Oscar Eduardo Preciado Velásquez: Entiendo. Bueno, ya lo que te consulte, ¿Cuál crees entonces que es ese mayor desafío para esas nuevas generaciones que están saliendo desde ahora? por ejemplo, es lo que te decía, desde tu enfoque como docente que has llegado a ser en algún momento, ¿cuál piensas tú que debe ser eso ese mayor desafío?
David Barragán: el mayor desafío… no sé qué mayor desafío tienen ahora los más jóvenes. Los más jóvenes tienen un problema, ellos, los que por ejemplo se gradúan, se graduaron hace unos 5 años o más incluso, accedieron a un país que les ofrecía becas en todo el mundo. La nueva generación que se graduó desde hace diez años, desde que correa inició hasta ahora, como nunca en la vida accedió a educación de altísimo nivel en cualquier parte del mundo. Su gran desafío es que, la mayoría en vez de llegar y buscar opciones de trabajar o de producir lo que yo he visto más lamentable es que todos llegan esperando a que el estado le dé un trabajo y como muchas veces, pueden llegar sobrecalificados, empiezan procesos de frustración, entonces creo que un gran desafío que tiene nuestra, las nuevas generaciones que ya tiene acceso a educación fuera de alto nivel es cómo aplicar todo ese conocimiento en el país.
Hay una brecha muy grande entre lo que aprenden y lo que lo que pueden aplicar, sumado a que muy pocos quieren correr el riesgo de ser independientes la mayoría quiere llegar y encontrar un trabajo. En muchos trabajos no les van a contratar porque están sobrecalificados, en los que le van a contratar no van a tener el sueldo que ellos aspiran por su formación académica y tristemente muchos se van a la docencia, porque es una plataforma fácil de bajo riesgo en dónde pueden ejercer pero no dan clases porque realmente porque realmente les guste dar clases.
Entonces creo que hay un desafío en eso para para ellos es ahí. Nosotros somos un mercado muy pequeñito. Después, siempre está el 70% de la ciudad, que es construido de manera informal, pero en eso la mayoría no le gusta meterse, porque la formación siempre es una formación elitista, es así, en todo el mundo es así, la formación es para enseñar para el menor porcentaje de la humanidad. Entonces el que quiera meterse en ese 70% siempre tendrá espacio y siempre será un desafío, cómo se sostiene económicamente en el tiempo, pero encontrará opciones de meterse.
OEPV: Bueno si, yo lo que veo es que tanto en Ecuador y bueno casi todos nuestros países de este eje tienen esta condición no, un escenario de informalidad, pero que esa academia no responde a eso, no no le da, digamos el valor y además que no lo considera como un punto, sabes un punto donde pueden salir buenas experiencias de trabajo, para no, voy a decir “formalizar la informalidad” pero darle un poquito más de…
DB: Dignidad.
OEPV: Sí, dignidad puede ser una buena palabra.
DB: Sí sí, a la academia no le interesa ese lado y a la mayoría de profesores tampoco. El pensamiento bajo el que se estructura la academia es un pensamiento eurocentrista…
OEPV: Tal cual.
DB: Y no hay vuelta, ni siquiera, lo más triste es que ni siquiera en la academia existe pensamiento latinoamericano. La mayoría de profesores incluso ni siquiera les interesa ese pensamiento, tú ves hay toda esta sobrevaloración y romance al pensamiento eurocéntrico, qué es muy raro en verdad encontrar. Ahora un poco más, ahora al menos ya puedes ver en las universidades que hayan casos de estudio, cátedras de análisis o crítica que sean de proyectos latinoamericano. Pero cuando nosotros estudiábamos, Latinoamérica no existía. Sólo Luis Barragán México y Niemeyer en Brasil, eso era todo, no existía nada más cuando nosotros estudiábamos.
OEPV: De hecho, un poco ha sido para mí, también un golpe, porque Brasil tiene una formación indudablemente muy eurocéntrica en su academia y prácticamente está un poco a la espalda de Latinoamérica, de todo este contexto (Hispanoamérica).