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architexts ISSN 1809-6298


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Vista Alegre, que durante o período republicano foi o bairro aristocrático por excelência da cidade de Santiago de Cuba, conta hoje com expressivo patrimônio arquitetônico do período moderno


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SUÁREZ, Milene Soto; MUÑOZ CASTILLO, María Teresa. Vista Alegre, una mirada a la modernidad en Santiago de Cuba. Arquitextos, São Paulo, año 05, n. 058.09, Vitruvius, mar. 2005 <https://vitruvius.com.br/revistas/read/arquitextos/05.058/493>.

El origen de un barrio

Vista Alegre fue el barrio aristocrático por excelencia de la ciudad de Santiago de Cuba en el período republicano, y la primera urbanización de la zona oriental cuyo proyecto fue pensado antes de ser construido bajo las ideas renovadoras de una incipiente modernidad, y materializado con una visión que auguraba desarrollo futuro.

Su génesis, en 1907, y su locación en las afueras de la ciudad de entonces, constituyeron la muestra palpable del momento en que la alta burguesía santiaguera abandonara el centro fundacional compacto, estrecho, contaminado socialmente e incompatible ya, con las nuevas exigencias que la modernidad le imponía, para establecerse en un nuevo barrio exclusivo, amplio, tranquilo y climáticamente privilegiado. “El reparto se comportó entonces como una suerte de oasis, en contraste con la compactación existente en el centro tradicional” (1) (imagen 1).

Vista Alegre partió de una estructura regular en cuadrícula que dejó ver las influencias del modelo urbano colonial aunque, desde el punto de vista de la forma y el lugar del crecimiento, significó una ruptura con éste. Esta nueva alternativa que ignoraba la tradicional prolongación de la ciudad consolidada, por la búsqueda de un sitio con cualidades ambientales idóneas y un sentido diferente de concepción de la cuadrícula a manera de ensanche, reflejó la originalidad y peculiaridad del reparto.

La nueva urbanización creció limitada al norte y al sur por dos vías importantes, la primera garantizaba el vínculo hacia el poblado del Caney, y la segunda hacia la zona de San Juan, donde se encontraban los pozos de agua que lo abastecerían. Hacia el oeste, y a través de una calzada de aproximadamente dos kilómetros, se vincularía con la ciudad fundacional. El esquema urbano fue orientado de NE-SO y de NO-SE aprovechando el favorable régimen de brisas de la zona escogida. Las manzanas, predominantemente cuadradas, oscilaron entre 90x90 y 100x100 metros y fueron subdivididas en parcelas de 18 y 15 metros de frente por 45 de fondo. El barrio en su devenir histórico llegó a completar un total de 63 manzanas que ocuparon una superficie de 64,5 hectáreas, aproximadamente.

Los edificios en Vista Alegre son la muestra real de todo lo acontecido estilísticamente en las artes arquitectónicas durante el período de la República Mediatizada; en tanto que el barrio se convierte en la vital y fidedigna expresión de casi un siglo de arquitectura en la ciudad. La aparición y utilización extensa de modernos materiales, de actualizados procedimientos constructivos, la actuación de numerosas empresas constructoras cubanas y norteamericanas e incluso de capitales combinados, y el egreso de profesionales del ramo de escuelas europeas, estadounidense y de La Habana, con ideas relativamente novedosas y actualizadas, permitieron un desarrollo urbanístico acentuado, durante los tres primeros decenios, y consolidado, en la década del cincuenta.

Una miscelánea de estilos arquitectónicos se fueron superponiendo y coexistiendo en la cuadrícula ”vistalegrina” en el transcurrir de las diferentes décadas, pero fueron dos las tendencias que marcarían definitivamente la imagen global del barrio, el Eclecticismo y el Movimiento Moderno que se consolidó en los años cincuenta. Este último, generó las transformaciones espaciales, formales, técnico-constructivas y funcionales más relevantes de las edificaciones construidas en la segunda mitad del siglo XX., agrupando un total de 165 inmuebles (imagen 2).

El Movimiento Moderno en Vista Alegre

La segunda posguerra introdujo en el país de modo extensivo nuevas maneras de hacer la arquitectura. Fue por estos años que comenzaron a manifestarse en el barrio los códigos del Movimiento Moderno aunque, ya, una primera modernidad había irrumpido en el quehacer arquitectónico trayendo a la luz un incipiente Art Decó y un Protorracionalismo todavía lastrado por el academicismo.

