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Panorama emergente iberoamericano es un programa de investigación y difusión de arquitectura que surge en el año 2000 dentro del ámbito de la Bienal Iberoamericana. La idea surgió ante el vacío existente en la promoción de jóvenes arquitectos en el marco de Latinoamérica, España y Portugal y su primera edición se presentó en Santiago de Chile en octubre de 2002 con el objetivo de atraer el interés de los más jóvenes.
Sensible a la necesidad de apoyar a los jóvenes arquitectos iberoamericanos, iniciamos un programa de investigación permanente que intenta llegar a aquellos profesionales que, sea por la escala de su trabajo ó el bajo presupuesto que manejan, se quedan una y otra vez fuera de los circuitos convencionales de difusión.
El objetivo es claro. Se trata de descubrir, entender y explicar un fenómeno que resulta apasionante: la identificación de un grupo diverso, de naturaleza heterogénea y que sin embargo identifica sus similitudes en la interpretación de la cultura contemporánea.
Comprender la producción de este grupo de jóvenes supone una lección singular en cuanto a formas de iniciar la práctica profesional. Los jóvenes trabajan en forma individual, en parejas ó en equipos formando colectivos de hasta doce personas. Consiguen acortar las distancias participando del mundo global a través de las nuevas tecnologías de comunicación, compartiendo gustos musicales, literarios, cinematográficos, ó de modas. La movilidad es otra constante que se repite, los jóvenes se desplazan en todas direcciones.
En esta edición los trabajos se presentan organizados en tres grupos: imaginados-ideas de arquitectura en forma de proyectos, concursos ó investigaciones; construidos-primeras realizaciones, piezas de escala minúscula, que condensan la experiencia arquitectónica completa; cruzados-trabajos de arquitectura atravesados por otras disciplinas: moda, fotografía, performances e instalaciones.
Investigar para descubrirlos, codificar la información y reagruparlos, implica el esfuerzo de una mirada atenta y flexible. Esta edición de panorama emergente iberoamericano no supone el fin de un trabajo; es una ventana abierta que se presenta como una actualización, como una sección en el tiempo, un alto en el largo proceso de búsqueda y contínua sorpresa por lo encontrado.
Con ello se redibuja una nueva geografía cultural: desde los orígenes hasta las escuelas donde han estudiado, escuelas donde dan clases como noveles profesores ó los desplazamientos que realizan para completar sus estudios.
El resultado de la investigación se enseña en formato digital, lo que facilita su versatilidad de montaje y posterior itinerancia. Una exposición de luz para proyectar en grandes pantallas la capacidad creativa y vanguardista de los jóvenes iberoamericanos.
Panorama emergente iberoamericano es un gran espejo en el que mirarnos y disfrutar, y que con alegría y optimismo renueva el panorama.
[Ariadna Cantis]
¿Cómo hacer emergente este panorama?
Las materias y disciplinas académicas rara vez proceden de forma directa sobre la realidad física, al contrario, están acostumbradas a mecanismos de construcción. Tanto en ciencias como en letras, se generan aparatos que reconstruyan artificialmente los fenómenos a describir, solucionar o interpretar, para unos son libros, teorías o escuelas, para otros microscopios, laboratorios o programas de investigación.
Los estudiantes de arquitectura cruzan el mundo para visitar, en viaje de estudios, un determinado edificio construido por otro arquitecto, un enorme despliegue de medios y un pacto implícito de esfuerzo e ingenuidad encaminado a construir las fronteras de lo disciplinar.
En esta edición de Panorama Emergente, en especial en su categoría "cruzados", los trabajos se caracterizan por inscribirse física y materialmente en medios que no son de referencia disciplinar.
El primer hecho, el de que muchos de estos trabajos hayan tenido una verificación física, los hace destacables
por generar una producción de experiencias inmediatas. A través de un paquete de información perceptiva completa (el objeto construido), hacen emerger un nuevo patrón de realidades e hitos perceptivos no deduciblesde la experiencia anterior.
El segundo, el de que actúen en esas fronteras de lo disciplinar, cruzándose con el diseño de moda, de mobiliario, la acción urbana, la instalación o las técnicas de supervivencia mas rudimentarias, aunque haga que les tachen de no arquitectónicos, causará el ensanchamiento de la imaginación teórica y la disminución de mediaciones con los medios de referencia.
Las bienales y los métodos de difusión habitual, tratan de presentar los trabajos de arquitectura como respuestas consecutivas acumuladas sobre preguntas comunes, en ese sentido, se obtienen una falsa coherencia en la heterogeneidad. Esto es porque los problemas se construyen a posteriori, no es que la mayoría de los edificios solucionen algo, sino que, una vez hechos, son clasificados y reordenados permitiendo inventar los epígrafes de realidad a los que hacen referencia.
Me gusta por esto, que esta colección de trabajos no haya buscado ese pacto de compactación y que asuma el reto de la redescripción de la realidad a priori. No hay coherencia, los autores, probablemente, descalificarían el trabajo de los otros, a cambio hay un retrato de varios mundos. Descripciones realizadas mediante pequeños desplazamientos de la realidad.
Interesa la escala, no se cita de forma casual, pequeña y precisa, que permite, en vez una alusión ficticia a los temas genéricos, una repetición eficaz de ámbitos de realidad. Los trabajos son el registro de un momento productivo en partes separadas del mundo, mostrando con claridad las operaciones realizadas: buscó locutorios, los fotografió, así son estas funciones en la ciudad y así se distribuyen.
Emerge la confianza en que la realidad puede ser un sistema inteligente, no un conjunto de trabas clasificables.
