La sociedad moderna vive a trompicones, todo tiene que salir rápido, a la hora, no puede retrazarse ni un minuto, vivimos sumergidos en una especie de fast life que no permite el tiempo necesario para detenernos y reflexionar. No, debemos hacerlo todo ya, rápido, ahora.
Y la arquitectura neoliberal que se proyectó a nivel planetario, vivió también una especie de frenético resplandor, donde los 10 o 12 estudios de arquitectura “global”, estaban urgidos de ir regando sus “sellitos” en las capitales más importantes del orbe. No importa si el encargo era para México, Bogotá o Barcelona se piensa, se proyecta, y se materializa en Holanda, Nueva York o Lisboa… ¡Que más dá!, ya contrataremos un estudio “local de arquitectos” que “supervise in situ” nuestro tótem.
Por ello, desde la “tranquilidad del investigador de arquitectura”, planteo detenernos a reflexionar acerca de una nueva ética arquitectónica, porque ante la desigualdad entre norte rico (creador) y sur pobre (receptor), requerimos de un replanteamiento arquitectónico a escala mundial. Ante tanta urgencia por lo rápido, lo rentable y lo bonito (que no lo adecuado), se requiere también pensar (que palabra!) acerca de la habitabilidad arquitectónica y urbanística de casi el 80% de la población mundial, que requiere de reflexiones concienzudas (slow life) que nos permitan “mirar” la arquitectura, como parte de la realidad donde se proyecta, se construye, y se habita.
Los objetos de arquitectura no son, solamente, hitos esculturales de referencia, o pequeñas mecas en las guías de arquitectura, a las cuales visitar y fotografiar. No. La arquitectura debe (o debería) analizarse también, como parte del “mundo real”, donde habitan personas reales, y donde no solamente “habitan” los arquitectos de revista.
Por ello pretendemos en este pequeñísimo texto adentrarnos en la sensibilidad del lector, para denunciar la necesidad de una población empobrecida y ajena “a lo más de lo más” de la arquitectura actual y que, en las favelas brasileñas, en las ciudades pérdidas de la Ciudad de México, o en los guetos del Raval de Barcelona, también piensa, proyecta, construye y vive “su” arquitectura pero eso sí, sin arquitectos.
Queremos desde la investigación replantear el modo de hacer, pensar e investigar arquitectura, ya que si el sur (receptor) solo “copia o compra” los sellos del norte (creador), no estamos en el mejor camino de resolver el problema de habitabilidad que tienen los marginados arquitectónicos en el mundo de hoy (tanto del Norte, como del Sur).
Una investigación comprometida, una tecnología asequible, un urbanismo dialogal, una apuesta por un modo ‘otro’ de planificar la ciudad, el barrio, la casa… Que nos conduzca necesariamente hacia una arquitectura apropiada y habitable, que apueste por un espacio público y una ciudad que, incorpore a la ciudadanía también, en su Derecho a la Ciudad. En definitiva, hablamos de “todo esto” para entender objetivamente, que las búsquedas de entre los resquicios del presente de una arquitectura apropiada, dotan de sentido político al proyecto y a la investigación arquitectónica actual.
sobre el autor
Arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (1993-Graduado con mención honorífica). Doctor en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la Universidad Politécnica de Cataluña. Tesis Doctoral: Carlos González Lobo... Caminos hacia lo alternativo dentro del ámbito conceptual, proyectual y contextual de la arquitectura” (2002 – sobresaliente). Investigador Independiente desde el año 2002