En la década del cincuenta se incrementan las inversiones en el reparto, incentivado por la iniciativa privada, con la construcción de edificios de apartamentos de hasta tres niveles, y el predominio de la vivienda unifamiliar. El reparto, “… se sumaba así, una vez más a la carrera en pos de la modernidad avanzada que, como continuación del mismo sentir colectivo de principios de siglo, se había apoderado de la sociedad cubana“ (2).

Para estos años Vista Alegre muestra una tendencia a la ampliación, manifestándose en la aparición de diferentes proyectos de urbanización que significaban un cambio en la concepción original. Estas nuevas ideas expresaban complejas circunvalaciones viales, sinuosidades y rupturas con el esquema planimétrico, acordes a las influencias del diseño urbano norteamericano de moda por aquellos tiempos. Se destaca el ejecutado por el arquitecto Francisco Ravelo en 1949, que incluye nuevas áreas residenciales hacia el perímetro Este del barrio.

Esta ampliación asimiló, en una de sus manzanas, “el condominio”, como una nueva tipología residencial que conformó un ambiente urbano atractivo y un ejemplo singular en la ciudad. Este conjunto está compuesto por varias edificaciones aisladas dentro de una misma parcela., perteneciente a una sola familia., y que incluye espacios comunes como piscina y canchas de juegos Fue proyectado por el arquitecto Alberto Ramírez León, para la familia López-Lageyre y López-Vázquez ,y se encuentra situado en un sitio prominente ,limitando visualmente la avenida principal del barrio y ofreciendo una imagen jerarquizada de las edificaciones que lo conforman (imagens 3 y 4).

En el reparto, a pesar de su carácter absolutamente residencial, se jerarquiza la presencia del único edificio público, el “Vista Alegre Tenis Club”, actual Círculo Recreativo Orestes Acosta, el cual hacia 1959 y según proyecto del arquitecto Celestino Sarille, asumió una expresión formal en correspondencia con los postulados del Movimiento Moderno. Ubicado en una de las manzanas centrales de la avenida principal, constituye un ejemplo significativo de la arquitectura moderna, en tanto resalta por su fuerte incidencia urbana y elevado nivel de diseño (imagen 5).

En términos de arquitectura el Movimiento Moderno constituye un momento de esplendor en el proceso de urbanización de Vista Alegre, por la calidad de las obras, la variedad formal y el incremento cuantitativo de los inmuebles. Las edificaciones mantienen una clara horizontalidad compositiva debido a su poca altura y se ubican de forma aislada, donde se observa la presencia de jardines que bordean y limitan las amplias parcelas (imagen 6).

La racionalidad formal y constructiva denotan la voluntad de modernidad de la época siendo el tema habitacional la mejor expresión de los avances técnicos constructivos, y significación estético formal que demandaba el sector de la alta burguesía. Construidas con estructura de esqueleto, muros de ladrillo, vigas invertidas y embebidas, cubierta de hormigón armado inclinada, plana o quebrada, las viviendas se distinguen por los exquisitos detalles de terminación, y la variedad y fuerza expresiva de los materiales empleados. Argumentos que se consideraban desde la misma concepción del proyecto como lo demuestran las memorias descriptivas de las obras (imagen 7).

La arquitectura doméstica estuvo caracterizada, además, por las formas simples, la intersección de volúmenes y planos, las losas voladas, los grandes paños de vidrieras, juegos de desniveles, los bajos puntales, y grandes aleros. La adaptación a la topografía, la tamización de la luz mediante el uso de celosías y elementos novedosos como los quiebrasoles, la vigencia del corredor y del balcón, así como la aparición de las terrazas ofrecen nuevas expresiones que rememoran la arquitectura tradicional santiaguera (imagen 8).

Por otro lado, la configuración espacial manifiesta variaciones en su concepción y distribución, en correspondencia con el poder adquisitivo de los dueños. Se aplicannovedosas soluciones funcionalesylas diferentes actividades se zonifican y organizan en amplios espacios dotados de un gran confort. Con frecuencia estos se comunican o aíslan a través de galerías y desniveles, y mantienen comunicación con las áreas exteriores mediante el uso de espaciosas terrazas y cierres flexibles, haciéndolos más funcionales y prácticos (imagen 9).