Otras muchas razones, lo innovador de los medios, la experiencia de producción colectiva, la movilidad de los resultados, la calidad no estilística, lo incorporación de lo imprevisto subrayan la enorme validez creativa de estos trabajos y les hace merecer la distinción, para mí enormemente valiosa en contradicción con el Comte de la cita preliminar, de incitar a sus conciudadanos a la innovación, a la asunción de la complejidad y a la mejora de sus condiciones de vida.
Son trabajos que despiertan un enorme interés. Lo que sigue estando perversamente oculto, y en esto sí le doy la razón a Comte, es que sólo una disposición social conjunta hará que estos trabajos trasciendan de la calidad creativa a la calidad política o pública.
Esa condición social espontánea es difícil de evaluar y difícil de provocar visitando bienales de arquitectura. Si rechazamos la máxima positivista que defiende que el conocimiento puede producirse a partir de reflexiones puramente racionales y factores cognitivos, y entendemos en cambio que la innovación es un proceso social debemos poner los medios para que los trabajos innovadores que trascienden las clasificaciones disciplinares se construyan y se negocien fuera de los medios académicos e inscritos en la propia realidad exterior que les hizo ser pertinentes.
Feliz reto.
[Izaskun Chinchilla]
La experiencia iberoamericana: el movimiento inverso
“Todavía no tenemos un muerto (…). Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra"(Gabriel García Marquez, Cien años de soledad)
La experiencia del vivir iberoamericano vuelve en la historia a los primeros años de las expediciones marítimas hacia fuera del ámbito del continente europeo, que ahogado en sus propios limites sociales y territoriales, intentaba expandirse políticamente sobre una realidad lejana, desconocida, americana y que, salvo pocas excepciones, empezaba a estructurarse socialmente.
Entre pasado y presente, 500 años que se desvanecen ante el modelo de tejidohistórico vivo propuesto por Walter Benjamín, donde tiempos y hechos pasan a la vez, yuxtaponiendo simultáneamente realidades distintas quitándoles la deformación del tiempo – el internet explorer coexistiendo al lado de los astrolabios en la escuela de Sagres en Lisboa – o las declaraciones de Copernico sobre los límites del hombre en su mundo y Windows como sistema operativo de la vida contemporánea. Simultáneos, aislados, paralelos o transversales, los hechos parecen repetirse o traducirse a sí mismos para componer el recorrido histórico.
Con la apertura proporcionada por el descubrimiento de América nacía la posibilidad de la construcción de una cultura iberoamericana verosímil en un espacio/ tiempo futuro. Pero es con la Globalización del mundo occidental, la segunda gran apertura, y su expectativa de horizontalidad urgente, después de larga espera, que surgen las primeras evidencias de una identidad cultural iberoamericana realmente posible, deseable y más que nunca oportuna.
Bajo tres siglos de dominación colonial, y no más que dos de producción cultural libre después de su independencia política, los países americanos con pasado colonial ibérico lograron equilibrar sus grados estéticos en una posición sana, madura y bastante lúcida ante la verdad contemporánea.
Entre el original in natura o pervertido, lo nacional, el artificial aportado, regalado, insertado, transformado o injerto violento, hoy es posible reconocer un estado cultural trascendente en los países latinoamericanos que representa su posición critica activa sobre el pasado colonial reciente.
En los primeros días del fenómeno iberoamericano como realidad posible, ante una expansión organizada y madura de valores culturales estéticos por parte de los paises latinoamericanos hacia la Europa ibérica, la novedad en ese camino de vuelta y la receta de éxito en ese movimiento en sentido inverso, es la constatación de un ambiente cultural creativo abierto y sobretodo realmente interesado dentro de las universidades y en medio de la cultura popular en las principales ciudades de España y Portugal.
No se trata solamente de la consumación apática del caldo cultural americano moderno en Europa, pero de entender, buscar, pesquisar, encontrar, interpretar, mezclar, fusionar y redefinirse en el espejo americano para lograr comprenderse como una identidad que, con sus cinco siglos de gestación,se hace extremadamente reciente en los días actuales.
En otras palabras, estamos hablando sobre la fundación del lugar cultural iberoamericano de hecho, donde es fundamental entender que el concepto de una Iberoamérica contemporánea como verdad cultural tiene que ser una vía de tráfico libre y permanente en los dos sentidos. Un ambiente fértil y abierto de creación y construcción estética de idiosincrasia amistosa por intercambio a cuatro manos entre americanos y europeos ibéricos.
Lo que vivimos hoy no son mas que los primeros días de emergencia de esa fresca y todavía inestable novedad, la original forma iberoamericana, que en la expectativa y hermosura de sus primeros frutos, nos tiene a todos atentos y emocionados.
[Alexandre Kafcalas]
http://www.bienaliberoamericanadearquitectura.org
sobre los autores
Ariadna Cantis es arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Desde 1990 centra su actividad profesional em la difusión de la arquitectura. Actualmente es comisaria del programa de investigación Panorama Emergente Iberoamericano dentro del marco de la Bienal Iberoamericana
Izaskun Chinchilla es arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid desde 2001 en la que realiza tareas de apoyo a la Docencia. Su trabajo ha sido publicado, premiado y expuesto en diversas ocasiones. Participó en la exposición panorama emergente iberoamericano presentada en Santiago de Chile en octubre de 2002
Alexandre Cafcalas es arquitecto por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo. En el año 2002 fue finalista en la III Bienal Iberoamericana. Actualmente vive en Madrid y Barcelona, donde desarrolla actividades diversas relacionadas al ámbito editorial, exposiciones y proyectos de arquitectura