"(...) la historia de la vida, tal como yo la interpreto, es una serie de estados estables, salpicados a intervalos raros por acontecimientos importantes que suceden con gran rapidez y ayudan a establecer la siguiente etapa estable". Mi punto de partida, y no soy el único que lo asume, es que, al final del siglo XX, vivimos uno de esos raros intervalos de la historia. Un intervalo, caracterizado por la transformación de nuestra 'cultura material' por obra de un nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a las tecnologías de la información."(1)

La realidad nos advierte que estamos inmersos de pleno en la era de la información, en lo que se ha dado en llamar la revolución IT (IT=Tecnología de la Información). Este periodo transicional está produciendo cambios de envergadura en nuestra vida cotidianas. Muchas veces, se ha soñado con esta revolución de una manera dramática -y tal vez de ahí derive el denominarla 'revolución'- . Los efectos de ésta se van incorporando paulatinamente a nuestro ciclo vital (remarcamos: no con la drasticidad que habían previsto los gurús para los tiempos próximos al siglo XXI).

Los arquitectos, diseñadores, urbanistas... han cambiado su forma de aproximarse al trabajo (computadoras, Internet...). Los medios que nos proporciona la técnica son inagotables, se modifican día a día. Pero cabría preguntarse si realmente las conciencias han evolucionado de acuerdo a este cambio tecnológico al que nadie, que desee pertenecer al ámbito contemporáneo, puede negarse. Se ha evolucionado muchas veces a nivel de imagen, lo que ha creado la confusión de pensar en una cultura básicamente visual; pero, posiblemente, este concepto de cultura visual parta de un error, de una minimización de los potenciales de esta nueva era que se abre ante nosotros. Una era de la que solamente hemos sabido ver, hasta ahora, nada más que su superficie. Asumir esta revolución – léase: como un cambio substancial de las costumbres imperantes (dado que no nos interesa hablar de evolución, sino simplemente de un cambio radicalizado) – y entender que no solamente la forma sino también el fondo de esta situación necesitan ser urgentemente asumidos, empezando a trabajar imbuídos en el espiritu del tiempo.

notas

1
Manuel Castells, La era de la informação. Economía, sociedad y cultura (Vol.1: La sociedad en red), Alianza Editorial, Madrid, 1997.

[publicación: novembro 2000]

Fredy Massad e Alicia Guerrero Yeste, Lleida Espanha