Nuevamente Sale a la luz la construcción de la torre mas alta de los Estados Unidos, que gana al nuevo proyecto de las torres del World Trade Center de Nueva York (¡y eso que no se han construido!), y que situará en Chicago, sus 410 metros para albergar la SEARS TOWER, el arquitecto elegido para tal evento ha sido el valenciano Santiago Calatrava, que podrá ‘lucir’ presumir entre sus allegados que, en el 400 North Lake Shore Drive, en la confluencia del río Chicago y el lago Michigan, erigirá ‘su’ torre… un hito más para que los entusiastas estudiantes de arquitectura, vayan en masa a sacar fotografías en todos los ángulos posibles, aunque pase desapercibido para los mas ‘fans’, que tal edificación contará con ‘1.200 residencias únicas con las más finas instalaciones disponibles en el mundo’, cuyo coste se estima entre los 1.500 millones y 2.000 millones de dólares.
Pero eso sí, este será un edifico ‘ad-hoc’ con el sistema capitalista que lo ha pedido, y: dispondrá de los últimos avances de la ingeniería, así como medidas de protección ambiental, incluido el reciclaje de agua de lluvia para su uso en los jardines, el agua del río para el aire acondicionado y cristales especiales para proteger a las aves migratorias.
Dicen los empresarios que con este edificio, darán libre albedrío a la visión artística de Santiago Calatrava, para que ‘se luzca’ creando una experiencia residencial moderna y tecnológicamente avanzada
Que tiempos aquellos en que el Congreso Internacional de la Arquitectura Moderna (CIAM) de 1928, con la firma de 24 arquitectos, destacaron que la arquitectura estaba vinculada, de forma inevitable, con las mas amplias cuestiones políticas y económicas, y que lejos de verse apartada de las realidades del mundo industrializado, debería depender, para su nivel general de calidad, de unos métodos de producción racionalizada, lo que se llamó la Declaración de La Sarraz, en honor al castillo suizo donde se realizó dicho congreso.
Actualmente la arquitectura se construye de espaldas a los ciudadanos, creando monumentos, hitos, símbolos, pero la gente, esta fuera de casi todo debate arquitectónico. En el año 2000 por primera vez, se reunieron 300 pobladores de todo el mundo en la Ciudad de México para discutir estrategias y compartir ideales colectivos, esto fue posible gracias a los esfuerzos de la HABITAT INTERNATIONAL COLITION, y fue allí que se revivió el espíritu del CIAM, solo que esta vez los expertos, arquitectos, y urbanistas se quedaron callados, escuchando la voz de, curiosamente, ‘los usuarios-consumidores’ de arquitectura.
Y hoy también es noticia en otro diario en México, el hecho de que: en la colonia Ricardo Flores Magón, en Iztapalapa- nadie sabe ni su longitud ni su profundidad, pero se ha convertido en parte de la cotidianidad de más de 90 familias, algunas de las cuales construyeron sus viviendas a sólo dos metros de la enorme boca de esa caverna. Se trata de familias a las que la necesidad y la costumbre les han hecho perder el miedo a los crujidos que frecuentemente se escuchan y que según ellos se deben a que "el suelo se está asentando".
Hace poco más de tres décadas eran apenas unas cuantas familias las que levantaron sus magras habitaciones en la parte alta de esa cueva, pero la proliferación de vivienda ha sido tal que hoy las casas de ladrillo -que más parecen estar en obra negra- rodean por completo la cavidad, a grado tal que se deben atravesar intrincados callejones y penetrar por una de las vecindades para dar con ella.
Pero seguro que nada tiene que ver la proliferación de la pobreza en más del 60% de la población mundial (dicen que solo en Estados Unidos, existen cerca de 37 millones de habitantes que rozan el umbral de la pobreza, ¿se acuerdan del Katrina, de New Orleáns, de su abandono?), no puede ni preocuparse por la competencias anuales de a ver quién es el construye la Torre más alta, con casas de alto standing, con lo último de lo último en la tecnología de la construcción, con sus claras ‘declinaciones’ medioambientalistas que apoyan los nidos de los pájaros en las alturas, mientras los mayoritarios del mundo, siguen construyendo ciudad en palafitos, barriadas, cuevas y ciudades satélite ‘afeándoles’ el panorama a estos grandes arquitectos globalizados escala 1:1.
Así como a sus réplicas tercermundistas que también ‘imponen’ su estilo moderno, capitalista y neoliberal (el Museo Guggenheim de Enrique Norten en el valle Barranca, es un ejemplo claro, rodeado de pobres en sus barrios, barracas y ríos contaminados en la capital del estado de Jalisco… Guadalajara), pero eso si a escala 1:75.
sobre el autor
Humberto González Ortiz es Doctor en Arquitectura pela Universidad Politécnica de Cataluña y arquitecto de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Humberto González Ortiz, Barcelona España
