La arquitectura moderna brasileña ha retado el corolario racionalista del movimiento internacional. La singular poética de Oscar Niemeyer (1907-2012) en el conjunto de Pampulha (1942) y posteriormente en las obras monumentales de Brasilia (1960) resumen los atributos de monumentalidad y sensualidad por los cuales se le reconoció internacionalmente.
El interés por la arquitectura moderna brasileña desde la segunda mitad de los años cuarenta ha conllevado a la publicación de muchos números especiales sobre el país en periódicos de diferentes orígenes. La mirada externa, que busca comparar el movimiento brasileño con el “internacional” se orienta a dos juicios diferentes. El primero es de orden valorativo, resaltando la originalidad de la producción local y el segundo es negativo resaltando la falta de austeridad de los arquitectos brasileños frente a la grave falta de planeación social del país. Las obras monumentales de los grandes proyectos realizados en el auge del ciclo desarrollista brasileño (1956-1961) serian la señal del despilfarro de recursos que deben emplearse de forma menos concentrada y en obras de impacto social superior.
Las críticas extranjeras de Max Bill(1) y Giedion(2) en los cincuentas, principalmente orientadas a la llamada “escuela carioca” (3) de la cual Niemeyer seria el principal protagonista, ignoraban el compromiso de los arquitectos brasileños con el proyecto de desarrollo nacional, así como la formación del capitalismo periférico. Internamente, y años más tarde, al inicio de la década de 1960, la “arquitectura nueva” realiza otra crítica a la arquitectura moderna brasileña, ahora formulada por los arquitectos Flávio Império (São Paulo, 1938-1985), Rodrigo Lefèvre (São Paulo, 1938-1984) y Sérgio Ferro (Curitiba, 1938) al interior del problema nacional y cubre las dos vertientes, la carioca y la paulista.
La llamada “escuela paulista” (4) se caracteriza por lo opuesto a la “escuela carioca”. Su identidad yace en la abdicación formal de las grandes estructuras de concreto aparente. En vez de la sensualidad, la rudeza es su principal cualidad y Vilanova Artigas (1915-1985) su gran exponente. Artigas realiza un conjunto de Escuelas para el Gobierno de São Paulo, durante los sesentas, ensayando lo que vendría a ser la obra prima de esta vertiente, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo inaugurada antes del final de esa misma década.
La separación regional “carioca” y “paulista” despista la mirada extranjera del debate intenso sobre desarrollo nacional que ocurrió a lo largo de estos años. Un proyecto, que pasó lejos de ser unívoco y que estuvo bajo disputa y, de cierto modo, fue el motivo político de las vicisitudes del proyecto moderno brasileño.
Por otro lado, “los discípulos de Artigas” (5) comprendían bien el problema social en la periferia del capitalismo y el involucramiento de sus maestros. La crítica que produjeron presenta las contradicciones de la política de alianzas de la izquierda comunista con la burguesía nacional apoyada por el Partido Comunista Brasileño(6) al que pertenecían tanto Niemeyer como Artigas.
La inauguración de Brasilia en 1960 marca la crisis del desarrollismo brasileño. La inestabilidad política al final de los años sesentas tiene como epicentro la pose de João Goulart a la presidencia en 1961. Su programa de gobierno incluía un paquete de reformas estructurales conocido como “reformas de base” entre las que se destacaban la reforma agraria y la urbana. El panorama general de inestabilidad económica y el éxito de la movilización social por las reformas produjeron una ofensiva conservadora y un golpe civil y militar en 1964.
Las contradicciones de la política de alianzas salieron a colación. El régimen dictatorial instaurado durante más de veinte años en el país le puso un punto final a la utopia nacional brasileña. Después de 1964 era muy difícil creer en un proyecto de desarrollo capaz de armonizar los sectores progresivitas de la burguesía nacional, los intelectuales de la izquierda y el pueblo.
La alianza entre los arquitectos Flávio Império, Sérgio Ferro y Rodrigo Lefèvre se produjo al inicio de los sesentas, atravesando el agitado período de la vida nacional. Lucharon contra la adhesión al modelo de desarrollo y rechazaron al unísono la caricatura del movimiento moderno brasileño y de sus primeros críticos. Evitaron la personificación autoral característica “de las escuelas” como lo señala Rocha (1988, 82- 87) y se posicionaron en el sentido contrario a las soluciones constructivas intensivas en tecnología, que según ellos, en vez de usarse como derrotero del desarrollo deseado para el país, ampliaban aún más su condición de dependencia económica y política.
