El espacio público, cualquier que sea su escala asume, en grandes Metrópolis, características de espacios de pasaje para la mayoría de los habitantes y raramente espacios de convivencia y ocio. Todavía un análisis más atento podrá percibir que la diversidad de los usos de determinados espacios llega a ser peculiar, con características propias adquiridas por una forma de posesión... no física pero cultural. Esta pertinencia cultural es por veces imperceptible en algunos grupos de la sociedad y extremamente visible en otros grupos.
Como ocurre el fenómeno de la “posesión cultural” y su importancia en la estructuración de los espacios de la ciudad es la cuestión que esta ponencia pretende tratar.
Contribuciones diversas de las ciencias humanas y sociales son necesarias al conocimiento por parte del arquitecto para comprensión y obtención de herramientas que permitan interpretar y actuar con los dos componentes siempre presentes en el diseño de los ambientes, los aspectos: objetivos y subjetivos de la percepción y comportamiento de los usuarios.
Un espacio, una historia…
La Plaza de la Sé, objeto de este estudio, caracterizase por un proceso de sucesivas transformaciones de su espacio histórico, desde su condición de uno de los espacios de fundación de la ciudad de São Paulo, Brasil. Una breve retrospectiva histórica del desarrollo de las características espaciales de la plaza objetiva ilustrar las evoluciones ocurridas desde su origen, trayendo, en rápidos tópicos, subsidios para comprender su estructura en términos de lo “antes” y lo “después” de las mutaciones que, a pesar de radicales, aun permiten encontrar vínculos con un pasado de casi cinco siglos (figura 1).
Cercana y contemporánea al marco inicial de origen de la ciudad de São Paulo: el Pateo del Colegio jesuítico, la plaza tuvo su primer planteo con dimensiones ínfimas y su iglesia, en construcción en la técnica de tapia (tabique en tierra), representaba la matriz del Largo de la Sé. La ejecución de la técnica de tapia, debido a escasez y despreparo de la mano de obra, provoca retrasos en su término y no ofrecía buenas condiciones de durabilidad exigiendo restauraciones en cortos periodos de tiempo. Esta configuración permaneció hasta el inicio del siglo XX cuando, en 1911, se iniciaron las principales transformaciones del espacio con cuadruplicación de su área original y demolición de las iglesias: São Pedro da Pedra y Catedral de la Sé (figura 2).
La ciudad, pasando por un gran periodo de transición, emerge de la condición pós-colonial expandiéndose física y demográficamente con grandes grupos de inmigrantes extranjeros llegando sin cesar. El edificio de la catedral actual empezó su construcción en 1913 en el local donde existió el Teatro São José, una importante casa de espectáculos de la época destruida por violento incendio. Lo intento era terminar las obras de la catedral en 1954, fecha de la conmemoración del IV centenario de fundación de la ciudad, pero no siendo posible, esta se completó 57 años después de su inicio, cerca de 1970.
La Plaza de la Sé, 1971, poco tiempo antes de la grande transformación con las obras de la estación del metropolitano (Metrô), tiendo como elementos arquitectónicos el edificio Mendes Caldeira (demolido por implosión en 1975) y al lado el edificio “Palacete Santa Helena” un marco de arquitectura que desde su inauguración (1925) era uno de los símbolos de lujo, promotor del “imaginario” de los habitantes del importante Centro que definía ese lugar (figura 4).
El edificio Santa Helena con sus pisos en mármoles italianos, metales y bronces ingleses, vidrios y cristales importados de Checoslovaquia, cubierta en tejas francesas, contenía en la planta baja uno de los mayores y mejores cine teatros de São Paulo, lo primer cabaret elegante y en los pisos superiores: salones para oficinas y consultorios disputados por profesionales de reputación en la sociedad local. En el también se reunía el grupo de artistas que formaban “la Familia Artística Paulista”, pintores de destaque como Aldo Bonadei, Mário Zanini, Volpi, también llamados de “Grupo Santa Helena”. Entre 1938 y 1945, ocurrió la abertura de la Plaza Clóvis Bevilacqua, frontal al Palacio de la Justicia, tornándose un espacio para funcionar como terminal central de autobuses agregado del que había también en la Plaza de la Sé (figura 3).
El espacio, en mutación propia de una ciudad que se transformaba en Metrópoli, pasa a ignorar la importancia de preservar su memoria. La búsqueda de nuevos valores simbólicos que representen progreso, desarrollo y modernidad suplantan los ideales del imaginario corriente entre los habitantes.
Las imágenes de la figura 3 presentan una configuración del conjunto de las dos plazas (Sé y Clóvis Bevilacqua), vecinas pero separadas por el bloque donde se hallaban los edificios Mendes Caldeira y el Palacete Santa Helena, situación que desde 1950 perduró por cerca de 20 años sin haber significativas transformaciones. El bloque fue demolido por completo para unificar las dos plazas en un solo espacio en escala metropolitana.
