas” (1).
Creo que este es un ejemplo que deja en evidencia clara mi denuncia de una arquitectura que frivolizó (que frivoliza) la profesión y que se alinea de manera evidente con el famoseo estúpido “de share televisivo” que los arquitectos han conformado en al menos, las últimas dos décadas.
Cuando camino por el Poble Nou de Barcelona constato como los arquitectos se convirtieron en piezas de “marketing”, tanto para empresas constructoras, firmas comerciales, alcaldes y ciudades, que deseaban publicitarse a nivel mundial como una marca (2) que ofrece al visitante “lo mejor, de lo mejor”, de la arquitectura actual. Y hoy en día padecemos este proceder arquitectónico y político viviendo en una ciudad que se ofrece al visitante y da la espalda a sus cotidianos y mortales ciudadanos.
Detengámonos seriamente a reflexionar y dejemos ya, de mirar embelesados la llamada arquitectura de autor y empezar a mirar en direcciones más realistas, imprescindibles, ineludibles. Ofrezcamos respuestas desde la investigación, el proyecto y la construcción y en voz alta digamos que sí, que somos unos cuantos arquitectos e investigadores que afanosamente buscan por entre las rendijas del presente soluciones reales, construcciones posibles y teorías válidas para este mundo arquitectónico pleno de frivolidad, “high-tec” de renders y Autocad (ahora Catia y SolidWorks), postmodernismo y famoseo de supuestos “grandes” arquitectos que, han consolidado crear una teoría y una arquitectura insolidaria, snob y digamoslo claramente, algo estúpida.
Y tanta es la evidencia que ya leemos a muchos críticos antes alineados con el “star system” (qué cosas tiene la realidad!) que antes ensalzaban a los “arquitectos figura” y ahora empiezan a entrar en nuestro terreno y hablan de “colectivos sociales” y organizan “quedadas” en la Bienal de Venecia para “denunciar” (así con la boca pequeñísima) que los arquitectos y la arquitectura debemos reenfocarnos en una especie de progres-burgueses de la arquitectura del siglo XXI.
Lo cierto es que ya trabajamos desde hace décadas un grupo, no pequeño, de arquitectos, investigadores y propositores que hemos dado ya la espalda a la tendencia de arquitectura narcisista, del poder y del espectáculo. Y que hace tiempo nos unimos al pensamiento de Serge Latouche (3) que propone “el decrecimiento que, a diferencia del crecimiento negativo o de la crisis, consiste precisamente en salir de esa lógica que condena, de forma obligatoria, a destruir el planeta para crear empleos. A través del decrecimiento, al contrario, crearíamos empleos salvando al planeta” (4).
En definitiva, dejemos de lado aquella arquitectura de “alta costura” y miremos con atención y con detenimiento las arquitecturas de “pret a porter” que se dedican eficazmente, a solucionar problemas reales, de usuarios reales, en este mundo real. Alejándonos del glamour y la frivolidad artística en que se manejan algunos de los equipos de arquitectos famosos (5), que no se ocupan por ofrecer alternativas arquitectónicas ante la pobreza, mayoritaria en el mundo de hoy. Es por eso que, desde nuestra visión ambidiestra del mundo, queremos destacar una arquitectura y un arquitecto que sí incluye en su trabajo cotidiano las demandas sociales reales del siglo XXI, es decir, al 60% del mundo que necesita todo y desde ayer.
notas
1
BOHIGAS, Oriol. Profesionales como reclamos comerciales. El Pais, Madrid, sección Cataluña, 9 feb. 2005, p. 3.
2
Barcelona sigue creyendo que es más una marca que una ciudad… ¡y nos lo hace pagar carísimo!
3
Profesor en la universidad de París XI y uno de los impulsores de la teoría del decrecimiento.
4
Entrevista de José Bellver (Madrid) miércoles 10 de febrero de 2010. Número 118 Número 119. Encontrada en internet: http://www.diagonalperiodico.net/Salir-de-la-sociedad-de.html. Consultada en diciembre de 2011
5
No me extrañaría ver a algún equipo de estos arquitectos tirándose a la piscina en la siguiente edición del programa frívolo ‘splash’ que muchas cadenas ofrecen en horario de máxima audiencia
sobre el autor
Arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Doctor en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la Universidad Politécnica de Cataluña. Tesis Doctoral: “Carlos González Lobo... Caminos hacia lo alternativo dentro del ámbito conceptual, proyectual y contextual de la arquitectura”