La osadía de las obras intensivas en tecnología servia como imagen mediática de la modernización implementada por el gobierno brasileño. La gran proyección, tanto de las obras en Brasilia (1956-1960), una de las metas del programa de Kubitscheck (7). como de las obras del Plan de Acción en São Paulo (1959-1963), garantizaban, respectivamente el éxito de las “escuelas” carioca y paulista y de sus protagonistas.
Rodrigo Lefèvre y Sérgio Ferro entran a la Facultad de Arquitectura en 1957, un año después de que Fávio Império. Fueron alumnos de Vilanova Artigas, Paulo Mendes da Rocha, Joaquim Guedes y Carlos Milan, entre otros. Entablaron, principalmente con el primero, un proficuo debate y produjeron una arquitectura contraria a la “de la orientación racional en São Paulo” (8).
Aún cursando el segundo año de la facultad, Lefèvre y Ferro abren un despacho, aún en la condición de estudiantes. En los últimos años de la universidad, el encargo de dos edificios en Brasilia permitió que sigieran de cerca las obras de la nueva capital, donde constataron la contradicción entre la precaria condición de trabajo en las obras y la imagen ufana del Brasil moderno. En la misma época, la escenografía de Imperio en el armado de Muerte y Vida Severina ofrecería el elemento catalizador de la crítica que formularon años después. En las palabras de Ferro, la osadía de la desviación habitual de los materiales forjó los caminos para la arquitectura que se produjo en los años venideros. “materiales simples transfigurados por la invención lúcida convenían realmente más a nuestro tiempo que la elaboración de modelos metropolitanos” (9).
En esta época, Império se une a Ferro y Lefèvre formando el Grupo arquitetura Nova (10). El texto manifiesto del grupo se publicó casi tres años más tarde en un artículo intitulado “Posibilidad de Actuación del Joven Arquitecto”, en el que presentan los principios que orientan la “poética de la economía” (11).
El experimentalismo tecnológico de las bóvedas comienza con tres casas realizadas en 1961 en donde se ensayaron varias formas de producción de la cobertura. El perfil sinuoso tenía, en dichos casos, el sentido apuesto de las cáscaras niemeyerianas. Usando materias sencillas y poco hierro, expresaban el rechazo a las normas tecnológicas asociadas a las “escuelas brasileñas”. De las cuales tomaron los elementos esenciales; la organización funcional; el dominio constructivo y el compromiso social del arquitecto con los destinos de la nación.
La primera de las coberturas en bóvedas es la Casa Simão Fausto de Império (12). Una secuencia de cinco bóvedas catalanas ejecutadas en ladrillo común producido en las alfarerías locales sostienen un techo-jardín corbusiano. La mano de obra empleada seria “poco especializada”, “ya que la colocación de los ladrillos sobre un enrejado simple de madera usa la técnica de asentamiento de paredes” (13).
La casa semienterrada con respecto al terreno conservó la armonía del paisaje natural. Una lección corbusiana presente en la formación del movimiento moderno en Brasil y aprovechada por la vertiente crítica.
Las otras dos casas, realizadas ese mismo año, Boris Fausto y Bernardo Issler de Ferro prueban soluciones constructivas incorporando componentes industrializados - manufactura heterogénea- y soluciones producidas principalmente en la obra - manufactura serial. Los conceptos de manufactura adoptados han servido para probar cuales eran las formas de producción más adecuadas a la etapa de industrialización del país. La falta de calidad del producto nacional servia como argumento para criticar la apuesta en el desarrollo de las fuerzas productivas y apuntar a otra dirección, adoptando una tecnología adecuada para el país.
La innovación de las coberturas abovedadas les atribuía nuevos significados a los sistemas constructivos tradicionales. Los proyectos ejecutivos minuciosamente detallados le daban a la producción el máximo de racionalidad. La preocupación de los arquitectos con el “didactismo” del proyecto buscaba no alienar al trabajador de la construcción civil, sin por eso dejar de proponer nuevos caminos.
La racionalización del trabajo en la obra adoptando principios de coordinación modular que serian probados al año siguiente, en las residencias Marietta y Ruth Vampré (1962) y después en la residencia Albertina Pederneiras (1964). Estas obras prueban nuevas formas de organización de la ejecución separando cada una de las etapas para que se reduzca la interferencia entre los servicios de la construcción.