Percepción de las múltiples dimensiones del espacio público
En este punto de las colocaciones del texto no se puede olvidar que la percepción y el uso de un espacio no son determinados solamente por tres dimensiones que construyen físicamente su geometría como también por las otras dimensiones que atribuyen a el su real significado agregando valores positivos o negativos.
Una de estas dimensiones es definida como el espacio enmarcado por la unidad del Tiempo: la 4ª dimensión (2), organizadora de las relaciones “espacio-temporales” pero ni siempre presente en el acto del pensar arquitectura sea de un edificio, sea de espacios urbanos de una ciudad.
En la Plaza de la Sé, la cuarta dimensión, el Tiempo, inicialmente lento, acelerase rápidamente en la mitad de los años setenta, cuando el espacio de la Plaza sufre violento impacto con la introducción de un gran nudo de entroncamiento de las líneas Norte-Sur y Este-Oeste del Metrô. El gran bloque de edificaciones fue sumariamente eliminado, llevando con el un poco de la historia del espacio de la ciudad como, el ejemplo citado del palacete Santa Helena, un marco notable de la arquitectura inicial del lugar. Con su demolición, una parte importante de la memoria y de lo “imaginario” del lugar se perdieron.
A los habitantes usuales del sitio se agregaron nuevos ciudadanos por cuenta de los beneficios innovadores del transporte metropolitano. Todas estas transformaciones espaciales han producido una ruptura tanto física cuanto estructural de las relaciones de usos y costumbres traducida en la construcción de sentidos y significados nuevos por parte de sus habitantes. Durante el periodo de construcción del proyecto de la nueva Plaza de la Sé, estos habitantes usuales, frecuentadores de las antiguas plazas: de la Sé y Clóvis Bevilacqua, acompañaran con sus opiniones, curiosidad y interés todas las transformaciones que el espacio venia sufriendo por detrás de los tabiques de la obra, hasta el momento de su inauguración oficinal en 1978 cuando finalmente pudieron nuevamente utilizarla! (figura 5).
El tiempo es uno de los principales componentes de la experiencia arquitectónica y las relaciones de los individuos con respecto a un edificio son influenciadas por el pasado, presente y por el futuro además de las dimensiones físicas, material y estilo (3).
En la percepción visual, las imágenes son proyectadas en nuestra retina en forma bidimensional; la tercera dimensión, la profundidad, es inferida pero poquísimas veces reconocemos la 4ª dimensión, el Tiempo. En ambientes complejos como en las metrópolis tenemos que conciliar diferentes percepciones del tiempo que comprenden convenciones diversas de acuerdo con diferentes culturas. Los sistemas de notación para la analisis de nuestra vivencia espacial implican en conceptos como: flujo, duración y periodicidad que si considerados en el planeamiento de un proyecto del ambiente deberán llevar en cuenta tanto las vivencias de los usuarios motorizados cuanto de los peatones. Estas son experiencias que no fluyen homogéneamente. Considerando estos conceptos de tiempo-espacio – duración, ritmo, secuencia, constancia y familiaridad (4) – aplicados en la analisis del espacio de la Plaza podemos tener un resumen de tres formas básicas de percepción de los usuarios:
Apreciar la Plaza del alto de un edificio, donde se pueda lograr una visión del espacio como un todo, puede durar algunos segundos;
Ver la Plaza al mismo tiempo en que caminamos en dirección a la entrada o la salida de un acceso a las plataformas de embarque en los trenes puede llevar algunos minutos pero solo percibiremos una pequeña parte del conjunto;
Caminar por lo interior de la Plaza, con intenciones de conocerla con detalles podrá durar horas o hasta días!
El gran lago, por su vez, es un atractivo muy curioso con sus chorros de agua en movimiento y efectos de magia a través de aparatos nebulizadores creando brumas o neblinas que además amenizan el clima del local, propician sensaciones agradables en las personas. Todavía, se observa que los usuarios permanecen muy poco tiempo apreciando el lago cuando estos chorros no funcionan! (figura 6).
El factor tiempo y la distancia en ciudades metropolitanas influyen obligatoriamente en las decisiones del cotidiano de los habitantes haciendo con que algunas de estas decisiones provoquen conflictos con el espacio de utilización de un ambiente sea en edificios sea en espacios urbanos públicos. Si el problema se resumen en relaciones geométricas entre la urgencia del tiempo y un obstáculo físico ¡”los usuarios no hesitarán de solucionarlos a su modo”! (figura 7).
Concluyendo algunas consideraciones sobre a cuarta dimensión, el tiempo, podemos percibir que las imágenes organizadoras de la percepción están implícitas en los estímulos que un ambiente ofrece y que también son responsables por la existencia o no de lo que denominamos de “espacios espontáneos” (figura 8)
Nuestro estudio considera aun, otra dimensión de dificíl conceptuación y que tiene su presencia incorporada cuando un determinado espacio adquiere cualidades especiales al impregnarse de los atributos de la Cultura que en este texto clasificamos como siendo la 5ª dimensión.
