Que el hombre (arquitecto) busca modificar su realidad circundante cuando su espíritu está imbuido de modernidad y de Zeitgeist – cuando sus deseos están diametralmente opuestos al conservadurismo estático – es una cuestión evidente. Pero por qué no pensar que todo cambia para que nada cambie; proponer el cambio como el entretenimiento, cual juegos infantiles. Aplaudiendo el espíritu renovador de Un-Studio, que no es más de lo mismo y queriendo pensar que es un camino sino correcto (que no creemos que lo haya) por lo menos sí sincero; que es el cambio que se esperaba, al cual le aparecerán detractores con cabezas enquilosadas en lo viejo (no por antiguo sino por repetitivo y falto de espíritu). Estos detractores no podrán descubrir que lo nuevo es más de lo mismo (esto no significa que no pueda ser interesante ni que promueva nuevas discusiones y de ellas ideas que puedan modificar la concepción de la arquitectura) y que si se detuvieran a pensarlo no hay peligro en el cambio, porque éste es lento y requiere algo más que ilusión. Las cuestiones confabulatorias ya son viejas y están pasadas de moda y, además, cabría preguntarse quiénes son los que hacen las confabulaciones y qué sentido tienen. Por eso aplaudimos la ilusión de pensar en un nuevo concepto de la arquitectura.
"Tal vez para lograr conquistar una época – no posmoderna, sino moderna- como la que estoy augurando, una época en que prevalezca lo imaginario sobre lo funcional, haya que esperar aún mucho tiempo (...)." (Gillo Dorfles, Elogio della disarmonia)
Wouter Vantishoupt ironiza en el artículo Mart Stam’s Trousers: Stories from behind the scenes of Dutch Moral Modernism acerca de la necesidad de los arquitectos holandeses post-Koolhaas de imitar al predecesor mediante la publicación de un masivo volumen: un libro manifiesto de millones de páginas que sumen al lector-espectador en un proceso de lectura vertiginoso sobre Arquitectura y muchas otras cuestiones contemporáneas.
En alguno de los casos, es irritante comprobar cómo estos espectaculares y carísimos libros no son más que excelentes ejercicios de diseño gráfico: los únicos genios son el diseñador, cuyo nombre aparece, minúsculo, en los créditos al principio o al final del libro; y la imprenta, que consigue editar con acabados impecables. El arquitecto-autor es alguien con dos o tres ideas concretas (no necesariamente buenas o revolucionarias) sobre su arquitectura, que ha decidido no ser menos que Koolhaas y verter en un megalibro esas ideas, mezclándolas con muchas imágenes de sus proyectos y una colección surtida de fotografías con un elevado valor semántico. El resultado es, con demasiada frecuencia, nada más que efectismo. Un efecto trompe l’oeil que engaña al cerebro, una rebuscada trampa óptica que va más allá del mero engaño al sentido de la vista: toma el pelo al pensamiento.
En estos libros, sus autores-protagonistas intentan explicar el nuevo sentido del trabajo del arquitecto ante la sociedad; su postura ante la tecnología y cómo intentan, a través de ella, modificar la realidad del hecho construido. Y dejan también lugar para comentarios frívolos, del tipo "en cuántos hoteles he dormido este año" o "cuánto me gustan las películas de Lars von Triers". Tal vez lo hagan porque ya no es reprochable mostrarse superficial y porque de las grandes celebridades (estrellas del rock y el pop, actores, futbolistas, arquitectos...) interesa saberlo todo. Es como si el libro se hubiese convertido en el instrumento de consagración para el arquitecto holandés, el instrumento para ser un famoso respetado.
A finales de 1999, Un-Studio (Ben Van Berkel y Caroline Bos) editó Move, un libro que consta de tres volúmenes, en cada uno de los cuales se analiza un concepto constitutivo del proceso de diseño, según Un-Studio: la imaginación, las técnicas y los efectos; y se examina el rol del arquitecto en la sociedad actual y se plantea una redefinición de las estructuras de la profesión para el futuro. En total, más de novecientas páginas.
Vantishoupt sitúa Move dentro de esta corriente de libros narcisistas: es grueso y tiene un diseño gráfico cuidado hasta el extremo – y Van Berkel es una de las divas de la arquitectura holandesa actual.
Compartiendo alguno de los puntos de vista de Vantishoupt, pero no estando plenamente de acuerdo con su postura irónica al respecto de Un-Studio y Move , preguntamos a Van Berkel y Bos su impresión sobre la proliferación de libros de arquitectos holandeses y las motivaciones del suyo propio.
La síntesis de sus respuestas es ésta:
1. El hecho de escribir un libro, en el caso del arquitecto, responde a una cuestión de interés propio.
2.-Los libros son un medio óptimo para transmitir tus ideas y mostrar tus obras: es barato y más manejable que un edificio (que no se mueve, y a veces tampoco es de acceso público).
3. Escribir un libro con tus ideas sirve para generar más ideas.
4. Move es la visión de Van Berkel y Bos sobre la arquitectura; plasma todo su conocimiento conjunto. Cómo utilizar este libro queda a criterio de cada "usuario". La motivación no fue ni hacer el nuevo libro-hito ni tampoco llevar a cabo un ejercicio semántico o lingüístico.
5. El arquitecto debe comunicarse, abrirse. Hay demasiados arquitectos obstinados en cerrar la caja.
Podríamos establecer una analogía entre un libro y un edificio: ahora que es posible disponer de internet para obtener exactamente el mismo fin (transmitir tus ideas y mostrar tus obras). Los arquitectos se empeñan, no obstante, en hacer libros construidos, con entidad y presencia física: como si fueran edificios, aunque debe reconocerse que el libro de arquitectura/el libro de arquitecto explora y ha ampliado las posibilidades del libro como contenedor de texto.
Autor y lector deberían partir, a la hora de respetar un libro, de la consideración de que un libro debe ser fundamentalmente honesto (aunque parezca y se comporte como un engreído) y ser un auténtico ejercicio de pensamiento y reflexión que no reinvente los lugares comunes. Subrayamos las opiniones de Van Berkel y Bos que completan esta conclusión.
sobre los autores
Fredy Massad (Buenos Aires, 1966). Arquitecto por la Universidad de Buenos Aires (UBA), graduado en 1993. En esta misma universidad ejerció la docencia en el área de Morfología. En 1996 funda ¿btbW en España, donde reside desde ese año.
Alicia Guerrero Yeste (Lleida, España, 1974). Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Lleida (España).En 1996 funda ¿btbW.