La obra del grupo gana visibilidad con la publicación de un número especial en Acrópole, en 1965. el texto introductorio Una falsa crisis, de Artigas (14) le da publicidad al debate entre el “maestro” y sus “discípulos”. La crisis caracterizada por Ferro y Lefèvre en el texto de 1963 Posibilidad de Actuación la rechaza Artigas, que citando nominalmente a Niemeyer y a Le Corbusier defiende el movimiento moderno que había sido discutido por los jóvenes arquitectos. En 1966, Lefèvre publica el artículo Una crisis en el desarrollo (15) y en 1967 sale Arquitectura Nueva de Ferro. El endurecimiento del regime militar interrumpe el debate entre ellos.
Al año siguiente de la publicación de las casas experimentales Ferro, Império y Lefèvre proyectan un conjunto de ocho escuelas para el Fondo Estadual de Construcciones Escolares en diferentes ciudades del interior del estado de São Paulo usando el mismo sistema de bóvedas. La experiencia repercute en Latinoamérica a través de dos artículos en la revista CONESCAL - Centro Regional de Construcciones Escolares para América Latina.
Al comienzo de los años 1970, Lefèvre adopta otra solución para las bóvedas, ahora en sociedad con una empresa brasileña de losas prefabricadas, Volterrana. Ésta desarrolla un sistema de vigotas de concreto en forma de media parábola llenadas con elementos cerámicos estructurados con vigas de acero e luego consolidados por una capa de concreto. Una adaptación de las losas planas de la empresa Volterrana a la forma de la parábola, permitió que se mejorara el desempeño estructural de la cobertura y se facilitara la ejecución de las coberturas ensayadas en las casas de 1961.
Adoptando principios de racionalización del trabajo en la obra y empleando sistemas constructivos disponibles en el mercado, las bóvedas podían usarse fácilmente en iniciativas auto gestionadas. Inclusive, al estar hecha de elementos ligeros, el montaje en gran escala no necesitaría equipos sofisticados, presentando otra ventaja en la industrialización de la vivienda popular. El conjunto de las cinco casas abovedadas reunidas por Lefèvre en su disertación de maestría Proyecto de una obra: una utopia (16) se concibió en un sistema constructivo plenamente compatible con “el presente histórico” del país anunciado en el texto manifiesto de 1963 “Posibilidades de actuación”.
La innovación en la producción de las coberturas abovedadas se da durante el período de participación de Lefèvre y Ferro con la resistencia a la dictadura brasileña. Terminaron arrestados al final de 1970, como muchos otros militantes políticos e intelectuales de la izquierda. Permanecieron un año en la prisión y cuando salieron sus vidas personales y profesionales se transformaron radicalmente.
Ferro se muda para Francia e ingresa como docente de la Universidad de Arquitectura de Grenoble, organizando una línea de investigación sobre la historia de la construcción y funda el laboratorio Dibujo y Obra. Publica una serie de comunicados sobre obras paradigmáticas de la historia de la arquitectura como la Capilla Médice de Miguel Ángel y el convento de La Tourette de Le Corbusier dando una perspectiva histórica y académica a las investigaciones del período brasileño (17).
Lefèvre empieza como profesional contratado de la empresa de ingenieria consultiva Hidroservice. Allí se le presenta la oportunidad de contribuir en grandes proyectos, como la Central de Acopio de Curitiba (1972), del ingeniero uruguayo Eladio Dieste. Coordinó proyectos complejos como el Edificio Sede del DNER en Brasilia (1972), el Instituto de los Ambulatorios del Hospital das Clínicas en São Paulo (1973-1975), la Cocina Industrial de COSIPA en Cubatão (1976- 1977), la Fábrica de Elementos Combustibles de Nuclebras (1977 1978) (18).
La participación de Lefèvre en una empresa de porte que hacía trabajos para el régimen civil-militar era mal vista por muchos de sus colegas. Lefèvre justificó su decisión en varias oportunidades. Su declaración en el encuentro Arquitectura y Desarrollo Nacional (19) y el artículo en la revista Módulo (20) aclaran su visión del panorama social brasileño en la década de 1970.
Involucrado en el proyecto del edificio de los Ambulatorios del Hospital das Clínicas en São Paulo, en 1973, Rodrigo Lefèvre intentó ahondarse en el tema, asistiendo a dos cursos sobre Planeación Hospitalaria y otro sobre salud y educación popular. Tres años después, en 1983 era responsable de implantar una red de asistencia médica en Guinea Bissau (21).