De igual modo, la inclusión del automóvil como parte de la vida cotidiana, hizo necesaria la proliferación de los garajes y car- port, los cuales se expresan en las fachadas principales y generan en la mayoría de los inmuebles un acceso diferenciado.

En las edificaciones se reconoce la dedicación del arquitecto por dotar a cada obra de su propia personalidad, haciendo gala de “… la variedad de influencias, motivaciones y aspiraciones que coexisten en la década de los cincuenta” (3). Muchos son los profesionales que incursionan en la arquitectura moderna que se desarrolla en el reparto Vista Alegre. Algunos recién egresados de la Escuela de Arquitectura de La Habana y otros con sólida formación que fueron capaces de asimilar los nuevos planteamientos. Arquitectos como Ulises Cruz Bustillo, Sebastián y Javier Ravelo, Idelfonso Moncada, Jesús Vázquez, Antonio Bruna, Adriano Rogés, aportaron obras representativas al repertorio habitacional. Resalta dentro del grupo el experimentado y reconocido arquitecto Rodulfo Ibarra, quien se destaca por la cantidad de obras construidas.

Mención aparte, además, merece la labor creativa de los arquitectos Félix Muñoz Cusiné, Margarita Egaña, Norma del Mazo, Celestino Sarille, Ricardo Eguilior y Ermina Oduardo, cuyas extraordinarias soluciones funcionales, formales y estructurales expresan las potencialidades de la tecnología, los efectos plásticos y la integración de los valores universales del Movimiento Moderno con elementos locales (imagen 10).

El desarrollo urbano y arquitectónico de Vista Alegre en las postrimerías del período republicano expresó no solo la configuración definitiva del barrio, sino también, la imagen consolidada de los postulados modernos. La mirada hacia esta arquitectura revela lecciones de creatividad y la trascendencia histórica de un patrimonio de indudable significación, el cual, todavía hoy, muestra falta de reconocimiento y de protección La conservación de la arquitectura moderna constituye “…una responsabilidad ineludible del presente con el pasado y con el futuro” (4). Reconocer su valor representa un desafío en pos de la memoria histórica de la ciudad de Santiago de Cuba.

notas

1
FLEITAS MONNAR, María Teresa. El proceso de urbanización de Santiago de Cuba en el período (1868 - 1930), Tesis de doctorado, Departamento de Historia del arte, Universidad de Oriente, 2001, p. 95.

2
RODRÍGUEZ, Eduardo Luís. “La Habana republicana: seis décadas de desarrollo urbano en la capital de Cuba”, revista Temas, n. 24-25, enero-junio 2001, p. 128.

3
RODRÍGUEZ, Eduardo Luis. La Habana, arquitectura del siglo XX. Barcelona, Editorial Blume, 1998, p. 245.

4
CÁRDENAS, Eliana. “Guanabacoa: ¿Añorar el pasado?, revista Arquitectura y Urbanismo, n. 4, Vol. XXII, La Habana, 2001, p. 29.

bibliografía complementar

FONG LÓPEZ, Carmen; GRISEL, Ricardo Brito: “Estudio preliminar de la arquitectura racionalista en Santiago de Cuba”, Trabajo de diploma para obtener el título de arquitecto, Tutoras: Arq. Milene Soto y Flora Morcate, Facultad de Construcciones, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 1996.

HERNÁNDEZ, Ernel. “Diseños Constructivos de la arquitectura doméstica de los años cincuenta en el reparto Vista Alegre”, Trabajo de diploma para obtener el título de arquitecto, Tutora: Arq. Milene Soto, Facultad de Construcciones, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 2003.

MORRIS, Robert; CRESCENTIANA D., Charles: “Las edificaciones en Vista Alegre”, Trabajo de Diploma para obtener el título de arquitecto, Tutora: Arq. María Teresa Muñoz Castillo, Facultad de Construcciones, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 2004.

PÉREZ MALETÁ, Conrado: “Vista Alegre: Caracterización Histórica y Urbana del Reparto”, Trabajo de Diploma para obtener el título de arquitecto, Tutora : Arq. María Teresa Muñoz Castillo, Facultad de Construcciones, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 2003.

sobre los autores

Milene Soto Suárez, arquitecta, Master en historia, arquitectura y ciudad, Profesora Auxiliar del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Construcciones de la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba

María Teresa Muñoz Castillo, arquitecta, Profesora Asistente del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Construcciones de la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba

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