“La casa se rajó, y las puertas se desquiciaron (...) y luego se abrió un tenebroso boquete y se vieron obligadas a abandonar la casa precipitadamente, en circunstancias tristes cuanto lamentables
— todo se estaba; y sin embargo todo faltaba”. (1)
La sala descendió a profundidades otrora subterráneas y se encajó en el espacio dejado por sus cimientos socavados. Levitando, suspendido por telarañas empolvadas, sólo quedaba el blanco lienzo tesado en un bastidor rectangular.
Los cubos azules pintados en él, como en El Aleph de Borges, parecían haber capturado en sus centros amarillos el espectáculo simultáneo de las cosas y sucesos de todos los tiempos y lugares. Parecía que todo podía ser visto repetido en ellos, sin disminución de tamaño, y desde infinitos puntos en el orbe.
“vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplican sin fin, vi caballos de crin arremolinada en una playa del Mar caspio en el alba, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes...” (2)
En el panorama devastado por el colapso, las secciones hexagonales de los cubos parecían estar entretejidas con todos los abusos impunes, las carencias, injusticias, conflictos y corrupción del planeta. Las líneas de composición del estereograma, aparentemente rigurosas y simétricas, se proyectaban por corredores insondables que penetraban en los laberintosde la memoria rescatando frustraciones más familiares y cercanas: laGuerra del Chaco, la Revolución Nacional, la dictadura, las desapariciones forzadas, el terremoto de Totora, el granizo que arrasó La Paz, Febrero Negro, la Guerra del Gas, las Jornadas de AcreditaciónFacultativa, los proyectos desconocidos, las obras no proyectadas, las fisuras cada día más abiertas, las advertencias no escuchadas, día a día, mes a mes.... hasta el domingo crepuscular de junio en que las paredes de la sala se abrieronde par en par, desmaterializadas sobre unaperspectiva de ventanas sobre otras ventanas, con los puntos de vista multiplicadosen un espaciosurrealista, mágico y fantástico; transfigurado por nuevas profundidades y proyecciones intemporales.
“— todo se estaba; y sin embargo todo faltaba.”
notas
1
SAENZ, Jaime. Los Cuartos, La Paz, Ediciones Altiplano, 1985, p. 10-11
2
BORGES, Jorge Luis. El Aleph, La Paz, PERIOLIBROS / UNESCO, Presencia, domingo 27 de junio de 1993, p. 31
Cristina Damm , La Paz, Bolívia