“En la cultura china actual, el vínculo con la tradición tiene una importancia fundamental” afirma el arquitecto taiwanés Yu-Tung Liu ante la reproducción de un escrito del poeta Wai Shu (725-785) de la dinastía Tang para comenzar a describir el proceso de concepción y diseño de los dos edificios universitarios que está construyendo en Qingdao, una de las ciudades portuarias más importantes de China y que será la sede de las competiciones náuticas de los próximos juegos olímpicos.
Liu fundó en 1999 AleppoZONE, un estudio que trabaja en la realización de proyectos arquitectónicos mediante procesos y herramientas digitales. Formado en arquitectura entre su país y Estados Unidos, Yu-Tung Liu tiene una comprensión nítida acerca de los significados de “global” y “local” y una posición mental equilibrada para comprender y asimilar provechosamente las diferencias, similitudes e interacciones contemporáneas entre Occidente y Oriente. Esto le ha llevado a trabajar en equipo con arquitectos occidentales, como Peter Eisenman, junto a quien proyectó un edificio para acoger el Museo de Artes Digitales en Hsinchu, la capital cultural y tecnológica de Taiwán, y actualmente proyecta junto al japonés Tadao Ando una ampliación para la Universidad Nacional Chiao Tung en cuya escuela de arquitectura Liu codirige el curso de doctorado en experimentación digital.
El tema de reflexión del programa de dicho curso es “El espacio del mañana” y su objetivo es educar a arquitectos capaces de generar nuevas formas y espacios surgidos de procesos mentales estimulados por el potencial digital. En un contexto aún dubitativo y en ocasiones excesivamente especulativo y arrogantemente artificioso como es el de la arquitectura generada mediante tecnología digital, la actitud de AleppoZONE debe adjetivarse como realista por su determinación en hacer factible la edificación de esos proyectos creados mediante tecnología de última generación. “Aun partiendo de conceptos que pueden ser profundamente subjetivos, poéticos incluso, tengo presente en todo momento que estoy desarrollando una idea cuyo fin último es materializarse en una construcción”, explica enfáticamente Liu, “e intento persuadir a mis alumnos acerca de lo esencial que es esta postura aun animándoles a que tomen temas o referentes tan complejos o ambiguos como, por ejemplo, el horizonte, para formular una propuesta arquitectónica”.
Los versos de un antiguo poema “Contemplo las montañas, tan hermosas/ y ellas, seguramente, me contemplan de la misma forma” escrito por Hsin Chi-Ji (1140-1207) durante la dinastía Song, el naturalismo de las delicadas pinturas de paisajes y la bella caligrafía de Wai Shu, cuyo trazo ligero es representación de su emoción interna, fueron el punto de partida para el proyecto de estos edificios públicos relevantes para Qingdao. Una propuesta en la que se hibridaba la arquitectura creada mediante tecnología avanzada con el arte tradicional chino: “Dada esa importancia de lo tradicional en China, desarrollamos un proyecto basado en su identidad y en su herencia artística sabiendo que llevarlo a cabo desde ese argumento interesaría al gobierno de la ciudad. Se trataba ante todo de plantear una idea atractiva para las autoridades locales de forma que se nos brindase la oportunidad de construir según nuestros planteamientos arquitectónicos”.
A partir del concepto sugerido por los versos –la fusión entre el espíritu de la tierra y el de la gente- se estableció que los rasgos geográficos del lugar intervendrían decisivamente en la definición del proyecto, siendo una de sus claves fundamentales el papel que jugarán los edificios dentro del paisaje. Para ello, Liu aúna el potencial de la tecnología digital con una percepción sensible del lugar, generando unas estructuras que interactúan con la ciudad existente pero que tienen ante todo la intención de afirmar los vínculos de la arquitectura con el medio natural donde se alzará. Qingdao descansa a los pies de la escarpada montaña Laoshan - ancestralmente considerada sagrada y donde se creía que podía obtenerse el elixir de la vida- , ante a la bahía del Mar de Bohai. Los edificios que conformarán la University Town no se camuflan dentro el paisaje sino que, mediante su concepción y diseño digital y el posterior buen control de los materiales en el proceso de construcción, aparecerán como entidades de formas maleables, plásticas, que se adherirán a éste. La arquitectura juega así un papel fundamental, reconvirtiendo el paisaje sin mimetizarse con éste sino complementándolo y redefiniéndolo, conformando así un lazo entre la vieja arquitectura de Qingdao y el paisaje montañoso que abraza a la bahía; y preocupándose asimismo por insertar rasgos subconscientes en el espíritu del lugar y sus habitantes y estimular la conexión de éstos con su entorno natural. Por otro lado, la arquitectura de Qingdao se caracteriza por el predominio de la verticalidad provocada por la gran altura de los edificios actuales, un aspecto contra el que el proyecto de AleppoZONE se permite rebelarse dotando a sus estructuras de un marcado carácter horizontal que ahonda en su vínculo los rasgos específicos de la topografía del lugar y el énfasis dinámico de su morfología creada mediante el tratamiento digital de la caligrafía de Wai Shu partiendo de un pequeño juego consistente en superponer el escrito de este poeta a un plano a escala de Qingdao. Liu aisló los dos caracteres cuya posición en el papel coincidía con la ubicación que tendrían los edificios sobre el tejido urbano. Las líneas ágiles y fluidas dibujadas por la mano del poeta se digitalizaron para someterlas a un proceso de análisis y cálculo que permitiera transformar la forma de sus trazos en estas estructuras arquitectónicas y dotarlas del carácter para ser respuesta al paisaje natural. “El espacio de formas que fluyen libremente y más próximo a lo puramente artístico creado mediante procedimientos digitales tendrá un importante papel futuro, porque permitirá que cada diseño se adecue a las necesidades localizadas de un espacio urbano”, dice este arquitecto.
La sutil sensibilidad oriental impregna los modos de hacer y pensar expresándose en una sencilla y delicada veneración por aquello que es agradable a los sentidos y al intelecto de una manera que busca profundizar en las raíces milenarias de sus tradiciones y, respetuosamente, mantener su esencia viva e intacta. La pervivencia de este sentimiento se superpone como una comprensible paradoja dentro del escenario urbano y cotidiano de una ciudad china, donde las arraigadísimas costumbres en las que se fundamenta la propia identidad cultural de este país se han permeabilizado para convivir con la patente influencia de aspectos de Occidente. La pervivencia de la tradición constituye un eje psicológicamente estabilizador y, como plantea este proyecto de AleppoZONE, ofrece elementos desde los que plantear una arquitectura contemporánea que refleje y mantenga esa pervivencia en una ciudad que, como Qingdao, aglutina en su superficie urbana la impronta de la reciente presencia histórica de japoneses, alemanes y norteamericanos.
La fuerza su proyecto se centra en la conjugación de rasgos tradicionales de una cultura con el pensamiento contemporáneo que se desarrolla a través de la tecnología. “A comienzos del siglo XXI, en un contexto en el que se nos dice que debemos proteger el entorno vital porque está al borde de la destrucción y a la vez se nos bombardea con la omnipresencia del cambio que producirá el desarrollo tecnológico, la humanidad implora cambios y simultáneamente desea aferrarse a algo que le proporcione algún sentido de permanencia” concluye Liu.
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Articulo publicado en La Vanguardia el día 21 de diciembre del 2005
sobre los autores
Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste, titulares del studio ¿btbW, son autores del libro "Enric Miralles: Metamorfosi del paesaggio", editorial Testo & Immagine, 2004.