La investigación es un ensayo interdisciplinario que fundamentase en las teorías de algunos pesquisadores como el antropólogo E.T.Hall y la “proxemica” (5) que estudia conceptos de percepción de los habitantes a través de los “filtros de la cultura” de los individuos o de grupos sociales al considerar la necesidad de confronte de definición de territorialidad.
En la Plaza de la Sé podemos aplicar un ejemplo referente a el uso de los bancos de sentarse donde, al procurar utilizar un espacio público confrontaremos, frecuentemente, con la duda frente a la presencia de “el otro” individuo, un extraño! (figura 7) ¿Como es nuestra reacción en el espacio público cuando en presencia de “el otro”?
El sociólogo R.Ezra Park en la Ecología Urbana, presenta el concepto de posesión cultural, caracterizada por lo fenómeno de “cohesión” que ocurre como una reacción del individuo o grupo de individuos a las presiones sociales provocadas por lo ambiente en que se vive (6), Estas fuerzas pueden no solo modificar el comportamiento de segregación de los individuos como también provocar transformaciones del espacio físico en gran escala. Un significativo ejemplo puede ser ilustrado a través del barrio cercano de la Plaza de la Sé llamado: Liberdade, también definido como barrio Oriental o, Japonés; (figura 9).
En la Plaza de la Sé este fenómeno también tiene presencia pero solamente en los “espacios espontáneos” que son característicamente efímeros. Hay una populación de usuarios emigrantes de otros estados del país (Norte, Nordeste, Interior de Minas Gerais y zonas rurales) que sufren diferentes grados de impactos al vivenciar la metrópoli: algunos de ellos no se adaptan y vuelven a sus lugares de origen; otros que no se adaptan y tampoco vuelven, viven de forma marginal no participando de la vida principal de la metrópoli; por fin, hay aquellos que deciden luchar por un espacio en la ciudad enfrentando toda la suerte de dificultades para lograr la posición de ciudadanos metropolitanos. Es una longa jornada y la Plaza crea espacios que contribuyen para ofrecer a estos emigrantes momentos de contacto con su cultura a través de manifestaciones musicales, cambios emocionales promovidos por encuentros con coterráneos, compra de productos y recuerdos de sus locales de origen y ¡hasta la obtención de empleos! (figuras 10 y 11)
En las experiencias con la “dimensión cultural” no podremos olvidar, también, a el geógrafo Yi-Fu-Tuan con sus estudios de “Topofilia” y las relaciones de afectividad entre sus habitantes y ciertos espacios urbanos que son transformados definitivamente en “Lugares” (7). La pesquisa permite concluir que a pesar de las intenciones iniciales de unir las dos plazas en un gran y único espacio de escala metropolitana, los usos configuraran y mantuvieron dos espacios distintos siendo que la antigua Plaza de la Sé fronteriza de la Catedral siguió con sus usos y costumbres dirigidos a los habitantes que lograran encontrar en este espacio un territorio que valora sus identidades culturales. La ciudad de São Paulo ofrece algunos pocos sitios que sirven a esta importante necesidad de convivir y de cambio emocional que si pude encontrar en los barrios: Brás y Bexiga, adentre los demás.
En esta pesquisa, constatase que diferentes áreas del conocimiento, aparentemente dispares en relación a sus objetos de interés, han conducido para puntos de convergencia que ofrecen importantes subsidios para los estudios de los arquitectos y urbanistas, permitiendo propuestas de metodologías de análisis que posibiliten la concepción de proyectos de espacios que introducen a el pensar Arquitectura y Urbanismo múltiples dimensiones hacia una base interdisciplinario.
notas
1
Texto presentado como ponente en las “VII Jornadas de Imaginarios Urbanos”, promoción Escuela de Posgrado FADU-UBA – Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo / Universidad de Buenos Aires: Carrera de Especialización en Historia y Crítica de la Arquitectura y del Urbanismo, Buenos Aires, Argentina, abril de 2005.
2
SOMMER, Robert. O papel do arquiteto – a conscientização do design. São Paulo, Brasiliense, 1979.
3
SOMMER, Robert. Op. cit., p. 88.
4
Ibidem, p. 89.
5
HALL, Edward T. A dimensão oculta. Trad. Waldéa Barcellos. São Paulo, Martins Fontes, 2005.
6
PARK, Robert Ezra. A cidade: sugestões para a investigação do comportamento humano no meio urbano. Tradução Sérgio M. Santeiro. Rio de Janeiro, Zahar, 1967.
7
TUAN, Yi-Fu. Topofilia: um estudo da percepção, atitudes e valores do meio ambiente. São Paulo, Difel, 1980.
sobre el autor
Alexandre Emílio Lipai, Doctor, Maestro FAU-USP; profesor-pesquisador del Programa de Postgrado-Master en Arquitectura y Urbanismo / Área de Concentración: Percepción, Representación y Producción del Espacio Habitado / USJT - Universidad São Judas Tadeu, desarrolla estudios interdisciplinarios de Arquitectura y Ciencias Humanas y Sociales con aplicación al proyecto.