El sistema para la formación de personal sanitario y de gestión de servicios había sido encomendado a la empresa Hidroservice por parte del Ministerio de Salud y de Asuntos Sociales de Guinea Bissau en abril de 1983. Lefèvre se mudó para seguir el proyecto y allá falleció al año siguiente, alimentando la utopia de contribuir para el desarrollo y la modernización del país africano.
El desarrollo de una tecnología nacional ayudó a realizar la tarea histórica de superación del subdesarrollo. Ya no entendido en el tono del “atraso” sino como una forma específica del patrón de acumulación del capitalismo en Latinoamérica y que por lo tanto no pude superarse con la alineación de la izquierda a las “fuerzas progresistas” nacionales, pero tampoco con su abandono, a través de sistemas tecnológicos “regresivos”, era necesario una visión estratégica capaz de alinear las diferentes soluciones productivas para la arquitectura, que puedan activarse en función de las oportunidades históricas de transformación social.
Recientemente muchos trabajos han recuperado la trayectoria de tales arquitectos. Las primeras lecturas de Rocha (1988) (22) Koury (1999) y Arantes (2001) (24) solían presentarlos como un grupo, activos por su afirmación del trabajo cooperado y de la autoria colectiva, sin ahondar en la diversidad de las lecturas que el legado personal ha suscitado. El estudio de las trayectorias individuales de Buzzar, 2001 (25); Gorni, 2003 (26); Guimarães, 2006 (27); Contier, 2009 (28); Garcia, 2012 (29) ha permitido recientemente evaluar el papel de cada uno de ellos en el campo del debate brasileño.
La contribución de Lefèvre al desarrollo de las soluciones constructivas y la longevidad de su actuación profesional nos permite seguir de cerca la maduración del impulso crítico del grupo, ofreciendo los elementos para la comprensión de un debate en profundidad sobre el desarrollo nacional y la arquitectura moderna brasileña.
notas
1
Un historial del paso de Max Bill por Brasil y de sus críticas a la arquitectura moderna se ve en NOBRE, Ana Luiza. Fios cortantes. Projeto e produto, arquitetura e design no Rio de Janeiro (1950-70). Tesis doctoral. Rio de Janeiro, PUC-Rio, 2008, p. 24- 27.
2
Prefacio de Giedion a la obra de MINDLIN, Henrique. Modern Architecture in Brazil. Nova York, Reinhold, 1956. La crítica se analiza por MARTINS, Carlos Alberto Ferreira. Há algo de irracional... notas sobre a historiografia da arquitetura brasileira. In: GUERRA, Abilio (org.) Textos fundamentais sobre história da arquitetura moderna brasileira. São Paulo, Romano Guerra, 2010, p. 158-159.
3
Aunque la idea de una escuela carioca (de Río de Janeiro) se sugiere en GOODWIN, Philip. Brazil Builds: architecture new and old 1652-1942. New York, Museum of Modern Art, 1946; el término se usa por primera vez en: HITCHCOCK, Henry Russell. Latin American Architecture since 1945. New York, Museum of Modern Art, 1955. El término también lo adopta BRUAND, Yves (1972). Arquitetura contemporânea no Brasil. São Paulo, Perspectiva, 1991, pero en este caso dentro de los “estilos clasicizantes” del siglo 19.
4
La diferenciación entre la arquitectura paulista – de São Paulo – y la carioca aparece en Hitchcock, op. cit, p. 36. Para otra genealogía de la identidad paulista ver también: ZEIN, Ruth Verde. Breve introdução à Arquitetura da Escola Paulista Brutalista. Arquitextos, São Paulo, ano 06, n. 069.01, Vitruvius, fev. 2006 <www.vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/06.069/375>; DEDECCA, Paula Gorestein. A ideia de uma identidade paulista na historiografia de arquitetura brasileira. Pós, n. 32, São Paulo, FAU USP, dez. 2012, p. 90-101.
5
Como llamó BRUAND, Yves. Op. cit., p. 305 a Flávio Império, Rodrigo Lefèvre y Sérgio Ferro.
6
Sobre el apoyo del partido comunista al desarrollo de las fuerzas productivas en los países latinoamericanos ver: ANTUNES, Jair. Marx, Engels e a origem do etapismo na teoria da história marxista. Anais do VII Colóquio internacional Marx Engels. Campinas, jul. 2012, p.24-27.
