La trayectoria singular de Jørn Utzon, arquitecto de Ia Ópera de Sydney, fallecido en 29 de noviembre a los 90 anos y considerado uno de los arquitectos más importantes e influyentes del siglo XX, cuenta con un legado innovador donde abundan los hallazgos constructivos y formales en una arquitectura que reivindica Ia construcción, Ia honestidad material y Ia integración en el paisaje. La trayectoria del arquitecto danés, reconocido con el Premio Pritzker en 2003, se ha forjado sobre dos convicciones esenciales: Ia construcción y el paisaje.
Nacido en Copenhague en 1918, su infancia se desarrolló entre los astilleros de Aalborg y Helsingør de los que su padre, ingeniero naval, fue director. La influencia del mundo naval y Ias lecciones del pintor sueco Carl Kylberg, quien le abrió los ojos a Ia luz peculiar del paisaje escandinavo, forjan el itinerario del joven Utzon. Estudió en Ia Escuela de Arquitectura de Copenhague, titulándose en 1942. A los 27 años trabaja brevemente con Alvar Aalto en Helsinki y a los 29 años, realiza un largo viaje por Marruecos, donde descubre Ia construcción esencial vernácula. En 1949 viajó a Estados Unidos y a México, donde visitó a Mies van der Rohe y a Frank Lloyd Wright, y conoció de primera mano Ias plataformas construidas por los mayas.
Su obra concilia los preceptos universales de Ia modernidad con Ia tradición vernácula e histórica. Los proyectos sucesivos de Utzon, admirador de los maestros Aalto, Asplund, Wright o Mies, no permanecieron ajenos a Ia evolución de Ia arquitectura moderna, pero surgieron invariablemente a partir de una rigurosa reelaboración personal.
En 1957 ganó el concurso de Ia que seria su obra maestra, Ia Ópera de Sydney (1956-1973), un monumental edificio donde combina Ia tradición de Ias plataformas masivas con Ia abstracción formal de Ias cáscaras materializadas como fragmentos de una única esfera. Sin embargo, tras un largo proceso de desencuentros, Utzon fue obligado a abandonar, en 1966, Ia proeza estructural de Ia construcción del edificio que ha llegado a ser el icono de Sydney y Australia.
A pesar de su dimensión épica, Ia Ópera de Sydney no es Ia única obra de Utzon que forma parte de Ia historia de Ia arquitectura. El conjunto de viviendas Kingo (1956) y el de Fredensborg (1965) son agrupaciones residenciales creadas a partir de Ia adición de casas patio que concilian Ia individualidad del modo de habitar de cada familia con Ia valoración geográfica del entorno.
Innovaciones técnicas
El talento poético de sus dibujos describe también los numerosos proyectos no construidos en Ias postrimerías de los anos sesenta y setenta. Los experimentos plásticos y Ias innovaciones técnicas caracterizan el proyecto para el Museo de Arte en Silkeborg (1963), donde concibe un conjunto de tinajas que sobresalen del terreno como lucernarios. Mientras, rigurosa y poética. La Iglesia de Bagsvaerd (1976) queda determinada por Ia plasticidad de Ia cubierta, Ia sobriedad formal y Ia contundencia geométrica de Ia Asamblea Nacional de Kuwait (1972) constituye un homenaje a Ia arquitectura islámica.
La construcción de los refugios insulares en Mallorca abre un proceso de distanciamiento y balance. Construido al borde de un acantilado, Can Lis (1968) es un recinto arcaico que mira al mar y Can Feliz (1994), un amplio mirador en el valle de Calonge. Después de residir varias décadas en Mallorca, encontró el reconocimiento merecido. Al arquitecto nonagenario se le rindió tributo en diversos congresos celebrados en Aalborg, Sevilla y recientemente en Mallorca.
notas
[articulo publicado originalmente em El País, martes, 2 de diciembre de 2008, p. 42]
sobre el autor
Jaime J. Ferrer Fores es doctor arquitecto, profesor lector de Proyectos Arquitectónicos en Ia Escuela de Arquitectura de Barcelona, autor del libro Jørn Utzon. Obras y proyectos. Works and projects, y comisario de! Utzon International Meeting Mallorca 2008.
Jaime J. Ferrer Fores, Barcelona, España