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português
A utopia urbanística e arquitetônica de Brasília, identificada com as propostas de Le Corbusier, agora pode ser associadas às idéias contemporâneas de Rem Koolhaas, como um sistema urbano complexo
english
THe urban and architectural utopia of Brasilia, once identified with Le Corbusier proposals, now can be associated to the contemporary ideas of Rem Koolhaas, working as a complex urban system
español
La utopía urbanística y arquitectónica de Brasília, identificada con las propuestas de Le Corbusier, ahora pueden estas asociadas a las ideas contemporáneas de Rem Koolhaas, como sistema urbano complejo
SEGRE, Roberto. Brasilia, 50 años. Minha Cidade, São Paulo, año 10, n. 117.04, Vitruvius, abr. 2010 <https://vitruvius.com.br/revistas/read/minhacidade/10.117/3417/es>.
Este mes de abril, para conmemorar el 50 aniversario de Brasília, han fluido rios de tinta en libros, revistas, ensayos, entrevistas, programas de TV, filmes, sítios.
Pero, ¿que se desea conmemorar?. Porque ciertamente todos los textos estarán acompañados de fotos del Eje Monumental, del Congreso Nacional o de la Plaza de los Tres Poderes. ¿Acaso Brasilia se resume en estas imágenes?. Sin duda ellas representan Brasilia, y esto sin lugar a dudas, resulta fundamental.
Lucio Costa y Oscar Niemeyer, consiguieron una proeza única en el siglo XX; crear una imagen icónica de una ciudad moderna, reconocida, no solamente en Brasil, sino en el mundo entero. La arquitectura monumental de Brasilia, que representa al Estado Brasileño, logra una resonancia popular similar al fútbol, el carnaval o la Bossa Nova. Nunca antes había ocurrido esto con una ciudad nueva: los iconos representativos siempre se identificaron en las ciudades tradicionales: San Pedro en Roma, la torre Eiffel en Paris o el Empire State Building en Nueva York.
Pero, los predios simbólicos del Plan Piloto, expresan el ideal de concretar la utopía, y toda utopía ha sido siempre destruida por la realidad. El Capitolio de Washington, identificado con la democracia americana, fue negado por la política imperialista de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos. El monumento de la Tercera Internacional de Tatlin, en Rusia, imagen de la vanguardia de la Revolución Rusa, fue rechazado por el estalinismo, y el Ministerio de Educación y Salud, símbolo de la vanguardia cultural y arquitectónica brasileña, necesitó de la dictadura de Vargas para ser concretado. Al mismo tiempo, la utopía social de Brasilia, imaginada por Costa y Niemeyer, fracasó con la llegada de la dictadura militar en 1964, poco después de su inauguración. Nunca los pobres que construyeron Brasilia, expulsados a los distantes bordes del Plan Piloto, pudieron habitar las Supermanzanas.
Entonces, más allá de su valor histórico, tiene que ser conmemorada su función pionera de promover una ocupación del territorio brasileño y lograr la articulación entre el sur y el norte del país.
Pero, al mismo tiempo, las conmemoraciones no pueden limitarse a exaltar el Plan Piloto. Él representa la concreción de las ideas urbanísticas del Movimiento Moderno, de Le Corbusier y de la Carta de Atenas en un espacio y un tiempo limitados. Nadie hubiera podido pensar que ese esquema inicial quedaría como una imagen congelada eternamente. La ciudad actual es, cincuenta años después, la expresión de las contradicciones políticas, económicas, sociales y culturales existentes en el país.
De allí que esas contradicciones motivaron las intervenciones al Plan Piloto contrarias a la propuesta inicial de Costa; la arbitrariedad de las iniciativas privadas generó el desorden del área de los hoteles, la ocupación de la rivera del lago, las lujosas mansiones individuales, la especulación inmobiliaria de las áreas residenciales; así como se produjo la pérdida del “aura” original en los nuevos predios insertados por Oscar Niemeyer.
A su vez, sería ingenuo pensar que Brasilia permanecería incontaminada y distante de la pobreza, la violencia y la corrupción que siempre existió en Río de Janeiro, San Paulo y Belo Horizonte. Es una paradoja que una ciudad que simboliza al Brasil en el mundo fuera administrada recientemente por dos gobernadores corruptos: Joaquim Roriz y Jose Roberto Arruda, negando la imagen utópica de la arquitectura asociada a la ética y la moral; y que el purismo de las formas imaginadas por Costa y Niemeyer, asociadas a sus visiones masónicas y a una representación del estado laico, sean opuestas al misticismo que domina la ciudad, con la mayor concentración de sectas y grupos religiosos del Brasil.
Entonces, lo que hay que conmemorar es que la ciudad de estos cincuenta años mantiene su vitalidad y capacidad de transformación, y que la utopía urbanística y arquitectónica, identificada con las propuestas de Le Corbusier, hoy pueden ser asociadas a ideas contemporáneas de Rem Koolhaas, y que Brasilia sea un territorio urbanizado, un sistema urbano complejo, y no una “ciudad”. O sea, ya no representa la primera modernidad de la Carta de Atenas, sino que está asociada a la tercera, de la “metapolización”, según la definición de François Ascher.
Brasilia es, más allá del Plano Piloto, el conjunto de ciudades satélite como el Núcleo Bamdeirante, Taguatinga, Gama, Ceilândia, Cruzeiro, Sobradinho, Planaltina, Brazilândia, Samambaia, Vale do Amanhecer, con todas sus injusticias, con su fealdad y con su corrupción. Hoy, en 2010, Brasilia no es mas un símbolo abstracto, sino una representación real de Brasil con todas sus contradicciones sociales y espaciales, con sus injusticias, con su fealdad y su corrupción. Ahora en el 2010, Brasilia no es mas un símbolo abstracto sino una representación real de Brasil y de las tendencias actuales del urbanismo contemporáneo.
sobre el artículo
Publicación original del artículo: Clarín, Buenos Aires <http://www.clarin.com/suplementos/arquitectura/2010/04/20/a-02184329.htm>.