7
Juscelino Kubitscheck fue el presidente de Brasil en el auge del ciclo desarrollista entre 1956 y 1961.
8
FERRO, Sérgio. Arquitetura nova. Teoria e Prática, n. 1, São Paulo, 1967, p. 3-15. Republicación: ARANTES, Pedro (org). Arquitetura e trabalho livre: Sérgio Ferro. São Paulo, Cosac Naify, 2006, p. 47-58.
9
FERRO, Sérgio. Residência em Cotia. Acrópole, n. 319, São Paulo, jul. 1965, p. 38.
10
KOURY, Ana Paula. Grupo Arquitetura Nova. São Paulo, Romano Guerra, 2003.
11
FERRO, Sérgio; LEFÈVRE, Rodrigo. Possibilidades de atuação. Encontros GFAU, n. 63, São Paulo, FAU USP, 1963. Republicação: ARANTES, Pedro (org). Arquitetura e trabalho livre: Sérgio Ferro. São Paulo, Cosac Naify, 2006, p. 33-36.
12
Esta casa la diseñó Flavio Imperio dos años después de su participación en el taller de Joaquim Guedes, que experimentó este tipo de cobertura en un proyecto residencial un año antes.
13
IMPÉRIO, Flávio. Residência na praia. Acrópole, n. 319, São Paulo, jul. 1965, p. 37.
14
ARTIGAS, Vilanova. Uma falsa crise. Acrópole, n. 319, São Paulo, jul. 1965, p. 21-22. Republicação: ARTIGAS, Rosa; LIRA, José Tavares (org.). Vilanova Artigas: Caminhos da arquitetura. São Paulo, Cossac Naify, 2004, p. 21-22.
15
LEFÈVRE, Rodrigo. Uma crise em desenvolvimento. Acrópole, n. 333, São Paulo, out. 1966, p. 22-23.
16
LEFÈVRE, Rodrigo. Projeto de um acampamento de obra: uma utopia. São Paulo, USP, 1981.
17
CONTIER, Felipe. Sérgio Ferro: história da arquitetura a contrapelo. Tesis de grado. São Paulo, USP, 2009, p. 115-126.
18
BUZZAR, Miguel. Rodrigo Brotero Lefèvre e a ideia de vanguarda. Tesis doctoral. São Paulo, USP, 2001.
19
LEFÈVRE, Rodrigo. Depoimento. In Arquitetura e desenvolvimento nacional: depoimentos de arquitetos paulistas. São Paulo, IAB/Pini, 1979, p. 61-64.
20
LEFÈVRE, Rodrigo. O arquiteto assalariado. Módulo, n. 66, Rio de Janeiro, set. 1981, p. 68-71.
21
GUIMARÃES Guimaraes, Humberto Pio. Rodrigo Lefèvre, a construção da utopia. Tesis de maestria. São Paulo, FAU USP, 2006.
22
ROCHA, Angela Maria. No horizonte do possível. Arquitetura e Urbanismo – AU, n. 18, São Paulo,jun./jul. 1988, p. 82-87.
23
KOURY, Ana Paula. Grupo Arquitetura Nova. Universidade de São Paulo, 1999.
24
ARANTES, Pedro. Arquitetura nova: Sérgio Ferro, Flávio Império e Rodrigo Lefèvre, de Artigas aos mutirões. São Paulo, Editora 34, 2001.
25
BUZZAR, Miguel. Op. cit.
26
GORNI, Marcelina. Flávio Império: arquiteto e professor. Tesis de maestria. São Paulo, FAU USP, 2003.
27
GUIMARÃES, Humberto Pio. Op. cit.
28
CONTIER, Felipe. Op. cit.
29
GARCIA, Livia Loureiro. Flávio Império: desenho de um percurso. Tesis de maestria. Universidade Estadual de Campinas, 2012.
sobre la autora
Profesora del Programa de Posgrado en Arquitectura y Urbanismo. Centro de Pesquisa – Universidade São Judas Tadeu, San Pablo, Brasil. Es coautor del inventario de producción de vivienda social en Brasil (1930-1964) (Edunesp, SESC, 2014), co-organizador del libro Onze propostas de morar para o Brasil moderno (Edunesp, SESC, 2014)e autor del libro Grupo Arquitetura Nova (Romano Guerra, Edusp, 2003)